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Los empresarios españoles, autónomos, pequeños o grandes, no han tomado todavía conciencia de que cada año está en su mano decidir, libre y gratuitamente, qué destino se le va a dar a una parte de los impuestos que pagan al Estado por sus ganancias de ... los últimos 12 meses.
Solo uno de cada cinco gestores de negocios, talleres o industrias, cada mes de julio, cuando les toca rellenar el Impuesto de Sociedades, marca la casilla con la que decide destinar un 0,7% de lo que le toca pagar a Hacienda a los programas de las ONG que trabajan en la cooperación internacional, en la lucha contra el cambio climático o en el combate, más cercano y del día a día, contra la pobreza y la exclusión.
La apodada como 'casilla empresa solidaria' es el equivalente en la declaración del impuesto de beneficios del recuadro para estampar la 'X Solidaria' que los asalariados españoles tienen como opción, también libre y gratuita, en su formulario anual del IRPF desde ya casi 40 años.
Ahí, coinciden organizaciones empresariales y sociales, estaría parte del problema. Que en el caso del Impuesto de Sociedades la casilla para decidir dónde va ese 0,7% de las ganancias solo existe desde hace cuatro años, desde la declaración que realizaron en el verano de 2019. Muchas empresas, sobre todo las más pequeñas, aún no han adquirido la costumbre de buscarla y señalarla, pues bastantes de ellas incluso no saben siquiera de su existencia, indica la propia CEOE.
Si no se pone la equis el dinero no se pierde, pero va a la hucha general de las arcas de el Estado y será el Gobierno y no el contribuyente quién decida en cada momento para qué lo usa. Y puede que no sea siempre para reforzar los programas de las ONG que socorren a los 13,2 millones de españoles que hacen equilibrios a un borde u otro del umbral de la pobreza o que tratan de mejorar la calidad de vida de mayores, niños, discapacitados, inmigrantes, enfermos crónicos o víctimas de la violencia de género.
El resultado de la falta de hábito de los empresarios con la equis es que, hasta ahora, el Impuesto de Sociedades no proporciona a las organizaciones del tercer sector ni un 20% de la financiación anual que podría transferirles. El año pasado los dueños de negocios les donaron 36,6 millones de euros cuando, si todos hubiesen señalado el recuadro, habrían sido cinco veces más,186 millones. Se trata de cifras muy modestas si se compara con la recaudación de la 'X Solidaria' del IRPF, un recuadro que en 2021 ya marcaron más de la mitad de los asalariados (el 54%). Esta amplia participación permitió a las organizaciones sociales recibir 386,8 millones, diez veces más que con el impuesto de beneficios.
La parte positiva es que cada año de su breve historia son más los declarantes que señalan la equis empresarial. Si en su primer año, en 2019, rondaron un 10%, con una donación de 24 millones, en 2020 ya se subió a los 33 millones y el año pasado la recaudación ya estuvo cerca de doblar la del primer ejercicio.
Es por ello que todas las organizaciones empresariales, grandes y pequeñas, limitadas, anónimas o cooperativas, y la Plataforma del Tercer Sector, que engloba a las ONG sociales, se han confabulado para lanzar una campaña para publicitar la 'Casilla empresa solidaria' y animar a todos los gestores a que la marquen en su declaración antes del 25 de julio, que es cuando termina el plazo para entregar los formularios a Hacienda.
Por si alguno aún no lo sabe, les recuerdan que la cumplimentación es muy sencilla. Solo hay que dirigirse al apartado llamado «otros caracteres/fines sociales» en cualquiera de los dos modelos existentes en Sociedades. Si el formulario de declaración empresarial que se rellena es el modelo 200, hay que marcar con la equis la casilla 00073. Si el modelo que se utiliza es el 220, la casilla a señalar a es la 069.
El presidente de la Plataforma del Tercer Sector animó hoy a las empresas a señalar el recuadro, pues «tienen en sus manos la posibilidad de generar un gran impacto positivo con un gesto muy sencillo y sin coste alguno». «Es una acción pragmática, eficiente y eficaz. Las compañías que optan por marcarla se legitiman socialmente, porque es un acto de coherencia por las personas que conforman la propia empresa», indica Luciano Poyato. «Es un salto enorme en al objetivo empresarial, que no solamente genera empleo sino que apuesta por otro modelo social que genera igualdad. En definitiva -concluye-, deciden activamente que la gente de nuestro país esté mejor». «No cuesta nada y aporta muchísimo», resumió su compañera Paquita Sahuquillo.
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