Dos secuestrados en un zulo en Málaga, unos mensajes «inquietantes» y 50.000 euros de rescate

Todo comenzó la tarde del pasado 20 de enero, cuando dos hombres se presentaron en una comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Málaga para alertar de que unos amigos se encontraban retenidos contra su voluntad.

Los investigadores les preguntaron por qué habían llegado a esa conclusión. Ambos explicaron que habían recibido unos mensajes «inquietantes» a través de la aplicación WhatsApp en los que les exigían el pago de 50.000 euros por el rescate de las víctimas.

La comisaría activó entonces un vasto dispositivo policial capitaneado por los agentes de Unidad contra las Drogas y el Crimen Organizado (Udyco)-Costa del Sol. Aunque en ese momento se desconocía la motivación del secuestro, todo hacía pensar que podía estar relacionado con el tráfico de estupefacientes, según han informado fuentes próximas a la investigación.

Los policías empezaron a hacer gestiones en torno a las víctimas, su círculo y los posibles enemigos que podían tener. Los agentes tenían una pista: sabían dónde estaba aparcado el coche en el que teóricamente iban los secuestrados. Vigilaron el vehículo y eso les condujo hasta una vivienda en construcción en la barriada malagueña de Carlinda, aunque en un diseminado en mitad del campo.

La operación de asalto se desarrolló bien entrada la madrugada. Los agentes acordonaron la obra y arrestaron, sin darles margen de reacción, a los posibles captores, dos hombres de 35 y 43 años, ambos españoles, a quienes leyeron los derechos por los supuestos delitos de secuestro (detención ilegal) y robo con violencia.

Los investigadores localizaron a las víctimas en buen estado de salud. Los dos jóvenes estaban retenidos dentro de un zulo -una especie de aljibe- con un pequeño acceso dentro del edificio en construcción. Ambos fueron liberados sólo unas horas después en lo que fuentes policiales definieron como un secuestro exprés.

Los agentes intervinieron una navaja de tipo mariposa, que fue con la que supuestamente intimidaron a las víctimas para inmovilizarlas y retenerlas contra su voluntad. También se incautaron de dos coches que se encontraban en la parcela. Uno de ellos era el vehículo en el que se desplazaban los secuestrados, de ahí el delito de robo con violencia que se atribuye a los detenidos.

Aunque la investigación está abierta, los policías que llevan el caso trabajan con el convencimiento de que el trasfondo del doble secuestro está relacionado con el tráfico de drogas.