Burgos ha vuelto a liderar las estadísticas negativas de la pandemia en Castilla y León. Los repuntes de la quinta ola, con una intensidad mayor a la esperada, han disparado los indicadores covid en la provincia. La incidencia acumulada se eleva a 1. ... 600 de casos por 100.000 habitantes a 14 días (más de 2.000 en la capital), a diario se acumulan cientos de nuevos positivos, el ritmo de contagios es vertiginoso y en los hospitales crecen sin descanso los ingreso. Sin embargo, y pese a que la situación es complicada, podría ser mucho peor si no fuera por la vacunación covid.
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De hecho, el avance en la cobertura de la población aporta una perspectiva diferente a la hora de valorar los indicadores covid, así como el impacto de la quinta ola y sus consecuencias. Burgos presenta ahora datos de incidencia acumulada superiores a los de noviembre, pero entonces el hospital estuvo al borde del colapso y en la provincia se superaron los 300 ingresos (con hasta 46 pacientes covid en la UCI, en uno de los meses con mayor mortalidad).
Ahora la realidad es otra.Los ingresos en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) se han disparado en la última semana (de 16 pacientes en planta a 82), desbordando las previsiones del centro, que tiene cuatro plantas ya destinadas a pacientes covid y Urgencias no da abasto a la entrada de enfermos. Sin embargo, ahora tenemos a más del 50% de la población protegida con las dos dosis. Y eso nos ha salvado.
«La incidencia ya no significa lo que significaba en noviembre», explica Juan Ayllón, virólogo y director del Área de Salud Pública y Medicina Preventiva de la UBU. «Los números eran los mismos que ahora, pero ahora tenemos a la población vulnerable ya vacunada», pues los mayores de 50 años prácticamente han completado la pauta, en vías están los de 40 a 49 y se están poniendo las primeras dosis al siguiente grupo etario (30 a 39). «Todos los menores de 30 están sin vacunar y ahí es donde se están dando los contagios», que se expanden a sus contactos estrechos.
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Ayllón asegura que «la estrategia de vacunación ha demostrado que es muy buena». Se ha optado por criterios de edad, salvo excepciones muy concretas como la vacunación a colectivos profesionales de alto riesgo o esenciales. Así que se ha ido protegiendo a los más vulnerables, de modo que esta quinta ola está afectando en mayor medida a los colectivos sin vacunar e impactando en Atención Primaria, que debe hacer frente a los casos sintomáticos más leves (la mayoría), frente a los hospitales, que se han llevado los mayores golpes durante la pandemia.
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«La vacunación no es un escudo impermeable, no la hacemos para que no nos podamos contagiar sino para no ponernos enfermos», insiste el virólogo. Y se ha demostrado ya que las vacunas son muy buenas evitando la infección, que tiene una efectividad «enorme» a la hora de evitar problemas de salud serios y que son también bastante buenas evitando que un contagiado infecte a otros. El riesgo de contagiarse y contagiar, aun con la pauta completa, existe, pero es mínimo salvo excepciones puntuales.
Además, «en los vacunados el riesgo de enfermedad grave es mínimo», insiste Ayllón. Y, de hecho, la mayoría de los que se han contagiado en esta quinta ola lo están descubriendo por ser contacto estrecho con un positivo, casi siempre joven, no porque tengan síntomas. Eso sí, siempre hay casos especiales, problemas de cobertura con la vacuna, patologías que complican la infección o se complican con la covid... Igual que ocurre con otras infecciones. «Va a haber muertos e ingresos pero en números que se parecen más a los de otras enfermedades con las que convivimos. Esa es la situación en la que estamos ahora», apunta Juan Ayllón.
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Eso sí, como ha demostrado esta quinta ola «explosiva» no se puede bajar la guardia. Y es que, a mayor incidencia, mayor será el número de personas que se contagien, que acaben en el hospital, en la UCI o mueran. Los datos no mienten. Ahora, con incidencias superiores a las de noviembre, no tenemos un hospital al borde del colapso, pero la situación es complicada porque han entrado de golpe muchos ingresos. Si no se frena la incidencia, la ola seguriá creciendo.
Por se motivo, Ayllón insiste en que se debe seguir trabajando para contener la expansión del virus porque, además, «hay gente todavía vulnerable y, cuanto más circule, más posibilidades hay de que le toque». Estamos hablando de gente que no se ha podido vacunar, gente que no ha querido vacunarse y los colectivos a los que todavía no les ha llegado el momento. «En los menores de 30 años el riesgo es menor, pero existe igual», comenta el virólogo. Así que para protegerlos a todos, hay que frenar la incidencia.
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Y para ello toca continuar con las medidas de protección. «Estamos teniendo tantos casos en los jóvenes porque no están vacunados. Si la población de 40 a 60 no lo estuviera, tendríamos explosión de casos porque no se están comportando de manera más responsable», apunta Juan Ayllón, quien apunta a los contagios que se han derivado de los partidos de la Eurocopa. «Se ha hecho mucho hincapié en el botellón pero poco en la Eurocopa», que ha generado muchos encuentros en interiores, de colectivos «muy ruidosos», a veces con presencia importante de alcohol, en partidos que se han alargado y se han relajado las medidas.
«La Eurocopa ha sido un factor adicional que contribuye a explicar el aumento de la incidencia», asegura Ayllón. Y recuerda que la «explosión» de contagios entre los jóvenes ha venido también condicionada por diferentes factores. El fin del curso escolar, la llegada del verano y, sobre todo la apertura del ocio nocturno, que «ha sido absolutamente determinante en la quinta ola», son algunos de ellos. Y es que el virólogo de la UBU asegura que el problema no son los botellones, o no solo, sino el ocio nocturno en interiores de establecimientos sin control alguno.
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Además, los jóvenes han sentido que ya podían volver a su normalidad. Se les ha estado pidiendo un sacrificio para proteger a sus mayores y, resulta, que sus mayores ya están vacunados, así que ahora tocaba volver a la normalidad. No es así, todavía toca hacer un último esfuerzo, pues estamos muy cerca de acabar con la pandemia. Al menos en España, Europa y los países con amplia vacunación, donde la covid-19 acabará integrada como un problema sanitario más, a convivir con el resto, y entonces habrá que ver su impacto en colectivos vulnerables.
Ahora, Juan Ayllón espera que la quinta ola se pueda frenar en breve. «Cuanto más explosiva es la subida, menos dura», recuerda, y esta ha sido especialmente explosiva. Además, según avance la vacunación, «el campo virgen que tiene el virus para expandirse es más reducido», aunque mientras siga habiendo bolsas de gente sin vacunar puede haber rebrotes (y mientras continúe moviéndose el virus por el mundo, nuevas variantes). De cara al futuro más próximo, habrá que valorar la conveniencia de revacunar a la población, o a determinados colectivos.
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