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Como cada año, este 26 de octubre se celebra el Día del Daño Cerebral Adquirido (DCA). Esta dolencia afecta a 420.000 personas en España y, de ellas, 20.979 son castellanos y leoneses.
La atención que reciben los afectados por DCA, en muchos casos, no es suficiente para integrarlas en la sociedad y el desconocimiento que existe sobre el daño cerebral es una barrera más para su comprensión y para la realización de los derechos de las personas con DCA.
Este fue uno de los motivos que propició el nacimiento en 2006 de ADACEBUR, Asociación de Daño Cerebral de Burgos. Esta asociación ayuda a las personas con Daño Cerebral Adquirido y a sus familiares, que tras la lesión necesitan información y orientación acerca de su situación, sus posibilidades, los recursos a los que pueden acceder, etc.
En la actualidad, Adacebur cuenta con más de 100 socios afectados junto a sus familias. Estas familias han aprendido de golpe qué es un Daño Cerebral Adquirido (DCA), que va mucho más allá del ictus, el mas conocido.
«Hay otras causas, como los traumatismos craneoencefálicos (TCE), sobre todo por accidentes de tráfico, tenemos personas que han sufrido anoxias o encefalitis, tumores cerebrales», explica Mónica Alba, educadora social de Adacebur. Estas lesiones irrumpen en la vida de las personas de manera repentina como consecuencia de un accidente o una enfermedad y producen diversas secuelas de carácter físico, psíquico y sensorial, que pueden desarrollar anomalías en la percepción sensorial, alteraciones cognitivas, en la memoria, o en el propio plano emocional.
«En los últimos años está bajando mucho la edad de quienes lo sufren, las personas cada vez son más jóvenes, ahora mismo la mayoría de las personas con las que estamos tratando sobre todo en el ara de neuropsicología ronda los 40 años», afirma Mónica Alba.
Además, Mónica quiere recordad que la imagen que tenemos de que este tipo de lesiones solo le ocurren a personas de mas de ochenta es totalmente falsa: «La compañera que lleva casi nueve años en la asociación dice que nota cómo sus pacientes cada vez tienen menos edad».
La pandemia de la covid también se ha hecho notar en la asociación, que ha visto cómo una vez levantado el estado de alarma han recibido más llamadas. «Durante el confinamiento ha habido cosas que no eran covid y no han tenido otro tipo de terapias, así que hemos tenido un 'boom' de llamadas de personas que necesitan esta terapia», lamenta.
Pero en la asociación no solo han recibido llamadas de personas que han sufrido un ictus o un traumatismo durante la pandemia, también de aquellos que tras superar la covid-19 necesitan de su ayuda. «Son los que menos, les está costando acercarse, pero sabemos que hay gente que después de pasar el coronavirus, durante los ingresos en hospital, han sufrido un daño cerebral», cuenta Mónica.
Esta reticencia a acercarse a la asociación llega más por el miedo que por el desconocimiento. El estigma de la enfermedad, en este caso de la covid-19, hace que muchas personas no se hayan atrevido aún a dar el paso. Sin embargo, Mónica deja claro que ellos son el lugar adecuado al que llamar: «Se ven con unas secuelas cognitivas y físicas tras superar la covid-19 y no saben dónde acudir, nosotros ofrecemos atención neuropsicológica a los afectados, atención psicológica dirigida a afectados y sus familiares, terapia ocupacional y hacemos asesoramiento y ofrecemos información a las familias».
Las terapias pueden ser individuales pero también grupales, para paliar el aislamiento y la depresión que muchas de estas personas pueden sufrir. De esta manera potencian el contacto con otras personas en su misma situación para superar el 'shock' de verse limitados en algunas capacidades.
Hasta la asociación llegan gracias al «boca a boca», aunque Mónica asegura que cada vez más médicos hablan a sus pacientes de Adacebur, desde el hospital «se han dado cuenta de que no pueden dar a basto con todas las personas que han sufrido un DCA» y van derivándolos a la asociación. Algo así ocurre también con el hospital San Juan de Dios.
Cualquier persona que quiera ponerse en contacto con ellos, Mónica Alba les anima a hacerlo a través de su número de teléfono (947 26 29 66 ) o su correo electrónico (info@adacebur.org). Para esta jornada distinta por las medidas sanitarias desde la asociación han preparado diferentes actividades conmemorativas de este día. A través de las redes sociales llevarán a cabo un pequeño sorteo de fotos en la naturaleza y darán visibilidad de secuelas viendo la cara B del DCA para concienciar y mostrar un año más qué es el daño cerebral adquirido.
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