Última tecnología en desinfección para blindar las residencias burgaleses frente a la covid-19

El centro Clece Vitam San Pedro Poveda de Burgos cuenta con un aliado en la lucha contra este coronavirus, pero también frente a otros virus y bacterias. Se trata de un robot de última tecnología llamado Xenex. La residencia acaba de conocer a este aliado y sus trabajadores se encuentran ahora familiarizándose con él pero ya se está usando en el centro.

Este robot utiliza luz pulsada ultravioleta C con lámparas de xenón para desinfectar las estancias. El robot es capaz de destruir microorganismos patógenos como bacterias, hongos y virus en pocos minutos. Según un estudio realizado por el Texax Biomedical Research Institute, Xenex es capaz de eliminar el 99,99 por ciento del coronavirus.

«El sistema de desinfección se basa en una lámpara de gas xenón que emite radiacción ultravioleta de tipo C. Esta radiacción siempre la filtra la capa de ozono, no llega a la superficie terrestre, por lo que nos afecta a cualquier ser vivo. En el caso de bacterias y virus afecta a su pared celular y los daña de manera irreparable», explica un técnico de Clece.

Por ello, durante su uso, son necesarios mecanismos de seguridad que ya están aprendiendo los trabajadores de esta residencia de ancianos de Burgos. El robot actúa solo en la estancia y para evitar que nadie acceda se siguen varios pasos. Primero se coloca un cono naranja y carteles para avisar del uso del robot. La persona encargada del robot también se queda vigilando. Además, se coloca otro cono que tiene un sensor de movimiento. De esta forma, si alguien entrara en la habitación donde está funcionando el robot este se detendría.

«El robot funciona solo en la habitación porque la radiacción también afecta a las personas. Es verdad que casi cualquier capa de material que esté entre la luz y la persona no dejaría pasar la radiacción», explica este técnico. «Hay lugares donde se ponen cortinas o biombos para poder ir actuando por zonas», añade.

El robot Xenex es un complemento a la limpieza física y química, «si esta desinfecta un 60 por ciento, con este robot alcanzas el 85 o 90 por ciento dependiendo de dónde llegue la luz», apunta este técnico.

Lo que se intenta es que el robot esté a menos de dos metros de las superficies. Se coloca en los puntos de la habitación donde están las zonas de más contacto. Además, se tiene en cuenta la amplitud de la estancia por si es necesario más de un ciclo, en estos casos se aprovecha para dar la vuelta a los objetos. Los ciclos son cortos, en dos minutos una habitación que solo necesite un ciclo está desinfectada. Aunque si se quiere desinfectar una sala más grande se puede repetir el ciclo cambiando el lugar del robot o hacerlo más largo.

Se puede usar tanto en habitaciones como en baños, en estos, además, si son de baldosa, la luz rebota y alcanza a más superficies de sombra que en una habitación normal.

El robot ya se usaba antes de la pandemia, como confirma este técnico, pero sobre todo se empleaba en hospitales. «La pandemia de la covid-19 ha forzado a emplearlo en residencias y otros centros para incidir más en la desinfección», aclara.