Uno de cada tres jóvenes españoles ha pensado en suicidarse o lo ha intentado y una cantidad casi idéntica se autolesiona. Es uno de los datos más impactantes del estudio 'El estado de la salud mental en España', elaborado por Fundación Mutua Madrileña y la ... Confederación Salud Mental. Una exhaustiva radiografía que revela la enorme cantidad de ciudadanos que sufre problemas psicológicos en nuestro país y que alerta que la situación se agrava año tras año.
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El suicidio, en cifras récord en España, es la manifestación más extrema de esta preocupante realidad. El 14,5% de los españoles admite haber tenido ideaciones suicidas o haber intentado quitarse la vida y casi un 10% admite autolesionarse. Las cifras ponen los pelos de punta, pero el problema empeora si se fija la mirada solo en las mujeres y los jóvenes, los dos colectivos que más trastornos de salud mental padecen.
Las ideaciones e intentos de autolisis son un 50% más frecuentes en mujeres que en hombres y la media de casos se duplica si se pone el foco en los españoles de 18 a 24 años. El 31,8% de los chicos ha pensado o intentado quitarse la vida y el 31% se causa arañazos, cortes, quemaduras u otras lesiones como válvula de escape de su ira, miedos y frustraciones. Los sanitarios alertan de la escalada de casos que han empezado a tratar en las puertas de urgencia hospitalarias.
El trabajo, basado en una encuesta a 2.000 españoles y en conversaciones con enfermos, familiares y profesionales sanitarios, indica que cuatro de cada diez ciudadanos cree que tiene problemas de salud mental y que hasta seis de cada diez se sienten preocupados, temerosos, deprimidos o tristes.
De lo que no hay duda para la inmensa mayoría (75%) es de que sus trastornos han empeorado en los últimos años. Creen que el origen del agravamiento está en las dificultades económicas, la incertidumbre sobre el futuro y la presión y el estrés que soportan en su día a día, seguidos por el impacto de la pandemia y la sensación de que «vivimos en una sociedad cada vez más individualista y muy competitiva».
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Cuatro de cada diez españoles confiesa haber sufrido depresión en algún momento de su vida, casi la mitad conoce los ataques de ansiedad o pánico y, lo que es peor, hasta el 37% relata que sufre estos ataques incapacitantes con frecuencia y desde hace tiempo. Las cifras vuelven a dispararse cuando se mira a los colectivos más vulnerables. El perfil mayoritario del español con mala salud mental aclara el porqué. Es mujer, joven, de nivel socioeconómico bajo y, en una alta proporción, soltero.
Las mujeres, que cargan con la dura responsabilidad de los cuidados, con una mayor precariedad laboral y que tienen menos relaciones sociales, sufren el doble de padecimientos psicológicos que los hombres. De igual manera, más de la mitad de los jóvenes dice haber estado deprimido, dos de cada tres conocen los ataques de ansiedad y casi el 60% los sufre con reiteración. Los chicos de 18 a 24 años son los más golpeados por la crisis, muchos creen que no encajan ni en la sociedad ni en su entorno laboral, un tercio se siente solo y casi la mitad están insatisfechos con su apariencia física.
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No son percepciones subjetivas. La cuarta parte de los españoles acude a un psicólogo o un psiquiatra, la mayoría a través de la red sanitaria pública. No obstante, un tercio de ellos, el 35%, ha recurrido a un especialista privado, sobre todo para lograr una ayuda urgente ante la saturación o colapso, según los casos, que viven las consultas y sus enormes tiempos de espera. Seis de cada diez dicen que sus tratamientos se basan en medicamentos, lo que explica que el 19% de los adultos consuma psicofármacos, sobre las mujeres, y que el 73% lo haga a diario. La mayoría de las pastillas son ansiolíticos y antidepresivos, de los que España encabeza el consumo mundial.
Un paciente de cada cinco ha pasado por la experiencia de estar ingresado en una planta de psiquiatría. Sus opiniones son muy críticas. Abundan quienes dicen no haber ingresado por propia voluntad y en proporciones cercanas a la mitad se quejan de escasa información sobre su trastorno, sobre los efectos secundarios de la medicación o sobre la existencia de tratamientos alternativos.
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La salud mental sigue siendo un estigma en España. Seis de cada diez pacientes ha sentido rechazo social en su entorno y el 55% en el ámbito laboral. Los altos porcentajes no son de extrañar si se tiene en cuenta que aún hay una cuarta parte de ciudadanos que considera peligrosas a las personas con trastornos psicológicos, un porcentaje idéntico las ve molestas y una proporción muy semejante no conviviría con una de ellas.
El estudio denuncia que los poderes públicos no destinan los recursos suficientes para prevenir y tratar esta avalancha. Los ciudadanos reclaman más profesionales, más centros de salud mental comunitarios y que sea el mismo especialista quien trate al paciente de principio a fin. También, consideran prioritaria la puesta en marcha de programas específicos de prevención y sensibilización en el ámbito educativo, de acciones que alejen la soledad y de medidas para prevenir el estrés laboral y las situaciones de acoso en el trabajo.
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