«Nos debería avergonzar que las enfermeras españolas emigren»

-¿Cómo afronta el personal de enfermería la desescalada?

-Con muchísimo recelo y miedo a un nuevo repunte. Hacemos un llamamiento generalizado a la sociedad para que cumplan las recomendaciones de las autoridades. Solicitamos un refuerzo de las plantillas tanto en atención hospitalaria como primaria y socio-sanitaria. En atención primaria es fundamental que haya enfermeras suficientes para poder detectar y cuidar a los pacientes dentro de su entorno y su domicilio.

-¿En qué medida debería aumentar la plantilla en España?

-Para acercarnos a la media de los países europeos, necesitamos incorporar más de 131.000 enfermeras. Si nos circunscribimos al sistema sanitario público es necesario dotarlo de más de 88.000 profesionales, de los que 15.500 corresponderían atención primaria y el resto a especializada. La ratio de la UE es de 8,25 enfermeras por cada 1.000 habitantes, y España, con unas 230.000 profesionales, está en 5,3 profesionales por cada 1.000 habitantes.

-¿Cuántas enfermeras se han infectado con coronavirus?

-Alrededor de 47.000 profesionales sanitarios se han visto infectados. De esa cifra no disponemos del número oficial de enfermeras, pero por los datos que nos llegan podemos afirmar que entre el 60 y el 65% de los contagiados son profesionales de enfermería. Al principio no nos hacían test por la carencia de ellos. Luego se empezaron a realizar cuando hubo contactos estrechos con pacientes infectados, siempre y cuando se presentaran síntomas graves. Ahora se están haciendo bastantes a causa de los lotes de mascarillas defectuosas que se detectaron con el fin de localizar posibles contagiados que las usaron.

-¿Hasta qué punto la precariedad laboral castiga a este grupo profesional?

-Nos hemos enfrentado al Covid-19 en unas condiciones realmente malas. Faltaban los equipos de protección y los compañeros se daban de baja porque caían enfermos. Ha habido que doblar turnos y realizar muchas horas. El cansancio físico, mental y emocional se acumulaba, sobre todo porque este tipo de equipos agota muchísimo. Pese a la importancia de nuestro trabajo, somos uno de los objetivos más atacados por la precariedad. En situaciones normales existe una rotación tremenda y en muchos casos se hacen contratos por uno, dos o tres días.

-¿Qué piensa del fenómeno de que muchos jovenes que han cursado la carrera emigren a otros países para ejercer la enfermería?

-Es sangrante. Es una denuncia que venimos haciendo desde hace muchísimos años. Cuando Elena Salgado era ministra de Sanidad, entre 2004 y 2007, se publicó un artículo que celebraba que España tuviera 5.000 enfermeras en Gran Bretaña. ¡Se nos debería caer la cara de vergüenza! Desaprovechamos una inversión importantísima, como se demuestra en el hecho de que las enfermeras españolas son de las mejores del mundo por su preparación y capacidad científica. Todo ese esfuerzo para decirles luego: «no, hija, te vas porque aquí no tienes trabajo». Y no se van, como se dijo en su momento, porque querían aprender inglés.

-El contagio de Covid-19 entre el personal sanitario ya se considera un accidente de trabajo. ¿Qué repercusiones tiene esta catalogación?

-Reporta ventajas sobre todo económicas. A nosotros nos interesa mucho que se reconozca como accidente de trabajo porque ahora mismo todavía no sabemos las consecuencias que la enfermedad puede tener en la salud de los profesionales. La última demanda que como sindicato hemos planteado es que se conceptúe el Covid como enfermedad profesional (algo que apoya la OMS).

-¿Respalda el Satse las querellas presentadas en la fiscalía por la falta de material sanitario?

-Nosotros venimos denunciando la carencia de material y la mala calidad en algunos casos desde el primer día que empezamos a luchar contra esta pandemia. Por eso hemos presentado más de mil reclamaciones ante las inspecciones de trabajo.

-¿Y ahora hay mayor protección para el personal?

Algo se va mitigando, pero hay visiones un poco engañosas. Me explico. Cuando oímos que llegan no sé cuántos aviones con millones de mascarillas, poco más o menos parece como si ya tuviéramos las necesidades cubiertas. Eso no es así, porque no hay que olvidar que el material es desechable, debe tener un uso muy limitado. Y hoy por hoy en todos los centros se está sobreutilizando el material de protección.

-Francia va a pagar a sus sanitarios un plus de 1.500 euros por el esfuerzo realizado contra el coronavirus. Las reivindicaciones del Satse van por esa línea o exigen más cosas.

-Lo hemos reclamado, pero pedimos otras cosas más, como compensaciones en la valoración de méritos para aquellas enfermeras que están desarrollando su trabajo con enfermos de Covid. Y además solicitamos días libres que cuenten como jornada de trabajo, porque nadie se ha ido durante lo peor de la pandemia cuando acababa estrictamente su turno. Ha seguido en su puesto.