La vacunación covid permite a los sanitarios de Burgos encarar con 'normalidad' el verano

El objetivo para este verano, en el ámbito sanitario, es ir volviendo poco a poco a la normalidad. También en lo que se refiere a organización de las plantillas, que han estado haciendo malabarismos para garantizar la atención sanitaria no covid mientras luchaban contra el virus. Y eso les ha obligado a acumular horas de trabajo, a ceder en libranzas, a posponer descansos e, incluso, a quedarse sin vacaciones o retrasarlas, dejándolas fuera de los periodos habituales.

Sin embargo, la previsión es que este verano puedan recuperar cierta rutina. Explican los sindicatos que ya en 2020, tras el impacto importante de los duros confinamientos, los sanitarios tuvieron un descanso. Ello permitió que recuperaran libranzas y que pudieran disfrutar de vacaciones, aunque algunas quedaron colgadas y los periodos de disfrute se alargaron más de los normal para compaginar los derechos laborales con la imprescindible atención sanitaria.

Luego, llegó la segunda ola, que fue especialmente dura en Burgos. Se encadenó con la tercera, y ahora con al cuarta. Así que la necesidad de descanso es importantísima. En términos generales, «ahora los permisos y descansos se están dando», admite Penélope Barriuso, coordinadora de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO en Burgos. Sin embargo, «hay mucho acumulado», admite, y el gran problema de la falta de plantilla para cubrir las ausencias.

Los sanitarios ha podido presentar ya sus peticiones de vacaciones estivales, ahora habrá que hacer los oportunos cuadrantes. «En principio, se podrán disfrutar las vacaciones con cierta normalidad», afirma Barriuso. Y Ana Isabel Martínez, de CSIF, apunta que en unidades clave como UCI o Urgencias, se cubrirán 100% las vacaciones pero, en otras, ocurrirá como es habitual, que las ausencias de unos compañeros las cubren con su esfuerzo los que quedan.

Silvia López, secretaria del Sindicato de Enfermería SATSE en Burgos, indica que todavía hay excesos de jornada y, aunque las libranzas se van recuperando poco a poco, «lo peor son las unidades covid, porque se acumulan muchos descansos pendientes de disfrutar«. También se van pagando los abonos voluntarios, pero el trámite no está exento de algún imprevisto. Aun así, todo apunta a que el verano será más tranquilo de lo que lo han sido estos últimos meses, pero con la pandemia nunca se sabe.

En lo que coinciden los sindicatos es en la importancia de cuidar a los sanitarios, dotando al sistema de suficientes recursos humanos y materiales, pero también mejorando las condiciones laborales para equipararlas a las de comunidades próximas. «A la gente hay que cuidarla porque ha dado mucho, han echado muchas horas y, algunos, han estado con el EPI puesto más de un año», recuerda Barriuso. Y, además, el personal está muy cansado, agotado física y emocionalmente.

La responsable de CCOO valora que los trabajadores que han estado encadenando contratos de acumulo covid, para prestar apoyo a la plantilla ordinaria, vayan a poder disfrutar de vacaciones también en verano. En muchos casos, estos contratos se cambiarán por contratos de sustitución de vacaciones, pero los descansos acumulados se podrán gastar durante el verano, porque «hay que darles un respiro». Además, explica Silvia López, de SATSE, algunos de esos trabajadores, al encadenar contratos, no han podido todavía disfrutar de vacaciones y el agotamiento es importante.

Los sanitarios reconocen que la pandemia «ha puesto en evidencia las carencias del sistema en Castilla y León«, explica Penélope Barriuso. Y ahora toca aprender la lección. Hay que reforzar las plantillas y mejorar las condiciones laborales para evitar que los sanitarios que aquí se forman acaben en otras regiones, como el País Vasco, donde los contratos son mejor, tanto en salarios como en condiciones. Enfermería lo ha conseguido gracias a la lucha de SATSE, ahora queda el resto de los grupos profesionales.