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El Gobierno central y la Comunidad de Madrid han encontrado un nuevo motivo para el enfrentamiento: las pruebas diagnósticas que está realizando la región para detectar positivos por coronavirus. El Ministerio de Sanidad ha insinuado en los últimos días que Madrid ha reducido el número ... de PCR para de esta manera, encontrar menos casos y así mejorar sus cifras globales de contagios. La Comunidad de Madrid acusa al ministro Salvador Illa de «falta de lealtad» por intentar poner otra vez al Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso en la picota.
En su comparecencia tras la reunión del Comité de seguimiento del coronavirus en Madrid, el pasado martes, Illa mostró su «preocupación» por el descenso de las pruebas PCR en ese territorio, donde se ha pasado de 154.400 durante la última semana de septiembre a los 92.000 de la primera de octubre, un 40,3% menos. Sin embargo, para no crispar aún más la situación, el ministro afirmó que creía que esta caída no se debía «negligencia», sino al «gran volumen de casos» que afronta Madrid.
Pero el ataque estaba lanzado y la Comunidad de Madrid salió a defenderse esgrimiendo un argumento: la reducción se explica porque Madrid ha comenzado a realizar test de antígenos, mucho más rápidos y más baratos (4,5 euros frente a los 80 o 100 que cuestan las PCR). En un comunicado de prensa lanzado el miércoles, la Comunidad de Madrid afirmó que «comunica diariamente los nuevos casos de covid-19 al Ministerio de Sanidad, incluyendo los diagnósticos por PCR y los confirmados por los test rápidos de antígenos, que permiten conocer el resultado de la prueba en 15 minutos».
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Además, la Consejería de Sanidad de Madrid argumentó que el descenso también se debe a motivos sanitarios, en concreto, a los mejores datos que está ofreciendo la región en los últimos días. «El número de pruebas diagnósticas totales realizadas depende directamente de la situación epidemiológica, a mayor sospecha clínica de infección, mayor uso de pruebas diagnósticas. La misma relación existe en función del número de brotes y contactos estrechos detectados. A medida que disminuye la incidencia de enfermedad, hay menor indicación de pruebas diagnósticas», señaló el departamento del consejero Enrique Ruiz Escudero.
Según los datos aportados por la Comunidad de Madrid, que no coinciden con los del Ministerio de Sanidad, las pruebas PCR han pasado en la última semana de 123.372 a 79.697, pero en cambio, las pruebas de antígenos se han más que duplicado (de 24.638 a 58.697). Sumando ambas pruebas, Madrid ha pasado de realizar 150.370 test entre el 27 de septiembre y el 4 de octubre a 138.394 entre el 4 de octubre y el 11 de septiembre, un descenso del 8%.
Enrique Ruiz Escudero criticó el miércoles que el Ministerio de Sanidad no haya incorporado las «más de 89 mil pruebas de antígenos» que se han realizado en la región en los datos que proporciona el Gobierno de España sobre la evolución de la pandemia. «A día de hoy hemos volcado más de 89 mil pruebas de test de antígenos que complementan a las PCR que se hacen dentro de la estrategia diagnóstica que tienen nuestra región y que el Ministerio de Sanidad todavía no ha incorporado a las estadísticas que publica en su página web», dijo Escudero.
En el centro del debate está la fiabilidad de las pruebas de antígenos. Estas pruebas se realizan de un modo similar a las PCR, tomando muestras nasofaríngeas (a través de la nariz) con un hisopo y la fiabilidad es alta en pacientes sintomáticos porque el resultado requiere una alta carga viral. Sin embargo, la sensibilidad cae abruptamente a partir del séptimo día.
Por eso, la Asociación Nacional Empresarial del Laboratorio de Análisis Clínico (ANLAC) afirmó el martes en un comunicado que los test antígenos en covid-19 «no pueden ser utilizados para el estudio de grupos numerosos para descartar infecciones, debiendo los resultados negativos ser tratados con precaución y confirmados mediante una segunda prueba molecular con amplificación del virus». «Tienen un bajo grado de fiabilidad en individuos con menores cantidades de virus», lo que «los hace poco fiables para detectar casos que se encuentren en los primeros días de la infección (justo antes del periodo de mayor capacidad de contagio), cuando han transcurrido más de cinco días tras el inicio de los síntomas y, sobre todo, en aquellos con un curso asintomático de la enfermedad», indican en un comunicado.
«Este conjunto de circunstancias hace necesario que las Administraciones Públicas competentes lleven a cabo las actuaciones precisas para regular y controlar la utilización de los test rápidos de antígeno, garantizando su uso por profesionales cualificados para ello y para los supuestos en los que realmente han demostrado su eficacia. De lo contrario, estaríamos ante una incorrecta utilización de estas pruebas que, a buen seguro, acarrearán unas nocivas consecuencias para la salud pública, repercutiendo negativamente en el control de la pandemia», insisten.
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