En positivo. Así observa la Consejería de Sanidad los últimos datos relativos a la incidencia de la covid-19 en Burgos. La provincia sigue a la cabeza de la región, con las cifras más elevadas, pero se detecta una tendencia al descenso que lleva a ... la esperanza. «Nuestras cifras están mejor», ha apuntado Verónica Casado, tras insistir en que «en todas las provincias, incluida Burgos, la incidencia está bajando». Y se nota tanto en los casos acumulados en 14 días como sobre todo en el acumulado a 7 días, que hace pronosticar una mejor evolución de aquí en adelante.
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La provincia presenta una incidencia cumulada de 1.294 casos por 100.000 habitantes. Es la segunda cifra más baja de este noviembre, frente a los 1.356 casos que se alcanzaron el día 18, que es cuando se tocó techo. El dato más positivo es que, en el acumulado a siete días, se registran 533 casos por 100.000 habitantes, el dato más bajo de todo noviembre. «Estamos notando una bajada importante en la incidencia acumulada a siete días», ha insistido Casado, que aun así pide cautela.
Y es que la consejera recuerda que el nivel de alerta se supera una vez se alcanzan los 500 casos, y para cambiar de nivel hay que descender a 250 casos. Así que nos queda mucho camino por recorrer pero Casado no pierde la ocasión de lanzar «un mensaje de esperanza» pues, con las medidas que se han implantado, se empiezan a ver buenos resultados, ha insistido. También en la capital burgalesa, aunque la mejoría «no es suficiente» como para pensar en quitar las restricciones impuestas la semana pasada.
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La incidencia acumulada a catorce días es de 1.750 casos por 100.000 habitantes, que es la cifra más baja de los últimos diez días, como se puede comprobar en el portal de transparencia de la Junta. La máxima se registró el 18 de noviembre, cuando se alcanzaron los 1.871 casos. Además, la incidencia a seite días es de 689, muy por debajo de los 900 que se registraban en la semana del 9 de noviembre, y que llevaron a la Junta a plantear restricciones para Burgos en previsión de un empeoramiento de la situación. Aun así, «Burgos sigue teniendo una incidencia muy elevada», explica Casado.
Por ese motivo, la consejera afirma que, «en principio, la mejoría de los datos de Burgos no es suficiente para plantear quitar ninguna restricción» de las impuestas la semana pasada, y que están en vigor hasta el 3 de diciembre. La positividad en Burgos ha caído al 21,9%, tras alcanzar el 30%, mientras que se ha ido elevando la trazabilidad, que se sitúa en el 36,8% (en la provincia la positividad se queda en el 20,8% y la trazabilidad en el 36,8%).
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Verónica Casado defiende la realización del cribado masivo, que se mantiene hasta este sábado en la capital, como una medida positiva en un contexto muy determinado: alta prevalencia, transmisión comunitaria y pérdida de la trazabilidad. El objetivo del cribado masivo es detectar a los asintomáticos para que dejen de contagiar, así que por pocos que sean los casos detectados (133 hasta este martes), el impacto «es importante» para frenar los contagios.
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