La extensión del tercer pinchazo a la población general sigue provocando los recelos de una buena parte de la comunidad científica y continúa alimentado la polémica entre países y expertos. Pero en el seno del Ministerio de Sanidad esa controversia no existe. El departamento que ... dirige Carolina Darias apuesta ya claramente en sus documentos internos por administrar esa dosis de recuerdo más allá de los ancianos de las residencias y los pacientes inmunodeprimidos, tal y como se ha acordado hasta ahora.
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Sanidad reveló sus preferencias en privado el pasado 16 de septiembre. Fue en el informe interno de la Comisión de Salud Pública, en el que incluyó varias referencias a la necesidad de esta dosis de refuerzo. En ese documento -en el que se dio luz verde al tercer pinchazo a personas con tratamientos inmunosupresores de muy alto riesgo y a los residentes en centros de mayores- el ministerio aseguró tajante que «se dispone de evidencia en países de nuestro entorno de pérdida de la efectividad conferida por una pauta completa de vacunas frente a la covid con el tiempo, sobre todo en las personas mayores».
El informe de Salud Pública redactado por los técnicos de Sanidad revela que esos estudios -en los que el Gobierno apoya su tesis de la necesidad de la dosis de recuerdo en toda la población para contrarrestar la pérdida de eficacia- son dos investigaciones realizadas en Israel y una en el Reino Unido. Esos ensayos, tres de los más favorables a los intereses de las farmacéuticas y todavía en estado de prepublicación, han concluido en los últimos meses, entre otras cuestiones, que «el riesgo de infección era significativamente mayor para los primeros vacunados en comparación con los vacunados más tarde»; que existe «un fuerte efecto de disminución de la inmunidad en todos los grupos de edad después de seis meses»; y que la variante Delta provoca una importante caída de la efectividad de las profilaxis con solo dos dosis.
Sanidad defiende que esas investigaciones en Israel y Gran Bretaña, a pesar de estudiar «características epidemiológicas y pauta de vacunación diferentes», apuntan a la necesidad de esa tercera dosis. Es más, el informe de la Comisión de Salud Pública asegura que hay «datos preliminares del análisis de los datos disponibles en España que indican resultados similares a los observados en otros países». Sin embargo, Sanidad, que sí que cita las referencias internacionales a la necesidad de esa tercera inoculación, no revela en ese documento qué investigaciones españolas avalarían la extensión de la toma de recuerdo al total de la población.
Lo que sí hacen los expertos de Sanidad es adelantar que las informaciones que maneja el Gobierno apuntan a que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que lleva ya semanas evaluando la solicitud de Pfizer/BioNTech de incluir la posibilidad de administración de dosis adicionales de Comirnaty, podría fallar a principios del próximo mes sobre esta controvertida cuestión. «Se espera opinión de la EMA en la semana del 4 de octubre», señala literalmente el informe de Sanidad.
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Sea como fuere, en el documento oficial se deja claro que Sanidad no tienen por qué seguir las indicaciones de la EMA, como ya hizo la pasada primavera cuando limitó el uso por debajo de 60 años de la vacuna de AstraZeneca a pesar de que regulador europeo insto en seguir utilizándola sin límite de edad. «La administración de dosis adicionales o dosis de recuerdo todavía no se refleja en las fichas técnicas de las vacunas autorizadas en la Unión Europea. Es importante destacar que en las indicaciones de todas las fichas técnicas de vacunas se indica que las decisiones de uso son las que determinan las autoridades sanitarias en cada país, quienes emiten recomendaciones oficiales tras analizar la evidencia científica disponible, incluidos los estudios de efectividad, y el contexto específico de cada país», zanja el documento.
Las preferencias de Sanidad por la tercera dosis –a pesar de que organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o el comité de asesores de la Administración de Fármacos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) siguen sin ver evidencias sobre su necesidad- no son nuevas. El pasado 23 de julio, la propia Carolina Darias, en una entrevista radiofónica ya aseguró que «todo parece apuntar a que tendremos que poner una tercera dosis», al tiempo que dio por hecho de que ese recuerdo iba a ser anual y que sería de la una profilaxis de ARNmensajero como la Pfizer. Se da la circunstancia que la Comisión Europea cerró en mayo un contrato con este gigante de 1.800 millones de euros para el suministro de viales hasta 2023.
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