La OMS alerta del aumento de problemas mentales entre los adolescentes

Se trata del último estudio internacional sobre la salud mental y el comportamiento social de los niños que ha difundido la Oficina Regional de la OMS para Europa, y que muestra que el bienestar mental de los adolescentes disminuyó en muchos países entre 2014 y 2018, con un número «cada vez mayor» de niños y niñas que se sienten deprimidos, nerviosos o irritables, «lo que es una preocupación para todos nosotros», como admite el doctor Hans Henri P. Kluge, director de la OMS para Europa, quien aboga por facilitar a los jóvenes el acceso a los servicios de salud mental, adecuándolos a sus necesidades. Kluge recuerda que los adolescentes de hoy son los adultos de mañana, y que la forma en que se responda a este creciente problema en su salud mental tendrá su repercusión en las generaciones futuras.

El informe recoge que el bienestar mental disminuye a medida que los niños crecen, con una mayor incidencia en las niñas. Así, una de cada cuatro adolescentes dice sentirse nerviosa, irritable o afirma tener dificultades para conciliar el sueño al menos una vez por semana.

El estudio muestra una variación sustancial en función de los países de procedencia, lo que revela el peso de los factores culturales, políticos y económicos en la salud de los jóvenes europeos.

En comparación con 2014, en un tercio de los países se ha producido un aumento de los adolescentes que se sienten presionados por los deberes escolares y un descenso del número de quienes afirman que les gustar ir al colegio. En la mayoría de los países se ha constatado que la experiencia escolar va empeorando con la edad, pues los jóvenes perciben que el apoyo de maestros y compañeros de clase disminuye a medida que aumenta la presión del trabajo escolar.

El estudio también examina el uso creciente de la tecnología digital y sus amenazas, como el 'ciberbullying', que afecta «desproporcionadamente» apostillan los técnicos de la OMS, a las niñas. Más de una de cada diez adolescentes admite haber sufrido ciberacoso al menos una vez en los últimos dos meses.

El documento también aborda las relaciones sexuales de los jóvenes y pone de manifiesto que los adolescentes siguen cayendo en prácticas de riesgo. A los 15 años, el 25% de los chicos y el 14% de las chicas dice haber mantenido relaciones sexuales y uno de cada cuatro adolescentes que practicó sexo lo hizo sin ninguna protección. España no sale mal parada en este ránking, que encabeza Malta, donde la mitad de los jóvenes que mantuvieron relaciones sexuales no recurrió a métodos como el preservativo o la píldora anticonceptiva. Nuestro país (con el 19%) se encuentra en los ránkings de Islandia o Canadá, y por encima de países como Suecia, Francia, Italia, Bélgica o Finlandia.

El informe de la OMS señala también que el consumo de alcohol y tabaco entre los jóvenes ha disminuido con relación a los datos de hace cuatro años, si bien el número de consumidores sigue siendo demasiado alto entre los jóvenes de 15 años, con el alcohol como la sustancia más comúnmente utilizada. Así, uno de cada cinco jóvenes de 15 años (el 20%) ha estado borracho dos veces o más en su vida. En España los porcentajes se hallan en esa media, aunque se nota un ligero repunte entre las chicas (del 21% del año 2014 al 22% del año 2018) y un pequeño descenso entre los varones: del 21% al 19%.

Por otro lado, menos de uno de cada cinco adolescentes cumple con las recomendaciones de la OMS para la actividad física: los niveles han disminuido en un tercio de los países desde 2014, especialmente entre los niños. La participación sigue siendo particularmente baja para niñas. Además, la mayoría de los adolescentes no cumple con las recomendaciones nutricionales actuales, «lo que socava su capacidad para un desarrollo saludable». Alrededor de dos de cada tres adolescentes no comen suficientes alimentos ricos en nutrientes necesarios para la salud, uno de cada cuatro come dulces y uno de cada seis consume bebidas azucaradas todos los días. Por eso los niveles de sobrepeso y obesidad han aumentado desde 2014, y ahora afectan a uno de cada cinco jóvenes, con niveles más altos entre niños y adolescentes más jóvenes. De hecho, uno de cada cuatro adolescentes se considera demasiado gordo, especialmente las niñas. Al menos en España este dato se ha visto reducido en los últimos cuatro años: en 2014, el 46% de las adolescentes se veían obesas y ahora ese porcentaje ha bajado al 39% (siete puntos menos). Hay países como Polonia, Dinamarca o Países Bajos, donde roza el 50%.