Primera muerte en América por el coronavirus

Hasta el momento se han confirmado 66 casos de coronavirus en suelo estadounidense, incluidos nueve pacientes que ya estarían recuperados. También se han tenido en cuenta cuatro casos «sospechosos» que han dado positivo en una primera prueba a falta de una segunda de confirmación, todo en la costa oeste: uno en Silicon Valley, otro en un pequeño pueblo de California, uno en Oregón y otro en Seattle, el peor escenario de contagio del coronavirus en EE UU.

Trump dijo en rueda de prensa desde la Casa Blanca que la fallecida era una «mujer maravillosa» y también «paciente de alto riesgo», dando a entender que tenía otras patologías previas que habrían complicado su evolución y causado en última instancia el fallecimiento. «Nuestros corazones están con su familia y amigos. Seguiremos trabajando para que un día nadie muera por este virus», señaló por su parte el gobernador de Washington, Jay Inslee.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y de las autoridades de salud de Washington tienen previsto ofrecer sendas conferencias de prensa para hablar de este fallecimiento y los casos revelados en las últimas horas. Dados que los cuatro nuevos positivos, dos en el estado de California y otros tanto en el de Oregón, distan en algún caso hasta 1.500 kilómetros entre sí, las autoridades temen que el virus lleve ya varias semanas circulando por toda la costa oeste del país y se convierta en un foco de la epidemia.

Vista la evolución de la enfermedad en Estados Unidos, Trump ordenó este sábado prohibir la entrada al país da todos aquellos que hayan visitado Irán -uno de los principales focos de la epidemia en la actualidad- en los últimos 14 días debido al coronavirus. Asimismo, apuntó que estudia «muy en serio» restringir también el acceso desde la frontera con México -pese a que este país solo tiene cuatro casos por ahora-, aunque espera «no tener que hacerlo».

Además, el Departamento de Estado emitirá en breve una alerta de viaje para instar a los estadounidenses a que no se desplacen a «zonas específicas de Italia y Corea del Sur», otros dos países con un alto número de contagios de COVID-19. No obstante, el presidente norteamericano quiso hacer un llamamiento a la calma ante la opinión pública. «Esto no es algo por lo que deba cundir el pánico», subrayó al recordar que las personas «sanas» que contraigan la enfermedad «deberían poder recuperarse».

Donald Trump nombró a su vicepresidente, Mike Pence, máximo responsable de las operaciones para controlar la expansión del virus. A su vez, el Congreso estadounidense ha prometido un paquete de 1.500 millones de dólares para afrontar la situación sanitaria.