Entrar en la estación de autobuses de Burgos sobrecoge. Atrás quedó el bullicio de una instalación en la que los reencuentros y las despedidas siempre llegaban cargadas de besos, abrazos y a veces hasta lágrimas.
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La 'nueva normalidad' intenta abrirse paso entre la cuarentena social ... y el distanciamiento físico. Y en la estación es tan palpable que casi se puede tocar. El silencio se nota nada más traspasar las puertas automáticas, apenas un par de viajeros esperan en el vestíbulo, en los andenes, tan solo una pasajera aguarda a que su autobús llegue a la estación.
El tráfico de autobuses se ha visto reducido en estos días en apenas una veintena, muchos días no pasan de 15, cuando el flujo normal de vehículos ronda los 400. 200 coches que salen desde aquí y otros tantos que llegan.
El encargado de la estación asegura que hasta el momento no ha ocurrido «ningún problema» y que «tanto la Policía Local como la Nacional vienen habitualmente por aquí», sin embargo, son pocos los viajeros los que se dejan ver por la estación.
Las mascarillas son obligatorias para poder subir al autobús. Muchos de los pasajeros ya van ataviados con ellas. Otros las reciben al montar en el vehículo, pues las empresas de transporte las están proporcionando. Por si estas se agotan, en la estación también disponen de ellas para facilitárselas a estos pasajeros.
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El perfil del viajero en este periodo de pandemia es similar en casi todos los casos. «Muchos de los que han pasado por aquí eran estudiantes y trabajadores a los que el estado de alarma les ha pillado en Burgos y que han vuelto a su residencia o que les pilló fuera y han vuelto a Burgos», cuenta el encargado de la estación.
También hay viajeros de municipios cercanos que se desplazan a la capital para poder abastecerse en el mercado, que linda con la estación. «Y un médico que viaja hasta Aranda cuando le corresponde«, explica el responsable.
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Asegura también que en estos 51 días la Policía no ha tenido que intervenir en ningún momento, todos los viajeros tenían causa justificada para subir al autobús. «Se han respetado las normas, los autobuses solo abren la puerta central, vehículos de 60 plazas solo llevan 10 viajeros y todos están respetando las normas».
En este lunes de comienzo de la 'fase 0 de la desescalada' la estación parece querer retomar su vida poco a poco. Cuándo volverán a la normalidad «es impredecible», augura su responsable. Mientras tanto, los autobuses seguirán saliendo a cuenta gotas y los abrazos y besos en las despedidas y reencuentros tendrán que esperar a tiempos mejores.
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