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Poco a poco se va conociendo el alcance real de la pandemia de la covid-19. Y el impacto está siendo muy significativo, de acuerdo a los datos hechos públicos por parte del Registro Civil, que durante los pasado meses de marzo y abril detectó ... un incremento de la mortalidad superior al 70,2% en la provincia de Burgos. Así, de acuerdo a los datos del Registro, quizá la fuente de información más fiable en este ámbito, durante los dos últimos meses perdieron la vida un total de 1.057 burgaleses, es decir, 436 más que los registrados en el mismo periodo de 2019.
Sin embargo, ese significativo repunte no es totalmente achacable a la covid-19. O al menos de manera directa. Así al menos lo reflejan los propios datos del Registro, en el que durante este periodo se inscribieron 275 fallecimientos de personas diagnosticadas con covid-19 (169) o que presentaban síntomas compatibles en el momento del deceso (106). Es decir, que las muertes relacionadas directamente con el coronavirus suponen un 26% del total, un porcentaje muy similar al que reflejaban los datos aportados días atrás por la Consejería de Sanidad en virtud de las bajas en el volumen de tarjetas sanitarias.
En este sentido, la estadística está condicionada parcialmente por la baja mortalidad que se registró durante los meses de marzo y abril del año pasado (y de 2018), que contrasta, en todo caso, con la alta mortalidad que sí se registró en el mismo periodo de 2017.
Además, los expertos hacen hincapié en la incidencia que ha tenido la atención a la pandemia por parte del sistema sanitario, que ha volcado sus esfuerzos en el tratamiento de la covid-19 y eso podría haber afectado indirectamente a otros ámbitos sanitarios.
Con todo, las cifras frías son las que son e, incuestionablemente, la covid-19 ha provocado un trauma difícilmente digerible, sobre todo en abril, cuando se vivieron las semanas más duras de la pandemia en la provincia en particular y el país en general.
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Así, durante el mes de marzo, el incremento de la mortalidad no fue tan significativo, registrándose un total de 440 fallecimientos, casi un 42% más que en marzo de 2019. De todos ellos, el registro Civil documentó 44 decesos de personas diagnosticadas (17) o con síntomas compatibles (27).
El duro golpe llegó en abril, cuando se registraron 617 defunciones (un 98% más que en 2019), de las que 231 estaban relacionadas con la covid, ya sea por pacientes diagnosticados (152) o con síntomas (79).
Se trata, en todo caso, de una fotografía de situación muy similar a la que presenta el conjunto del territorio autonómico, aunque no tan dramática. Y es que, de acuerdo a los datos del Registro, durante los meses de marzo y abril se contabilizaron en Castilla y León un total de 8.633 defunciones, lo que supone un incremento del 95,9% respecto a los datos acumulados durante el mismo periodo de 2019. De todas ellas, 3.672 estuvieron directamente relacionadas con la covid-19, lo que supone un 42,5% del total.
Habrá que estudiar, en todo caso, cómo se comporta la estadística durante los próximos meses, para conocer mejor el impacto de la pandemia.
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