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Los españoles tenemos unos hábitos nocturnos nocivos que son los que en buena parte explicarían la gran cantidad de ciudadanos, más de diez millones, que de forma habitual duermen poco y mal.
Le robamos horas al sueño casi a diario para el ocio y además nos acostamos tras abusar de las pantallas electrónicas, lo que, junto a otros factores o trastornos personales, aclaran el porqué más de la mitad de los españoles, en concreto el 54%, admite que normalmente duerme menos horas de las siete que los expertos recomiendan de manera general como indispensables para poder tener un buen descanso. Es la conclusión principal del estudio monográfico sobre el sueño en España realizado por la farmacéutica Bayer
Se duermen pocas horas y además la calidad de su sueño la califican como mala el 44% de los preguntados, un porcentaje que aún sube cuatro puntos, hasta rozar prácticamente la mitad de afectadas, si las consultadas son solo las mujeres. Por edades, quienes declaran más problemas para dormir bien son los que están en la mediana edad, los que oscilan entre los 45 y los 55 años.
El efecto de esta falta regular de sueño es que quienes la sufren, luego, durante el día, en su jornada laboral o su horario estudiantil, se ven lastrados por un aumento de la fatiga y la somnolencia, por una reiterada mala concentración y, en definitiva, por un bajo rendimiento en las labores que requieren de esfuerzo intelectual. No es una especulación científica, lo confiesan los propios interrogados. El 35% de la población reconoce que tiene un bajo rendimiento los días que duerme mal y hasta la mitad tiene episodios de somnolencia en lugares como el cine o el puesto de trabajo debido a un escaso descanso.
Los especialistas subrayan que el estudio confirma que hay dos hábitos perniciosos muy arraigados entre los españoles que están detrás de sus problemas de descanso. El primero es la costumbre generalizada de trasnochar. Uno de cada cuatro ciudadanos se acuesta prácticamente a diario después de la medianoche, proporción que sube a la mitad si solo se tienen en cuenta los fines de semana o los festivos. Este comportamiento, practicado de manera reiterada, «puede alterar el ritmo natural del sueño y desajustar el ritmo circadiano, lo que puede desembocar en problemas crónicos como el insomnio y dificultad para conciliar el sueño en horarios regulares», según explica Inmaculada Ferreres, farmacéutica y asesora científica de Bayer.
La otra mala costumbre, cada vez más extendida, es la de ver televisión o series o utilizar el móvil o las tabletas antes de apagar la luz. Hasta ocho de cada diez españoles confiesa que normalmente ve televisión justo antes de ir a la cama y la mitad, bien en paralelo bien en exclusiva, están pegados a otras pantallas electrónicas hasta última hora, normalmente a la de su 'smartphone'. Los que más horas de sueño se quitan con este hábito son los adolescentes y los jóvenes. El uso regular de pantallas electrónicas antes de dormir tiene una relación directa con las dificultades para dormir y para tener un buen descanso.
Los resultados obtenidos por Bayer son muy semejantes a los arrojados por un estudio precedente elaborado por la Sociedad Española de Neurología, que ya desvelaba que el 48% de los españoles no tiene un sueño de calidad, motivo por el que un tercio de ciudadanos se despierta con la sensación de no haber tenido un sueño reparador.
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