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Hay que centrarse en lo bueno. La vuelta al cole supone reencontrarse con los compañeros, recuperar las actividades extraescolares, disfrutar de juegos y diversiones, y no solo retornar a las aulas y ponerse a estudiar. Y es en estos aspectos positivos en los que tienen ... que centrarse padres y profesores para que la vuelta al cole de los más pequeños de la casa no sea traumática en la situación actual de pandemia.
«Los niños más pequeños absorben el miedo de los padres», explica Daniel Ortega, psicólogo del Hospital Recoletas de Burgos. Y miedo, angustia y ansiedad hay mucho entre los adultos pues con la covid-19 nos enfrentamos a una situación única, novedosa y desconocida. «El sentimiento actual predominante es la ansiedad», afirma Ortega, que surge como un mecanismo de defensa pero debemos de mantener bajo control.
Si ante la crisis sanitaria que estamos viviendo no reaccionásemos con ansiedad, estaríamos «incontrolados» y la pandemia seguiramente avanzaría mucho más rápido y con menos capacidasd de control. «Yo no huyo de la ansiedad. Hay que reconocerla, identificarla, asumirla y aceptarla», comenta el psicólogo, que ha visto incrementar el número de transtornos de ansiedad que llegan a su consulta en Recoletas.
La clave es aprender a vivir con la covid-19, y los riesgos que conlleva. Y desde la prudencia y la prevención, intentar hacer una vida lo más normalizada posible. «No nos puede afectar a nuestra vida laboral, académica o de relaciones sociales; no nos puede empobrecer como seres humanos». Y así tenemos que afrontar la vuelta al trabajo y la vuelta al cole de los pequeños, ambas inevitables y necesarias para nuestro crecimiento personal y nuestra socialización.
Así que ante el inminente regreso a las aulas, Daniel Ortega recomienda «positivizar la escuela y afrontar la vuelta con normalidad». Hay que abordar los aspectos positivos y animar a los niños a que recuerden los buenos momentos vividos y que van a poder reencontrarse con sus amigos. Esto es fundamental cuanto más pequeños son los escolares, que son los que se pueden ver más influidos por la sensación generalizada de miedo y ansiedad.
«El miedo de los niños a volver a clase es directamente proporcional al miedo que han podido trasmitir los padres», apunta Ortega, fundamentalmente en niños de menos de seis años. A partir de Primaria, los niños tienen más capacidad para afrotnar el temor porque son más conscientes de los aspectos positivos de la vuelta al cole. Además, junto con la influencia de los padres está también la que ejercen los amigos, la televisión o las redes sociales.
Si hablamos de adolescentes, aquí la influencia la ejercen los amigos, aunque el psicólogo aventura que no va a haber miedo excesivo a volver a las aulas pues, además, los adolescentes tienen una percepción del riesgo distanta a la de los adultos. Aun así, tampoco son ajenos a la ansiedad que genera la crisis sanitaria, que está llevando a un aumento de los tratamientos médicos vinculados a cuadros de ansiedad y depresión.
De hecho, Daniel Ortega afirma que los problemas de ansiedad han aumentado en las generaciones jóvenes. «Ahora nuestros jóvenes padecen más problemas de ansiedad de los que padecieron nuestros padres y abuelos», entre otras cuestiones, por el tipo de sociedad en la que vivimos, autoexigencia, los entornos competitivos y la intolerancia a la frustación. Así que no es raro tampoco que los casos nuevos que llegan, derivados de la covid, sean mayoritariamente de jóvenes entre 20 y 40 años, al menos en la experiencia profesional de Ortega.
Y mientras nos preparamos para el regreso a las aulas no debemos tampoco descuidar el retorno al trabajo de los adultos. A la famosa depresión postvacacional, que «no es más que un pequeño trastorno adaptativo que se pasa en un pare de semanas», se suma ahora la ansiedad de la pandemia. De nuevo, la recomendación es afrontar la situación con prudencia pero desde una perspectiva positiva, entendiendo que la ansiedad es una reacción lógica y natural.
Para calmarla tenemos que buscar momentos de relajación, física y psicológica. Aliviar la tensión que genera haciendo deporte, por ejemplo, o con actividades que nos resulten atractivas. Y, mentalmente, huyendo de pensamientos negativos, la mayor parte de las veces anticipatorios, que suelen acompañar a la ansiedad. Hay que contraargumentarlos en positivo y vaciar la mente ocupándola con otras actividades.
Al trabajo hay que volver, insiste Daniel Ortega, pues es parte de nuestro desarollo personal, como lo es también la socialización. No debemos abandonar nuestros contactos con familiares y amigos, y hay que salir a la calle, aunque sea con todas las medidas sanitarias impuestas. Y si teletrabajamos, la recomendación es reservar un espacio concreto de la casa para ellos, con un horario, y así evitar la sensación de saturación, frustración y tristeza que se genera cuando no podemos desconectar del trabajo.
El psicólogo de Recoletas destaca, de todos modos, la gran capacidad de adaptación que tiene el ser humano. A lo largo de la historia se han vivido situaciones mucho más complicadas que la covid-19 y se han conseguido superar. «Yo creo en la recuperación y que volverermos a una cierta normalidad, distinta», afirma. También rechaza que se vaya a producir un «cataclismo» e insiste en que seremos capaces de afrontar cuarentenas y nuevos confinamientos, aunque espera que no se produzcan.
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