Dosis de Astrazeneca. Afp / EP

Mezclar AstraZeneca con Pfizer triplica los efectos adversos

Sanidad decidirá la próxima semana si aplica este cóctel de profilaxis a los casi dos millones de trabajadores a los que se negó la segunda dosis por los trombos

Jueves, 13 de mayo 2021, 08:55

Inocular una primera vacuna de AstraZeneca (AZ) y una segunda dosis de Pfizer llegar a triplicar los efectos adversos. Eso sí, estos efectos secundarios siguen siendo siempre de escasa importancia, no se alargan en el tiempo y suelen remitir con simple paracetamol. Esta es una ... de las grandes conclusiones preliminares de un estudio denominado Com-Cov, que se está llevando a cabo en la Universidad de Oxford sobre la mezcla de vacunas y cuyos primeros resultados se han publicado en la prestigiosa revista médica de Lancet.

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Este estudio, en grandes líneas, concluye que el cóctel de vacunas es seguro, aunque multiplique los efectos secundarios leves y moderados habituales después de la inoculación de cualquier profilaxis, tales como fiebre, malestar o fatiga generalizada. Lo que todavía no ha determinado esta investigación es la efectividad de mezclar vacunas, que no son solo de diferentes marcas comerciales, sino que, además, proceden de diferente tecnología: adenovirus, en el caso de AstraZeneca; ARNmensajero, en el de Pfizer.

Los investigadores británicos están comparando cuatro combinaciones posibles de tratamiento con 115 voluntarios en cada uno de los grupos: las dos habituales de solo con Pfizer o sólo con AstraZeneca; una tercera con una primera de Pfizer y un segundo pinchazo de AstraZeneca; y la cuarta que consiste en administrar una segunda dosis de Pfizer tras una primera de AstraZeneca. Precisamente, esta última opción es la que se está planteando el Ministerio de Sanidad para los casi dos millones de trabajadores esenciales de menos de 60 años a los que niega la segunda dosis de AstraZeneca tras las decenas de extraños trombos que se han detectado entre personas de mediana edad, sobre todo entre mujeres entre los 18 y 48 años.

75% fatiga

Esos efectos adversos con la combinación de una primera inoculación de AstraZeneca y una segunda de Pfizer son fatiga (que llega a afectar al 75% de los vacunados con esta combinación), fiebre (a un 10%), dolor de cabeza (cerca del 60%), malestar general (un 50%) y dolor muscular (casi el 60%).

Este estudio es uno de los que esperaba con ansiedad la Ponencia de Vacunas para tomar la próxima semana una decisión sobre el cóctel de vacuna. No obstante, la investigación se basa en todos los casos de un espacio entre las dos dosis de 4 semanas frente a las 16 semanas que van a trascurrir en España hasta que se anuncié el futuro de estos trabajadores esenciales y se empiece o no a inocular un segundo inyectable. En cualquier caso, los especialistas creen que los efectos secundarios y su intensidad serán similares aunque se espacien más las dosis.

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Los investigadores creen posible, aunque reconocen no tener confirmación científica aún, que estos efectos secundarios más acentuados podrían anticipar que la reacción inmune por el cóctel de vacunas es más fuerte al mezclar profilaxis. Sin embargo, los mismos autores del estudio advierten que «a nivel individual no hay una correlación tan fuerte como cabría esperar», por lo que habrá que esperar a los resultados definitivos dentro de unas semanas en los diferentes grupos de edad para determinar si los beneficios por conseguir una supuesta inmunidad más robusta superan a los perjuicios de sufrir más efectos adversos aunque éstos sean moderados.

Menores de 50

Hay otro aspecto del estudio que concierne particularmente a España, donde las autoridades sanitarias valoran ese cóctel vacunal AstraZeneca+Pfizer exclusivamente para profesores, policías, bomberos o militares menores de 60 años. Y es que en la investigación, por el momento, solo participan personas mayores de 50 años y la inmensa mayoría de esos casi 2 millones de trabajadores esenciales a los se ha dejado sin segunda dosis de AZ está por debajo de esa edad. Además, los propios responsables del estudio apuntan que es probable que las reacciones adversas sean mayores cuanto más jóvenes sean los pacientes, ya que el sistema inmunológico es más recio y responde de manera más contundente. Algo que suele ocurrir con todo tipo de vacunas.

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El informe preliminar sobre el estudio de Oxford también hace hincapié en otro tema que toca de lleno a la situación de España y a esos casi dos millones de personas en el 'limbo vacunal'. Los investigadores inciden que del estudio no arroja conclusión alguna sobre la causa de que uno de los efectos secundarios raros de la vacuna de AstraZeneca sean los famosos capítulos de trombosis con trombocitopenia. En cualquier caso, los autores aclaran que la preocupación por esas embolias en personas de mediana edad que hicieron que España y otros países europeos vetaran los segundos pinchazos viene de la inoculación de las primeras dosis. De hecho –de acuerdo con sus datos- de 6 millones de segundas dosis monitorizadas solo se contabilizaron 6 trombos y no se confirmó que éstos tuvieran relación con la inoculación porque no estuvieron acompañados por la fuerte bajada de plaquetas, que sí se presentó en los centenares de casos identificados con las primeras inyecciones.

«Congruentes»

Según revelaron hoy fuentes de Sanidad, las conclusiones de la investigación británica sobre el aumento de los efectos secundarios leves son «congruentes» con lo observado en los primeros días del estudio 'CombiVacs' puesto en marcha por el Instituto Carlos III a finales de abril y en el que participan 600 voluntarios menores de 60 años a los que ya se había inoculado una primera dosis de AstraZeneca y a los que se ha inyectado una segunda de Pfizer.

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Este estudio 'Made in Spain' que servirá de base, junto a otras investigaciones, para que el departamento que dirige Carolina Darias tome una decisión la semana próxima sobre qué hacer con la vacunación de los trabajadores esenciales.

La investigación británica –reconocen fuentes de la Ponencia de Vacunas- no ha acabado de aclarar el panorama, hasta el punto de que a solo unos días de decidir qué hacer con los casi 2 millones de afectados y a la espera de conocer los resultados de 'CombiVacs' (que se esperan muy similares a los hechos públicos este jueves) los expertos de Sanidad siguen debatiéndose entre las tres opciones que barajaron desde el inicio.

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La primera es inocular una segunda dosis de AstraZeneca tal y como viene recomendando la Agencia Europea del Medicamento y que apoyan buena parte de los expertos de la Ponencia. Esta opción, que no cuenta con demasiados apoyos entre los responsables políticos de ministerio por su supuesta impopularidad entre la población, ha perdido peso en las últimas horas después de que el miércoles y tres provincias canadienses (Ontario, Alberta y Saskatchewan) decidieran dejar de usar AstraZeneca por el incremento de trombos.

La segunda opción, que ha ganado fuerza tras el estudio de Oxford, es la de combinar AZ con Pfizer, aunque en la Ponencia, más allá de comprobar que los efectos secundarios son leves, quieren tener constancia de que aumenta la respuesta inmunizadora, algo que igual no aclare del todo el estudio 'CombiVacs' antes de la semana que viene. De no ser así, varios de los responsables de la Ponencia apuestan por la tercera vía, la más conservadora: dejar sin segundo pinchazo a esos casi 2 millones de personas, confiando en el que la primera dosis ya les confiere un 70% de inmunización.

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