Herida una octogenaria en un atropello en Burgos
Mariana Peixoto, en la puerta de la facultad de Derecho de la Universidad de Burgos. BC

«Tuve que mentir para que me hicieran la PCR tras pedirla 5 veces, luego di positivo»

La estudiante de Derecho en la UBU Mariana Peixoto se confinó voluntariamente tras mantener un contacto estrecho con un amigo con covid, aunque no entró dentro de la lista de los rastreadores al superarse las 48 horas del último contacto que marca el protocolo

Sábado, 28 de noviembre 2020, 09:09

Del 17 de octubre al 3 de noviembre, la estudiante de Derecho en la Universidad de Burgos Mariana Peixoto ha estado confinada por la covid-19. Siete días de forma voluntaria al no tener confirmación de que el virus estaba en su organismo y el ... resto, con la PCR positiva. Y es a que esta joven portuguesa afincada en Miranda de Ebro y de 20 años ha vivido una odisea, ya que la denegaron «cuatro o cinco veces la PCR» y tuvo que inventarse los síntomas para despejar las dudas de si padecía la enfermedad.

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«Mantuve un contacto estrecho con un amigo 48 horas antes de que su PCR diera positivo. Eso imposibilitó que entrara dentro del listado de seguimiento para los rastreadores. Como sabía que existía un riesgo grande decidí confinarme. Aun así, en el centro de salud solo me decían que no me podían hacer la PCR y que siguiera con mi vida normal, pero extremando las precauciones», rememora Mariana Peixoto.

Pero la estudiante de Derecho no siguió con su vida normal y se aisló en su casa de Burgos, la que comparte con otras dos universitarias. De hecho una de ellas, ante ese confinamiento voluntario, decidió seguir sus pasos y se encerró bajo el mismo techo. A la tercera inquilina, ante las últimas novedades, apostó por quedarse en su ciudad de origen y evitar, de esta forma, estar expuesta al virus. Ya le gustaría a Elena Cañizares tener estas compañeras de piso. «Mi amigo había dado positivo y yo no podía hacer esa vida normal porque eso implicaba ir al gimnasio, a la universidad, ir a comprar... en resumen, convivir con mucha gente», manifiesta Mariana.

Se acercaba el puente de Todos los Santos y la universitaria portuguesa seguía sin la confirmación de haber contraído la enfermedad. Por lo que las dudas le asaltaron. Ir a Miranda o no, donde residen familiares de riesgo. Con esa incertidumbre, Mariana se presentó en Urgencias y mintió para que le hicieran la PCR. Al día siguiente, una llamada de teléfono, confirmaba el positivo.

«Aunque me parece feo lo que hice, tuve que decir que tenía unos síntomas que realmente no eran ciertos. Fui en todo momento asintomática. No quería contagiar a mi familia, era lo que más miedo me daba», afirma la estudiante de Derecho, quien reconoce que esta situación «me ha amargado».

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Y a partir de ese momento, Mariana y su compañera de piso recibieron la solidaridad de sus amigos y compañeros de clase. «Nos tenían que hacer la compra y bajar la basura, ya que estuvimos más de 15 días sin salir de casa», apunta. «Han sido semanas duras porque, además de estar encerradas en casa, no podíamos seguir el ritmo de vida normal. Por ejemplo, durante ese tiempo, no pudimos ir a la universidad y nos hemos tenido que apañar para seguir al día en todas las materias», incide Mariana.

Con la tranquilidad de que su positivo no se extendió entre sus amigos, Mariana vivió algún incidente con algún vecino en su casa de Burgos. «Se han molestado un poco. Hemos estado 15 días en casa y nos teníamos que despejar para no agobiarnos. El encierro supone mucha ansiedad y hemos vivido momentos que eran difíciles de llevar. Es lo que más nos ha podido afectar. A algún vecino les ha molestado que pusiéramos música a las 12 de la mañana. Y un día tuvimos que dejar la basura en el puerta porque no teníamos a nadie que nos la bajara. Nos llamó a la puerta un vecino para decirnos que no la podíamos dejar aquí. Entiendo que pueda ser molesto, pero no teníamos otra opción al estar confinadas. Encima nos dijo que habíamos traído la covid al vecindario», recuerda la portuguesa, que ha sufrido cierta discriminación. «Para mí, tener covid, no ha sido una opción. De todas formas, no es la primera persona que se burla porque alguien padezca esa enfermedad», continúa.

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Por todo esto, Mariana solicita que se revisen los protocolos para que no se repita su historia y se amplíen los rastreos para que no se propague la enfermedad. «Luego nos preguntamos por qué hay muchos positivos. En muchas ocasiones no se hacen las PCR que se deberían hacer», concluye.

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