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Homenaje en el centro de salud Los Comuneros. A la derecha, Félix Pinedo. ÁMC/BC
Coronavirus en Burgos: El médico que antepuso la salud pública a su vida frente a la covid

El médico que antepuso la salud pública a su vida frente a la covid

Burgos homenajea al facultativo de Atención Primaria fallecido el martes por coronavirus y que adelantó su alta para ayudar en la pandemia

Sábado, 19 de diciembre 2020, 09:02

Cerca de un minuto duró el aplauso de despedida que ofrecieron ayer los compañeros del centro de salud de Los Comuneros de Burgos a Félix Pinedo, médico de Atención Primaria de 61 años que fallecía el pasado martes en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) ... tras no poder superar la covid-19. Un homenaje en la puerta del centro donde acudía todos los días desde hace casi tres años como médico de familia y que concluyó con la entrega de un ramo de flores a su mujer, Blanca, auxiliar en el HUBU, y a sus dos hijos, Carlota y José María, a quienes se les caían las lágrimas tras las palabras de elogio de Pablo Puente, coordinador del centro de salud.

Félix era muy querido entre sus compañeros de trabajo, como se demostró a primera hora de la mañana. Más de un centenar de sanitarios 'colapsaron' la puerta de acceso al centro de salud para despedir a su amigo. Una persona que lo dio todo por intentar frenar el avance del coronavirus en esta segunda ola, ya que en el inicio de la pandemia, «un sustillo» le obligó a estar de baja unos meses. El no poder ayudar durante esas semanas, le inquietaba a Félix, que se reincorporó a su puesto de trabajo cuando el coronavirus era más virulento en Burgos. «Tenía mucha ansia por volver a trabajar y ayudar», apuntan sus dos hijos con lágrimas en los ojos.

Aunque a ciencia cierta no saben dónde se pudo infectar, sus familiares sospechan de que fuera ejerciendo una de sus pasiones, la medicina. «No tenía una vida social de juntarse con la gente. En casa hemos dado todos negativo, así que creemos que fue en su lugar de trabajo. Una vez contagiado le derivaron al HUBU y la evolución no fue muy allá», señala Carlota.

De ahí pasó a la UCI 3 del hospital, de la que los hijos de Félix solo tienen buenas palabras. «Queremos agradecer al hospital y a los profesionales sanitarios su dedicación porque se han portado muy bien con él y con nosotros. Siempre que llamábamos estaban dispuestos a hablar con nosotros. Nos dejaron subir a despedirnos de él, cumpliendo todas las medidas sanitarias. Aunque estaba sedado, estuvimos cerca de él en los últimos momentos. Eso ha ayudado mucho», continúa José María.

Esa labor prácticamente altruista de Félix también la alabó el Colegio de Médicos de Burgos y sus compañeros en Los Comuneros, que destacan que, a pesar de Félix tenía una salud delicada, decidió no prolongar su baja laboral y arriesgar su vida para seguir acudiendo a tratar a enfermos y sanarlos, «siendo un ejemplo» para sus compañeros y para la sociedad. «Es lo que tengo que hacer», recuerdan sus compañeros más directos que decía en las reuniones, anteponiendo la profesión y la salud pública a su propia vida.

Félix Pinedo se formó en la Facultad de Medicina de Valladolid para empalmar con unos meses de servicio militar como médico. Volvió a Burgos y trabajó durante 20 años en una mutua y en el hospital San Juan de Dios, ese mismo que en las próximas semanas podría cerrar sus puertas definitivamente. Estas funciones, Félix, las compaginaba con guardias en la sanidad rural, por lo que también era muy querido en municipios como Quintanar, Pradoluengo o Salas de los Infantes, donde ejercía la medicina en la denominada España vaciada.

Pero todo cambió radicalmente hace seis años, cuando Félix sufrió un ictus que le obligó a cambiar de puesto de trabajo, pero no de oficio, al no poder conducir y desplazarse a los diferentes municipios burgaleses. «Le destinaron en el centro de salud de Los Comuneros y le acogieron, como se ha podido ver en este homenaje, muy bien. Él también estaba muy contento aquí», señalan Carlota y José María.

Unos hijos a quienes se les quiebra la voz y se les humedecen los ojos al hablar del Félix padre. Se apoyan entre ellos para describir cómo era su progenitor, del que solo tienen buenas palabras. «Era muy cariñoso con nosotros. Era muy buen padre y es y será un ejemplo. Estamos orgullosos de él y de los valores que nos ha transmitido», relatan con la voz entrecortada, pero que lanzan un mensaje a la sociedad. «Hemos visto cómo nuestros padres hacen una labor sanitaria que está siendo vital. Solo pedimos que les tengan más en cuenta y que las personas no la preparen».

El fallecimiento de Félix Pinedo no es el del primer sanitario en la provincia por la covid-19. El médico del centro de salud de Los Comuneros se suma al de la auxiliar de Enfermería del Hospital 'Fuente Bermeja' y a la del exjefe del Servicio Territorial de Sanidad desde que comenzara la pandemia en marzo.

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