La vida de Alejandro González Racero 'Jano'se paralizó dos veces en apenas un par de semanas. La primera de ellas el 22 de febrero, cuando su rodilla se rompió en Arroyo de la Encomienda mientras disputaba el partido correspondiente a la jornada 21 de ... la Primera División Nacional de balonmano con su equipo, el Balonmano Burgos. Rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. La segunda, cuando tras decretarse el estado de alarma le cancelaron la fecha de la intervención, que debería haberse llevado a cabo tres semanas después de la lesión.
«Ahora mismo la rodilla está más o menos bien, el caso es que está rota», explica el lateral izquierdo que trata de sobrellevar la lesión como puede. La parte «buena» es que no padece dolores salvo cuando intenta «flexionarla del todo», pero asegura que lo lleva «como puede».
«Es una jodienda, porque te ves que no avanzas y se hace largo», se lamenta. La lesión, común en su deporte y de recuperación larga, se le está haciendo más larga aún por culpa de la pandemia provocada por el coronavirus. «Cuando me lesioné pensaba en volver en septiembre, pero con esto del covid-19 me aplazan la operación y ya estoy pensando en volver a empezar en enero y es muy duro», asegura Jano.
La gestión de este tiempo (82 días desde la lesión hasta que se produzca la operación, planificada para el día 14 de mayo si no hay nuevos retrasos) la ha llevado «con mucha paciencia», pero también «con altibajos». «Te rompes y cuando te rompes parece el fin del mundo, se te acaba la temporada, encima en una temporada que estábamos disfrutando, que estábamos bien, pero lo piensas fríamente, ves lo que tienes por delante, estableces unos periodos y te centras en estar en septiembre», analiza el lateral. Pero en su planificación de la recuperación llegó un invitado con el que no contaba: el coronavirus.
«En la semana del 16 de marzo me iban a dar la fecha para operarme esa misma semana, pero ese sábado se establece el estado de alarma, se cancela todo y me quedo a la espera de que me llamen y de que me den fecha», recuerda.
Fue un nuevo estallar por los aires de los planes. Primero la rodilla, después la posibilidad de comenzar cuanto antes con la recuperación: «Fue un mazazo duro y se me hizo cuesta arriba. Después lo he llevado con paciencia y con tranquilidad, no queda otra ya»
A pesar del golpe moral, Jano asegura que todos «se portaron muy bien» y que han estado « en todo momento llamando para preguntar cómo está la pierna e informar de cómo estaban los procesos». Así hasta que se ha producido la llamada que tanto ansiaba, la que le ha dado la fecha de la esperada operación que se producirá el próximo 14 de mayo.
Mientras tanto, sigue lamentando a ratos que todo este tiempo confinados podría haber «sido tiempo avanzado si estuviese operado» y, aunque no ha dejado de trabajar para perder la menor musculatura posible, el tiempo no ha corrido de su mano para poder haber iniciado el proceso de recuperación antes.
Pero el día de la operación está cerca, y los nuevos protocolos también: «Me van a ingresar dos días antes de la operación, tengo que pasar las pruebas de la covid-19 y me dejan aislado en una habitación. No puedo salir de ella ni recibir visitas, después de la operación tampoco».
Por suerte, tras la operación, si todo marcha bien, tan solo tendrá que dormir una noche en el hospital y después pondrá el contador a cero para comenzar la recuperación. La rehabilitación todavía tendrá que esperar un poco y seguramente tendrá que hacerla solo por el protocolo establecido por la crisis sanitaria, pero para Jano no supone un problema, solo cuenta los días para volver a pisar el 40x20.
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