La Junta incrementa las restricciones de cara a Semana Santa

Esta es la nueva medida que entrará en vigor en Burgos el próximo 26 de marzo y será efectiva hasta el 9 de abril, cuando deje de tener efecto.

Esta nueva normativa aprobada este martes recoge medidas específicas, de carácter temporal y extraordinario que según el Gobierno regional se justifican por la necesidad de reducir la posibilidad de contagios en los ámbitos sociales en los que, epidemiológicamente, se siguen registrando el mayor número de brotes de la enfermedad. Ante la proximidad de días festivos, con vacaciones escolares, universitarias y laborales que, tradicionalmente, han propiciado la movilidad ciudadana, con un altísimo número de desplazamientos y un aumento de reuniones entre no convivientes, la Junta ha comunicado estas nuevas restricciones.

La primera de estas normas es la que limitará en la provincia de Burgos la permanencia de grupos en espacios públicos, ya sean abiertos o cerrados, a un máximo de cuatro personas, salvo que se trate de convivientes. Por su parte, las reuniones en espacios privados se limitarán únicamente a personas convivientes.

Esta limitación no afectará a la reunión de personas en instalaciones y establecimientos abiertos al público que ya cuentan con un régimen preventivo y de control autorizado por la autoridad sanitaria. De esta forma, en el ámbito hostelero podrán seguir sirviéndose a seis personas máximo por mesa en la terraza. Tampoco altera las actividades laborales e institucionales, ni a aquellas otras en las que se establezcan medidas específicas en la normativa aplicable.

Además, esta normativa establece en Burgos una serie de obligaciones y de recomendaciones en relación con las celebraciones y actividades propias de la Semana Santa. La provincia, al igual que la comunidad, mantendrá el nivel de alerta sanitaria que estuviese declarado en las dos semanas previas al inicio de la Semana Santa.

Esta Semana Santa será la segunda en la que no se celebrarán eventos masivos de cualquier índole que impliquen aglomeración o concentración de personas. Aunque, algo que no ocurrió en 2020, se permite la celebración de actos religiosos que cuenten con la autorización pertinente solo en recintos acotados, en los que las imágenes permanezcan estáticas y estableciendo por diferentes lugares la entrada y salida del público.

Los templos burgaleses no podrán superar el tercio del aforo y tendrán que garantizar la distancia mínima interpersonal de, al menos, 1,5 metros y el uso obligatorio de mascarilla. No se podrá consumir alimentos ni bebidas, así como cualquier otra actividad que ocasione no usar la mascarilla por parte del público durante estos eventos, así como en su acceso o salida.

Además, no se permitirán las muestras físicas de devoción o tradición (besos, contacto sobre imágenes o esculturas, etc.) que deberán ser sustituidas por otras que no conlleven riesgo sanitario. Ninguna de las celebraciones religiosas podrá incumplir la regulación relativa a la limitación de la libertad de circulación de las personas en horario nocturno.

Porque también se mantiene el cierre perimetral de la región que está actualmente en vigor, tanto para la entrada como la salida de personas, y el toque de queda entre las diez de la noche y las seis de la mañana.