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Un conductor enseña el justificante a un policía, en la BU-11. AMC

El primer día de confinamiento se salda sin incidentes en los 12 accesos a la capital

Los controles en los accesos a la ciudad, protagonistas en una jornada muy lluviosa

Miércoles, 21 de octubre 2020

Aún no había asomado el sol (de hecho no se vio durante este miércoles) en la capital burgalesa, cuando las luces intermitentes de los coches de policía alumbraban los accesos a Burgos. La capital estrenaba un nuevo confinamiento y no pudo elegir peor día para ... echar el candado, sobre todo para todos aquellos que tenían que entrar y salir de Burgos para ir al trabajo. La lluvia no ayudó en las primeras horas del cierre. Los limpiaparabrisas no se detenían en el interior de los coches, mientras sus conductores se apresuraban para mostrar esos documentos que les acreditaban para empezar su jornada laboral.

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Precisamente uno de los controles, en la plaza del Rey, generó largas colas en la avenida Cantabria y en la BU-11. Centenares de vehículos intentaban entrar en la ciudad a primera hora de la mañana y este miércoles tardaron un poco más de lo debido para terminar de llegar hasta su punto de encuentro. Había que empezar el confinamiento controlando y eso hicieron los agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que acabaron empapados tras los primeros controles.

Con 10 patrullas de la Policía Local en las entradas y otras cuatro de la Policía Nacional, la ciudad se blindaba. A pesar de ese estricto control a primera hora no hubo ningún incidente, y lo que a las 7:00 horas eran atascos y alguna desesperación de los conductores, a media mañana esa situación ya se había disipado.

La ciudad respiraba el aroma de las últimas jornadas. Burgos volvía a estar confinada, pero la capital mostraba el pulso de las últimas semanas, sin que un confinamiento trastocara en exceso el día a día. Eso sí, los controles se repartieron durante el resto de día, como la lluvia de este 21 de octubre. Situación similar vivió una pareja de policías locales en la propia BU-11, a la altura del Hipercor, sobre las 16:00 horas. «Es lo que toca», afirmaban mientras empezaban a parar vehículos que abandonaban la ciudad.

Saben que estos controles generan atascos, pero no hay otra solución. Un camión fue el primero en acreditar la salida. Lo tenía más fácil que el resto de coches particulares, cuyos conductores empezaban a echar mano del salvoconducto y de la mascarilla, cuando viajaban en solitario, al ver a la patrulla en la BU-11. Con la intención de evitar las aglomeraciones de la mañana, los agentes despachaban a los vehículos con premura, aunque era inevitable generar un pequeño atasco. Las precipitaciones no cesaban y los controles, tampoco. A esa misma hora, otro control en el club de tenis de Burgos registraba los accesos y salidas a la capital.

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La concejala de Seguridad Ciudadana, Blanca Carpintero, confirma que los agentes han solicitado documentación y justificante a todos los conductores y que el primer día de cierre perimetral de la capital ha finalizado sin incidentes. Carpintero sí hace mención a los atascos que se han producido a lo largo del día debido a la Operación Jaula, pero desde el Ayuntamiento insisten en que el control es necesario para preservar las medidas de confinamiento frente al avance de la covid.

Unos controles que se intensificarán durante el fin de semana para evitar los desplazamientos a las segundas viviendas.

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