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Los profesionales de los hospitales españoles contienen la respiración mientras viven su día a día en un ambiente de calma tensa. En las últimas semanas se ha vuelto a disparar el número de contagiados por coronavirus y los centros están comenzando a tomar ... medidas ante un previsible aumento de ingresados que pueda poner al sistema otra vez al límite de sus recursos. La segunda oleada del virus ya está aquí, y algunas cosas han cambiado para bien respecto al colapso de marzo y abril, pero no todas.
La situación es ésta: el cansancio de las plantillas después de meses extenuantes y el desánimo al ver que una buena parte de la sociedad no se toma en serio la Covid-19 pese a las trágicas cifras de fallecidos tienen los contrapuntos positivos de que, en principio, no va a faltar material sanitario (aunque la noticia de que el remdesivir comienza a agotarse no parece un buen presagio) y, sobre todo, del hecho de que los hospitales han preparado planes de contingencia que incluyen la habilitación de alas o la transformación de camas y quirófanos en UCI en tiempo récord.
«Siguiendo con las metáforas bélicas que tanto se han utilizado durante esta crisis sanitaria, sabemos que va a haber un ataque, pero no sabemos ni cuándo, ni dónde ni de qué magnitud», explica Gabriel López, vocal de Médicos de Hospital de la Organización Médica Colegial. «Las cosas se están descontrolando y si no somos conscientes y ponemos medidas por parte de todos podemos volver a una situación muy crítica como la de marzo o abril», sostuvo en una entrevista en Catalunya Ràdio la jefa de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Vall d'Hebron, Magda Campins.
El perfil de los contagiados no es el mismo que durante el pico de la epidemia. Ahora la media de edad se encuentra en los 38 años frente a los 62 de las primeras semanas de emergencia sanitaria, y eso, en principio, es una buena noticia porque los jóvenes resisten mejor al virus. Pero si el ritmo de contagios continúa creciendo exponencialmente, como lo está haciendo ahora (el jueves se registraron casi 3.500; el viernes, más de 8.100), la presión hospitalaria crecerá también a gran velocidad. Lo dijo el responsable de Emergencias del Gobierno, Fernando Simón, en su última comparecencia. La tasa de hospitalización de los contagiados es ahora relativamente baja, alrededor del 4% frente al 55% de marzo y abril. «Pero aunque la hospitalización sea del 4%, si hay 100.000 contagiados, 4.000 tendrán que ingresar. El confinamiento se decretó para reducir la presión hospitalaria y que se pudiera garantizar el tratamiento de los pacientes. Si hay muchos hospitalizados, habrá muchos en la UCI y acabará habiendo muchos fallecidos», agregó. «Nadie está a salvo», corrobora Gabriel López; «en las UCI siguen ingresando muchos pacientes con pluripatologías, pero también jóvenes que se contagiaron en fiestas».
Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, hay 4.703 pacientes con Covid-19 ingresados, de los cuales 541 están en UCI, lo que supone una ocupación del 4,4% en toda España. Las autonomías con más camas ocupadas son Aragón (13,6%), Madrid (9,8%) y País Vasco (9,1%).
La Comunidad de Madrid se está adelantando y ya ha suspendido cirugías en los hospitales 12 de Octubre, Gregorio Marañón y el de Móstoles para liberar habitaciones. En otras regiones, el colapso de la Atención Primaria, incapaz de atender a todos los pacientes que llegan con coronavirus, está ahogando las Urgencias.
Que los hospitales sean capaces de afrontar la segunda oleada adaptando sus instalaciones implica, sin embargo, que la asistencia a quienes sufren otro tipo de enfermedades o necesitan operarse pronto va a empeorar. «Por eso es tan importante convencer a la población en general de que debe tomar medidas para prevenir los contagios», insiste Gabriel López, que describe la «tensión emocional» que sufren los sanitarios. «Asumen un riesgo para sí mismos y sus familias mientras observan cómo una parte de la población y los políticos no hacen lo que les corresponde», concluye.
SARA I. BELLED | Madrid
La tasa de letalidad del coronavirus en España ha pasado del 8,2% hasta el pasado 10 de mayo al 0,4% de la actualidad, según los datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica actualizados a 20 de agosto. No es que ahora la covid-19 mate menos que antes, ya que la teoría dice que fallecen las mismas personas por coronavirus respecto al total de contagiados (se calcula que entre un 1 y un 0,5%), pero la diferencia es que ahora se diagnostican muchos más casos.
El aumento de la capacidad de detección y la menor presión sanitaria han sacado a la luz a aquellas personas infectadas que en el comienzo de la pandemia pasaban desapercibidas, muchas asintomáticas. De hecho, las autoridades sanitarias españolas han asegurado que en esta fase de la pandemia se detecta en torno a un 60% de asintomáticos, mientras que antes primaban las pruebas PCR que se realizaban en su mayoría a los casos más graves. Cabe recordar que el 11 de mayo Sanidad puso en marcha la nueva estrategia de diagnóstico, vigilancia y control en la fase de transición de la pandemia, por la que las comunidades autónomas deben notificar los casos confirmados de forma individualizada y diariamente al nivel estatal.
Así, en virtud de la conciencia social y del mayor o menor esfuerzo de las diferentes comunidades que han incrementado el número de test, los casos diagnosticados se han multiplicado y la proporción de personas que mueren respecto de las que se infectan (la tasa de letalidad) se ha reducido. Cuenta aquí el perfil del contagiado -la edad media ha pasado de 60 a 38- y también el mayor conocimiento del virus, que permite mejorar el tratamiento.
El resultado es una tasa de letalidad del 0,4% en los últimos tres meses que queda lejos del 8,2% del periodo anterior, pero también del 12% que llegó a marcar en los peores días de la pandemia (sin contar los fallecidos que no entraron en el conteo al no ser diagnosticados previamente).
Con los últimos datos de Sanidad, la tasa total está en 7,4% desde que comenzó la pandemia. Hay 386.054 positivos, la mayoría por PCR, y 28.838 fallecidos. Han muerto siete de cada 100 contagiados diagnosticados. Un resultado que también queda lejos del arrojado por el estudio serológico publicado en junio. Se estimó que había entonces un 5,2% de españoles infectados, lo que con 27.800 muertos oficiales resulta una tasa de letalidad del 1,1%.
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