Sanidad mantiene el estado de alarma tras insinuar que Madrid falsea los datos

Aunque ambas partes se vieron este martes, fue el enésimo diálogo de sordos con declaraciones cruzadas antes los medios. Ni las cifras y ni las presiones ni las intervenciones públicas ni las reuniones durante todo el día hicieron mella en Salvador Illa, que anunció, antes incluso de verse las caras con los responsables de sanidad de Ayuso, que su departamento, como mucho, estaba dispuesto a estudiar en el Consejo de Ministros de la próxima semana la situación de cada uno de los nueve municipios madrileños sometidos a confinamiento.

Pero eso sí, dejó claro que Sanidad sospecha que Madrid está haciendo trampas. Que su departamento no se cree del todo los datos provisionales que apuntan a que la región en su conjunto y ocho de las nueve localidades en cuarentena estarían ya por debajo del famoso listón de los 500 casos de incidencia acumulada (IA) cada 100.000 habitantes que fijó la administración central. A día de hoy, solo Parla de esas nueve ciudades estaría por encima de 500. La ciudad de Madrid, anunció, su alcalde ya se acerca a los 400 y en 16 de los 21 distritos de la ciudad también las tasas son menores a los cinco centenares.

«Me preocupan cosas. Hay un retraso en la notificación en Madrid de hasta siete días. Me preocupa el descenso en PCR, por ejemplo, un 40% menos en las últimas semanas», reveló el ministro Sanidad poniendo en cuarentena las estadísticas de Ayuso.

«Retiraremos el estado de alarma en cuanto podamos, pero hay que ver cómo evoluciona la pandemia, hay que tener una perspectiva de bajar la incidencia acumulada por debajo de 200, no de 500», avisó el ministro echando un jarro de agua fría a los expectativas de los dirigentes madrileños que esperaban que el Consejo de Ministros de hoy reconsiderara el estado de alarma o convencer este martes a Sanidad en la reunión de coordinación entre ambas instituciones de acabar ya con los confinamientos.

La insinuación de Illa de que bajar de 500 ya no vale y que el objetivo de Madrid debería ser llegar a 200, incluso habló de 100, indignó a los dirigentes madrileños. «Sabían que el plan de Madrid estaba funcionando y por eso han cambiado esos indicadores que se pergeñaron solo para Madrid», denunció Ayuso, quien llegó a asegurar que el único objetivo de Pedro Sánchez con este estado de alarma es «aniquilar» la economía madrileña. «Dinamitar el estado de derecho con la excusa del bien común es el camino recto a la anarquía y la vuelta a regímenes totalitarios. La manera de actuar del Gobierno de España contra Madrid es un ataque contra derechos y libertades individuales y contra nuestra democracia liberal», llegó a decir la presidenta.

«Illa debe explicar por qué pasa de 500 a 200 o 100 en una semana cuando a los madrileños se les pide un esfuerzo extraordinario», apuntó por su parte Almeida.

El tercer ariete en esta ofensiva para ablandar al Gobierno fue el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero. «Tienen como rehenes a los madrileños. Lo consideramos un auténtico atropello» clamó el consejero en público y en privado con los responsables de Sanidad.

Pero ni los argumentos de los dirigentes madrileños, ni sus intervenciones públicas o maniobras más discretas tuvieron el más mínimo efecto. En Madrid, insistió Illa, «no se dan las condiciones necesarias» para acabar con las cuarentenas a las que están sometidos cerca de cinco millones de personas. «Los datos de la Comunidad de Madrid son los datos que ellos tienen, pero hay que mirarlos en perspectiva», apuntó el ministro, quien recordó al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso que las organizaciones internacionales consideran ya preocupante ya una incidencia de 60 y que con una IA de 250 reclaman tomar «medidas drásticas».

« La incidencia hay que bajarla muy por debajo de los 250 con medidas drásticas, como las que ha anunciado Navarra, Cataluña o Andalucía. El objetivo no es bajar de 500, si no bajar la incidencia acumulada idealmente a 100, a una cifra que nos permita un margen de reacción», les respondió Illa a Ayuso en otra guerra de contra programaciones de ruedas de prensa.

Illa pidió «volver a la senda de la colaboración» con Madrid, pero volvió a ser muy duro con el Ejecutivo regional, al que reprochó no haber «actuado muchísimo antes». «Hay un momento que hay actuar. No se puede minimizar la situación, hay que tomárselo en serio», dijo en referencia a Ayuso, a la que le instó a analizar «lo que está pasando en las capitales europeas» que con muchos menos casos están sometiendo a su población a medidas más duras que las de Madrid .

Frente a la dureza con Madrid, el ministro destacó el trabajo de «otras comunidades que están estudiando con mucha rapidez» y se mostró comprensivo, hasta el punto de rechazar el momento cualquier intervención del Gobierno central con las autonomías que, incluso ya han superado, según los propios datos de Sanidad la incidencia de 500. Según el ministro, la situación de Navarra, con 756 de IA hoy no es tan extrema como la de Madrid por su tamaño menor y, sobre todo, porque el «70% de los casos tiene trazabilidad», lo que permite atacar la transmisión «quirúrgicamente».

El parámetro de la trazabilidad hasta ahora Sanidad jamás lo había puesto encima de la mesa. Los únicos tres indicadores pactados en el Consejo de Interterritorial de Salud para confinar a las ciudades de más de 100.000 habitantes era tener una IA de más de 500, un porcentaje de positividad en las pruebas PCR de más del 10% y una ocupación de enfermos de covid superior al 35% en las UCI. Las nueve ciudades madrileñas cumplían el día 4 de octubre, fecha de referencia tomada por Sanidad esas condiciones, mientras que Navarra cumple dos de tres porque la presión de las UCI todavía no ha superado el listón del 35%.