«Nadie entiende que un español que tenga un abuelo en Santander no pueda ir a verlo y sí pueda venir alguien de Düsseldorf». La frase del diputado de Más País Íñigo Errejón resumió ayer la opinión de la mayoría de los partidos del ... Congreso, que cuestionaron la «incoherencia» de permitir la llegada de extranjeros a España mientras los nacionales no pueden desplazarse entre comunidades autónomas durante Semana Santa.
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Vox, ERC, PNV, Ciudadanos, Más País, JxCAT, Compromís y Bildu criticaron ayer la falta de criterios comunes en la Unión Europea y el agravio comparativo en movilidad. El PNV remarcó la «perplejidad» de los ciudadanos, que ven las terrazas de sus ciudades llenas de turistas extranjeros, como ocurre en Madrid, mientras ellos tienen prohibidos los desplazamientos por su propio país. Para ERC, España es «un oasis» dentro de Europa y Vox cree que «si un sueco puede venir, que también los españoles tengan como mínimo los mismos derechos». PSOE y PP coincideron esta vez en no sumarse al descontento general y Unidas Podemos dirigió sus ataques únicamente contra la Comunidad de Madrid.
El Gobierno y las comunidades aprobaron en el Consejo Interterritorial del 10 de marzo las restricciones de Semana Santa, que incluían el cierre perimetral de las autonomías. Con esta medida, las autoridades sanitarias trataban de no volver a caer en el error de abrir las comunidades durante el periodo festivo, algo que ocurrió en Navidad y fue la causa principal de la durísima tercera ola que azotó al país a finales de enero. Pero el acuerdo dejaba abierta la posibilidad de que los extranjeros pudieran llegar a España solo presentando una prueba PCR negativa y las últimas decisiones del Ejecutivo apuntan a facilitar más aún la llegada de visitantes. Ayer, decidió que el 30 de marzo se levantarán las restricciones impuestas desde finales de diciembre a los vuelos y a los barcos procedentes de Reino Unido, de donde hasta ahora sólo podían venir españoles y no turistas, aunque a la vez, el Gobierno británico anunció que multará con hasta 6.000 euros a quienes abandonen el país.
El Ministerio de Sanidad no ha considerado en ningún momento que permitir la llegada de extranjeros suponga un agravio para los españoles. La ministra Carolina Darias recordó el domingo en laSexta que tampoco los turistas podrán desplazarse libremente por España. «Quien venga de otro país aquí no se podrá mover. Irá solo al sitio donde viaja porque tiene las mismas restricciones que cualquier español», señaló.
La ministra portavoz, María Jesús Montero, apeló ayer a la «reciprocidad» de movimientos que marca el Tratado de Schengen, en vigor pese a la pandemia, y lo mismo hizo antes Darias. «Cualquier ciudadano de este país puede ir a París, Berlín o Bruselas», dijo la ministra de Sanidad, citando precisamente las capitales de tres países que se encuentran ahora mismo en picos de casos. Según los datos del Ministerio, ayer, la incidencia acumulada a 14 días era de 580 casos por cada 100.000 habitantes en Francia, 199 en Alemania y 428 en Bélgica. En España es de 129.
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Y es que mientras haya vuelos desde un aeropuerto de la propia autonomía y viajes disponibles, los españoles pueden desplazarse a cualquier lugar del mundo que no tenga prohibida la entrada de extranjeros. Por eso, hay agencias que ofertan vacaciones en Punta Cana con PCR de vuelta (es obligatoria para regresar a España). Es el único requisito para este destino. «Los viajeros son responsables de las eventuales consecuencias de su decisión de viajar», se limita a afirmar el Ministerio de Exteriores en su página web sobre los viajes a la República Dominicana.
La ministra de Turismo, Reyes Maroto, también defendió la decisión del Consejo Interterritorial porque «el 80% de los viajeros internacionales llega en avión» y es «más sencillo» establecer controles de PCR en los aeropuertos, mientras admitía que «no hay capacidad» de realizar estos controles en los desplazamientos por carretera dentro de España.
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La Unión Europea se mostró el lunes consciente de la contradicción y pidió a España «coherencia» en las restricciones de viaje que aplica dentro de su territorio y con otros países asegurando que los riesgos vinculados al coronavirus son «similares».
Al PSOE, principal partido del Gobierno, se le unió ayer un inesperado aliado. El PP no criticó el trato desigual porque una de sus comunidades, la de Madrid, se ha erigido en la principal defensora de la llegada de turistas. «Si Barajas es seguro, me parece bien que [los turistas] vengan de París o de Logroño», dijo la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, el 7 de marzo. Ayuso basa su campaña para las próximas elecciones autonómicas del 4 de mayo en la idea de que su comunidad ha decretado menos restricciones que el resto durante la pandemia sin que los datos sanitarios sean peores y salvando una parte de la economía.
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Y contra Madrid se dirigieron ayer las críticas de Unidas Podemos. «No vemos llegada masiva de turistas a España sino fundamentalmente a Madrid», dijo su portavoz, Pablo Echenique. «A muchos españoles no les parece coherente esta distinción, pero yo no soy epidemiólogo».
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