La Semana Santa estaba preparada y anotada en rojo en las agendas de muchos alojamientos rurales. El puente de Villalar y el del 1 de mayo eran otras fechas donde las escapadas rurales forman parte del imaginario local. Pero no ha podido ser. Con ... la temporada de Semana Santa totalmente perdida los alojamientos rurales se preparan para pasar la tempestad como mejor puedan.
Francisco Hernansanz es el presidente de la Asociación de Turismo Rural (Turalbur) y propietario de un alojamiento rural y asegura que el problema no radica en haber perdido la Semana Santa, sino que además han perdido «más de medio mes de marzo y todo abril» y se le llena la voz de dudas cuando se plantea «cómo estará la cosa para mayo». «Parece que le damos solo importancia a la Semana Santa, pero comemos todos los días», recuerda, y asegura también que aunque algunos clientes han decidido «guardar» las reservas para más adelante «mucha gente sí ha solicitado la devolución de la fianza».
El problema, no obstante, se plantea aún más con vistas al futuro. «Si la gente ha sufrido un ERTE o un despido, o andan escasos de recursos económicos, seguramente se quiten de cosas prescindibles como puedan ser viajar, por mucho que lo estén deseando», lamenta Hernansanz.
En su caso, el de miles de españoles, un autónomo sin ingresos que ha tenido que hacer frente al pago de la cuota de un mes en el que ya no pudo apenas facturar, ha pasado por solicitar un cese de actividad, pero no será el único. «No tenemos aún una estimación económica de las pérdidas que nos va a suponer esto, pero hablando con los compañeros para ver cuántos van a pedir el cese de la actividad van a ser más de la mitad», afirma
La alerta sanitaria y el confinamiento de la población le ha pillado, como a la gran mayoría, sin un plan de contingencia, y asegura que «el futuro va a ser bastante complicado». Su esperanza pasa por que «el turismo nacional sea el que tire del carro», pero es consciente de lo difícil que eso va a ser.
La mayoría de los establecimientos están gestionados por los propietarios, como es su caso, lo que le ha obligado a pedir un cese de actividad: «Si no tenemos ingresos no queda más remedio que pedir el cese de actividad», expresa.
Estos días de confinamiento los está pasando en su casa rural. «Además de dedicar tiempo a mi mujer y mi niña de 3 años, saco un rato para observar aves, que es mi gran afición. Además, estoy aprovechando para hacer trabajos de mantenimiento y mejorar la casa para cuando esto acabe, que espero que sea pronto, anhela.
La solución a su situación, y la del resto de compañeros que regentan una casa rural dice no saberla, pero sí anima «a la gente que haga turismo rural en la provincia de Burgos». «Vamos a necesitar de su ayuda y colaboración y nuestra provincia sigue teniendo los paisajes, la cultura y la gastronomía de siempre. Animo a la gente a que haga turismo rural», finaliza. Y su tono de voz se asemeja al que se emplea cuando se desea algo en voz alta.
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.