Varios vecinos hacían hoy cola en la puerta de las farmacias. Gloria Díez

Las farmacias de Burgos vuelven a disponer de mascarillas a la venta

La mayoría son de tipo quirúrgico y no hay límite por persona para adquirirlas porque los establecimientos aseguran que hay suficiente stock

Gloria Díez

Burgos

Viernes, 24 de abril 2020, 14:10

Las mascarillas y pantallas protectoras frente al coronavirus se han convertido en los objetos más buscados durante las últimas semanas en Burgos. Hace diez días las farmacias aseguraban que estos materiales se habían agotado y muchas no podían ni facilitar una lista de espera, al no tener garantizado el suministro ... . Este viernes la perspectiva ha cambiado y la mayoría en la capital dispone de mascarillas quirúrgicas.

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«Tenemos stock suficiente por lo que no limitamos el número que se puede adquirir por persona», explican desde la farmacia de la plaza de Vega. En el resto de establecimientos la situación es la misma, «solo de tipo quirúrgico», pero sin un número máximo de unidades por comprador. «De momento tenemos suministro», aseguran en la farmacia de la calle Barrio Gimeno.

No obstante, para entrar en muchos de estos establecimientos esta jornada había que superar colas de hasta ocho personas en la calle. Algunos clientes manifiestan que han acudido a por mascarillas pero otros, provistos ya de ellas, declaran que acuden a por medicamentos. «La gente de momento se está comportando y no están comprando compulsivamente», reconocen desde otra céntrica botica de la capital.

La realidad es que cada vez son más los vecinos de Burgos que portan estas protecciones, de todo tipo, cuando salen a la calle. Una vecina del barrio de San Pedro y San Felices confiesa que la suya «la tenía en casa desde hace años», otra burgalesa del centro explica que su mascarilla quirúrgica la compró en una farmacia y que la lava a menudo «con agua y jabón para poder reutilizarla». Muchos comerciantes disponen de pantallas protectoras facilitadas por voluntarios y empresas, que durante el estado de alarma han decidido centrar su producción en estos objetos y hacerlos llegar a los trabajadores de los sectores esenciales. «Todo es poco», señala un panadero desde su furgoneta, para protegerse lo máximo posible «y acabar cuanto antes el confinamiento».

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