Las farmacias de Burgos llaman a la calma ante el desabastecimiento de algunos tratamientos

Los problemas a veces son de logística, otras veces de precios: en España los medicamentos son más baratos, por lo que son menos rentables para la industria farmacéutica que garantiza la distribución preferente a estos otros países. Pero los ciudadanos no debemos preocuparnos, porque desde las farmacias burgalesas «capean como pueden» esta situación para que los pacientes lo noten lo menos posible.

«Hay muchos medicamentos desabastecidos, pero casi todos tienen sustitución», reconoce López de Abechuco. «Lo que hacemos en las farmacias ante esta situación es darles otro equivalente, otro medicamento igual, con una marca distinta pero igual medicamento para que el paciente no tenga ningún problema y pueda seguir con su tratamiento», explica.

En este momento existen problemas para encontrar dos medicamentos. Uno de ellos «es el Trankimazin Retard», pero no es el único, también encuentran dificultades para encontrar «Kreon 25.000 unidades» y también hay dificultad con «algún inhalador».

«Cuando no encontramos un sustituto que sea exactamente igual tenemos que ponernos en contacto con el médico y de alguna manera cambiar el tratamiento para encontrar algo similar», continúa la explicación el presidente del Colegio. El problema, sin embargo, alcanza más a los farmacéuticos que a los propios pacientes. «A veces también a los médicos, porque les vuelven pacientes por no tener medicamentos que no están abastecidos. Pero sobre todo nosotros, que queremos encontrar un medicamento, queremos buscarlo, atender esa prescripción y no hay manera porque el mercado no abastece», lamenta.

Para hacer más sencilla la labor de los farmacéuticos, en España hay un sistema informático que permite a las farmacias notificar diariamente los medicamentos que faltan en los pedidos. En Burgos se recoge de manera provincial y se envía al Colegio de Médicos, a Sacyl y Atención Primaria para que estos tengan en cuenta estas dificultades a la hora de prescribir un tratamiento. «De esta manera, los médicos saben cada día los problemas de desabastecimiento que hay», afirma.

Con este control, el mensaje que mandan los farmacéuticos burgaleses es de «total tranquilidad». Además del control de medicamentos de cada pedido, muchas de las farmacias de Burgos están adheridas a 'FarmaHelp', una herramienta sirve «para ayudar en el caso de desabastecimiento de medicamentos que no tienen sustitución», en la plataforma se anota este tratamiento e indica si en alguna farmacia de alrededor lo tiene disponible.

«El problema existe, pero creo que la población, como le solucionamos el problema, no lo percibe como un drama, pero hay días que te llegan 30 o 40 faltas en los pedidos. Para nosotros resulta complicado, pero a los pacientes les resulta menos problemático de lo que es», afirma.

Y sin embargo, la solución más sencilla, que en muchas ocasiones es cambiar de laboratorio la medicación prescrita, puede generar algunos problemas para los pacientes más mayores, que conocen su medicación por los colores o formas de las pastillas y estas pueden cambiar. Para esto también están los farmacéuticos al pie del cañón dispuestos a echar una mano y tratar de que el cambio altere lo menos posible la adherencia al tratamiento: «En gente joven o gente que toma muy pocas pastillas no hay ningún problema, desde que llegaron los genéricos hace más de 20 años estamos acostumbrados a que el omeprazol, el paracetamol, la simvastatina o el ibuprofeno cada día sean de un color, pero en gente mayor polimedicada el problema es muy serio. Nosotros no solemos cambiar nunca un tratamiento, aunque se prescriba por principio activo con la receta electrónica nos sale la última marca que le han dado a ese paciente e intentamos respetarla, porque entendemos que si alguien lleva ocho medicamentos y le cambias los ocho generas un problema. Pero si en algún caso, por motivos de desabastecimiento o por urgencia, hay que cambiarlo les rotulamos el envase e, incluso, si tienen el envase anterior se les recorta y se les pega encima. A veces, en pacientes que necesitan más ayuda, se les prepara la medicación para ellos divididos por tomas».

Una ayuda que las personas más mayores agradecen. Una más de las muchas que ofrecen las farmacias que en época de desabastecimiento están logrando que los pacientes apenas lo estén sufriendo. Unos vecinos de barrio que velan por todos y a los que, como dice la publicidad que llevamos años escuchando, se les puede consultar cualquier duda relacionada con nuestros tratamientos.

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