Sanidad admite un descontrol en la toma de datos de las comunidades y suma 585 muertes

El informe presentado este viernes registró 585 nuevas muertes por Covid-19, 28 más que en el día anterior. Pero el número total de fallecidos desde el inicio de la crisis sanitaria se ha visto reducido con este cambio de criterio, un hecho imposible por pura lógica. Si el jueves pasado se notificó un total de 19.130 víctimas, el recuento un día después dejaba un saldo de 19.478 decesos (con una diferencia de solo 348 entre ambas fechas).

Lo mismo ocurre con el último número de pacientes dados de alta en 24 horas, que es de 3.502. Sin embargo hay un total de curados de 72.963, menor al del jueves, cuando esta cifra, en teoría, no debería descender sino acumularse progresivamente al alza.

La cifra de contagios totales de la serie histórica, en cambio, no se ha visto alterada. Oficialmente, el número de personas que han dado positivo desde la llegada de la pandemia a España es de 188.068, con 5.252 nuevos casos registrados entre el miércoles y el jueves pasado (los datos se notifican diariamente entre las 20:00 y las 21:00 horas).Esto confirma el aumento esperado por la realización de más pruebas, y deja la tasa de transmisión del virus en el 2,8%, un número similar al de los últimos días (cuando se decretó el estado de alarma, el pasado 14 de marzo, esta cifra se situaba en el 24%).

El último intento por parte de Sanidad de poner orden en el recuento de los datos llegó este viernes a través de una orden ministerial publicada en el BOE en la que se instaba a las comunidades autónomas a unificar criterios. A partir de ahora, estas solo podrán considerar que una muerte se ha producido a causa del coronavirus si el fallecido dio positivo en alguna de las pruebas, y descartar a los sospechosos, que se venían incluyendo en los informes de algunas regiones.

También se exige a las comunidades que diferencien los casos confirmados por sintomáticos o asintomáticos y con qué tipo de prueba se ha detectado (PCR, test rápidos, serológicos...).

También deberán enviar diariamente, entre las 13:00 y 14:00 horas, el número total de camas ocupadas en las UCI con respirador y sin respirador; las de hospitalización convencional y todos aquellos espacios destinados atender coronavirus aunque no sean centros sanitarios.

Todos estos datos se centralizaron el 14 de marzo en el Ministerio de Sanidad (a través de la misma orden ministerial que se ha modificado), sin embargo, la Comunidad de Madrid y Castilla y León, por ejemplo, ofrecían cifras de sus ingresados en UCI que solo correspondían al momento concreto en el que se enviaban, mientras que el resto mandaba el acumulado total, es decir, cuántos pacientes habían ingresado en las unidades de críticos desde el inicio de la crisis.

Pero el gran problema llegó cuando Cataluña decidió volver a cambiar su criterio el pasado miércoles y dobló en un solo día la cifra de fallecidos por Covid-19 hasta los 7.097. La Generalitat había pedido a las funerarias que enviaran los datos de los muertos por coronavirus y de aquellos que, pese a no haberse sometido a la prueba PCR, mostraran sintomatología compatible con la enfermedad.

El movimiento se consideró como un pulso político con el Gobierno después de que el presidente Quim Torra acusara de «falta de transparencia» en los datos oficiales. «Sería muy buen ejercicio que el Estado lo hiciera. Los ciudadanos tienen derecho a saber lo que está pasando», añadió.

Este rifirrafe provocó que este viernes se publicaran los datos con retraso y el comité de seguimiento del coronavirus iniciara su comparecencia sin el informe completo. «Encontramos informaciones que no tenían la consistencia que nos gusta. Hemos estado discutiendo con esta comunidad autónoma y los datos se han publicado con retraso», se justificaba Simón. Más tarde, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, reconocía que habían preferido usar solo los datos oficiales de las autoridades de Salud Pública de Cataluña y obviar la de los servicios asistenciales (que son los que se habían visto inflados).

El interés por aclarar el descontrol se explica por la importancia que tendrán estos informes diarios en la toma de decisiones. Una vez superado el pico de la epidemia, el objetivo es iniciar la fase de desconfinamiento, cuyas medidas se están debatiendo ya en el seno del Gobierno. «Esta orden ministerial no solo no retrasa la desescalada, sino que la facilita, necesitamos este detalle de información para planificar las medidas», zanjó este viernes Illa.

El ministro descartó pronunciarse sobre la posibilidad de que los niños puedan salir a pasear acompañados por uno de sus progenitores, pese a que algunas comunidades han planteado la posibilidad de que esto se pueda realizar a partir del 26 de abril. «Los niños están muy presentes en nuestras decisiones y en nuestro análisis, pero vamos a actuar con máxima cautela y prudencia», explicó Illa.