Algunos epidemiólogos las siguen denominando 'olas' y otros prefieren llamarlas 'momentos de aumento de transmisión', pero todos coinciden en que la curva de los nuevos casos de covid-19, que ahora está en un valle, volverá a crecer en el futuro. Eso sí, no da ... igual cuándo se produzca ese nuevo aumento: tiene que ser lo más tarde posible para que haya más vacunados y el sistema sanitario se recupere de la dureza de la tercera embestida.
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«Ganar tiempo es muy importante. Todos los países tendrán subidas y será muy difícil escapar de ellas, pero es mejor que nos pille siendo los últimos que los primeros. Que el aumento de transmisión ocurra dentro de poco, con la vacunación recién comenzada y los hospitales aún con gran presión, puede ser devastador. Pero si el crecimiento sucede dentro de unos meses, con la población más vulnerable vacunada y sin el sistema saturado, puede haber un impacto menor en los hospitales y en la mortalidad», cuenta el epidemiólogo Pedro Gullón.
Una opinión similar muestra su colega Usama Bilal, profesor asturiano en la Drexel University de Filadelfia (Estados Unidos). «Posiblemente siga habiendo olas durante 2021, aunque serán menos virulentas. Cada vez hay más gente que ha pasado la enfermedad y más gente inmunizada, así que estas olas van a ir disminuyendo en general su intensidad y mientras los servicios de salud pública estén funcionando, podemos mitigar sus efectos», señala.
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Pero la clave está en cómo se realicen las desescaladas. «Es muy pronto para levantar algunas medidas como el cierre del interior de la hosteleria. Tenemos que estar en una situación de muy baja incidencia para hacer esto, y no lo estamos en ningún sitio en España», continúa Bilal, que ofrece las pautas para evitar que una nueva ola produzca efectos tan devastadores como las anteriores: «Continuar con lo que se está haciendo, por ejemplo, en comunidades como Asturias; tener los servicios de salud pública bien reforzados, mantener el rastreo, seguir con las precauciones oportunas y con las medidas poblacionales que se han ido implementando (especialmente el cierre de interiores de la hosteleria). Siempre podemos tener mala suerte y enganchar un evento de supercontagio, pero mientras los servicios de salud publica estén funcionando podremos mitigar estos eventos«.
«Necesitamos seguir teniendo mucha prudencia en la situación en la que estamos. Puede que una nueva relajación dé lugar a una nueva oleada y a muertes que son evitables», argumenta, por su parte, el virólogo y profesor de Microbiología en la Universidad CEU San Pablo Estanislao Nistal.
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«Es importante que no desescalemos demasiado rápido», corrobora Gullón. «Ya hemos visto lo que pasó en noviembre, con niveles de incidencia que crecieron muy rápido y se multiplicaron luego en Navidad. Cualquier medida tiene que ser pensando que puede tener marcha atrás y sin triunfalismos, que las cosas se hagan con cabeza y tranquilidad», concluye.
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