La enfermería da «momentos gratificantes, de alegría, angustia... pero todos merecieron la pena»

«En mi familia no había ningún profesional sanitario», afirma sobre sus inicios en este mundo. Sin embargo, su hermana también cursó Enfermería, una tradición que no han repetido sus hijas. Sánchez reconoce que su vocación no le llegó siendo una niña; sino que la encontró más mayor, al terminar Bachillerato. «La verdad es que cuando empecé, me enganchó, y a partir de ahí yo creo que ya fue un compromiso mutuo. He ido descubriendo y descubriendo cada vez más cosas y me ha resultado muy gratificante».

Para ella, Enfermería «es ciencia, es arte, es humanidad… Lo tiene todo. La verdad es que es una fuente inagotable de aprendizaje y es una fuente inagotable de mejora para todos los aspectos». Sánchez se ha jubilado a los 65 años, pero no ha dejado la profesión de lado. Sigue siendo una enfermera apasionada y ha colaborado, por ejemplo, en las I Jornadas sobre Enfermería Familiar y Comunitaria, celebradas en Burgos.

Durante su vida, Sánchez ha trabajado como enfermera «en todos los niveles». Ha desempeñado su labor en cuidados críticos, zonas rurales, equipos de Atención Primaria, en gestión, investigación, docencia... «Todo eso te da una visión tan amplia y es tan reconfortante que no te puedes desenganchar de ello cuando te jubilas. Es parte de ti», relata con la mirada puesta en todos los momentos vividos.

Por ejemplo, viajó a Canadá, donde trabajó durante seis años en la década de los 80 en cuidados críticos, cuando el sistema era muy distinto al español. De esta experiencia, Sánchez recuerda que te va «abriendo mucho la mente», porque todo suma para enriquecerse como persona. Después se pasó a la asistencia en España, donde trabajó «ocho años en cuidados críticos y 17 en enfermería comunitaria, tanto en zonas rurales como urbanas».

El siguiente paso en su vida fue como directora de Enfermería de la gerencia de Atención Primaria, desde la que gestionó la implantación del nuevo modelo del sistema sanitario. Asimismo, también fue profesora durante ocho años en la antigua Escuela de Enfermería, aunque la última etapa la vivió como enfermera en un centro de salud de la capital burgalesa.

Reconoce que «cada una de esas etapas han sido importantes para mí y cada una me ha permitido mejorar en las otras, porque te da una visión mucho más amplia». Para la enfermera, todas ellas han sido una «fuente de aprendizaje».

«Para mí, lo mejor y lo que más sentido tiene es la asistencia. Es lo que le da base a todo lo demás», comenta la enfermera. Para ella, este tipo de Enfermería es «el pilar» y reconoce la labor de las enfermeras que trabajan «a pie de cama». De toda su experiencia, reconoce que ha vivido muchos momentos buenos y de cariño.

«Pero también hay momentos tristes», comenta Sánchez. «Es curioso cómo a lo largo de tu vida hay personas que no se te olvidan... Hay personas que lo han pasado mal, personas que han fallecido en tus brazos...», recuerda Dolores emocionada.

«Ha habido muchos muchos momentos gratificantes, muchos momentos de alegría, de angustia, momentos que te han quitado el sueño... Pero todos merecieron la pena», concluye, recordando para sí misma tantas y tantas historias que ha vivido como enfermera a lo largo de su carrera profesional.

Dolores Sánchez ha trabajado décadas en el sistema sanitario castellano y leonés. Durante el mismo, tanto como de enfermera asistencial como de gerente, ha podido identificar errores o situaciones que podrían mejorar para agilizar y facilitar la asistencia a los pacientes.

«Un sistema de salud no lo forman sólo un tipo de profesionales. Es multiprofesional», afirma. «Para mí es básico y fundamental que el sistema sea eficiente», comenta, señalando que cada persona de ese equipo multidisciplinar tiene unas competencias y capacidades diferentes que se deben respetar. «Hay que hacer un equipo eficiente», sostiene.

Por ejemplo, ocurre cuando, por aspectos organizativos, las labores de cada profesional se solapan y se complican los procesos; sobre todo para los pacientes. También interviene el desconocimiento, porque las enfermeras son responsables de actividades como la promoción de la salud, la prevención de enfermedades, vacunaciones y cribados. La enfermera «debería ser responsable de toda su organización, pero muchas veces hay aspectos administrativos que necesitan una firma que enlentecen y complican» todos esos procesos sanitarios.

Para ello, Sánchez aboga por «eliminar ese obstáculo» que complica el servicio, aunque para ello haya que reflexionar en busca de soluciones y no de culpables. Habla de los distintos profesionales sanitarios, como médicos, enfermeras, auxiliares o celadores como un puzle: «Tienen que encajar».

Ante las prácticas de alumnos del grado de Enfermería, Dolores Sánchez apuesta firmemente por la especialización de la profesión y la realización de prácticas en los centros de salud, que acompañan a los cuatro años previos de estudios. «Esta formación de especialistas no se lleva a cabo en la Universidad, se lleva a cabo en el propio sistema sanitario», comenta. Así que, para ella, los estudiantes aprenden esta especialidad y se forman en los centros de salud.

Esta experiencia es, para Sánchez, un «aliciente» y «una motivación para las enfermeras asistenciales, porque muchas veces aprendemos cuando enseñamos». Asimismo, durante este proceso de aprendizaje pueden surgir «nuevas preguntas» que hagan que profesional y alumna mejoren en su trabajo. «Es una relación muy gratificante que a veces el profesional lo ve como con un poco de miedo, pero realmente es una oportunidad para los dos».

Dolores Sánchez ya se ha jubilado, pero la Enfermería nunca dejará de ser su vida. Piensa que Enfermería tiene «posibilidades infinitas», ya que «cada día es un reto». Aconseja no elegir esta carrera sólo porque tenga buena salida. «No es el mejor motivo, pero no solo para la Enfermería. Si tienes que elegir a qué te quieres dedicar el resto de tu vida habla con personas que se dediquen a ello y ve si tú encajarías en ello».

También comenta la importancia de sentirse cómodo a la hora de trabajar y «ser feliz» cuando se acude al trabajo. Asimismo, y como es el caso de Enfermería, señala que los alumnos tienen que hacer su «vida familiar compatible» con la profesional.

Si puede dar un consejo a las nuevas generaciones, Sánchez quiere que crean en ellas mismas, además de lanzar una recomendación: «habla con personas que ya son enfermeras y con personas que te pueden explicar cómo es su vida, su día a día, y de ahí decide. Y si empiezas y ves que no, no te esfuerces», señala, abriendo la puerta a otras salidas profesionales que sí llenen al alumno.