El ECDC cree que la vacunación «no será suficiente» para frenar ómicron

«En la situación actual, la vacunación por sí sola no nos permitirá prevenir el impacto de la variante ómicron, porque no habrá tiempo para abordar las brechas de vacunación que aún existen. Es urgente que se tomen medidas enérgicas para reducir la transmisión y aliviar la pesada carga sobre los sistemas de salud y proteger a los más vulnerables en los próximos meses».

Este es el mensaje contundente que este miércoles lanzaba la directora del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC). Andrea Ammon realizaba un llamamiento expreso a los gobiernos para que pongan en marcha distintas «opciones de respuesta» en menos de una semana. «Es necesario reintroducir y fortalecer rápidamente las intervenciones para reducir la transmisión de delta (en curso), ralentizar la propagación de la variante preocupante ómicron y mantener manejable la carga (sanintaria y asistencial) vinculada a los casos de la covid-19».

El ECDC constata en su última evaluación de riesgos (la número dieciocho) que la probabilidad de una mayor propagación de ómicron en Europa es «muy alta». Y considera como «muy probable que cause hospitalizaciones y muertes adicionales» que se sumarían a las que se esperaban «de los pronósticos anteriores», que solo tenían en cuenta el impacto de delta.

En este punto, la importancia de la vacunación queda fuera de toda duda. Se insiste, de hecho, en la necesidad de expandirla y consolidarla con dosis de refuerzo para los que ya han sido inoculados. Su efectividad para evitar el daño más severo de la enfermedad «sigue siendo alta» en el caso de delta, se puntualiza. Por lo tanto, «la vacunación sigue siendo un componente clave para reducir el impacto de ómicron y abordar la circulación de delta». De acuerdo con los datos de seguimiento y vigilancia del propio Centro, hasta la fecha las vacunas habrían conseguido salvar casi medio millón de vidas.

«Los países deben intensificar los esfuerzos para aumentar la vacunación completa en las personas que aún no han sido vacunadas o que están solo parcialmente vacunadas, así como para administrar dosis de refuerzo a todas las personas elegibles lo antes posible», plantea Ammon. Hasta la fecha habrían recibido la pauta completa entorno a 300 millones de europeos, lo que supone un 66,6 % de la población, según datos del Ejecutivo comunitario. La dosis de refuerzo habría llegado por el momento a alrededor de 62 millones de personas. Cifras a las que habría que añadir una más manejada hace apenas diez días: los 150 millones de europeos que no han recibido ni una sola dosis. Entre ellos, los menores de doce años, que han entrado ya esta semana en las campañas de inmunización de distintos países de la UE.

Que ómicron va camino de convertirse en predominante es algo sobre lo que ya el martes advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS). La mutación descubierta en Sudáfrica se está propagando «a un ritmo que nunca hemos visto con ninguna otra variante». Así que, como ha hecho el ECDC, reclamaba utilizar todas las herramientas para contenerla.

Ursula von der Leyen, horas antes de conocerse el informe del ente europeo de asesoramiento frente a enfermedades, se plegaba a la misma evidencia. Ponía, incluso, una fecha en el calendario: mediados de enero. Un brevísimo periodo de tiempo si se tiene en cuenta que los primeros casos de ómicron fueron detectados en la UE el pasado noviembre. «El incremento en el número de contagios se debe (hoy) casi totalmente a delta. Pero ómicron parece mucho más infecciosa y se nos está diciendo que para mediados de enero deberíamos esperar que sea la dominante en Europa», aseguraba la alemana en una intervención ante los eurodiputados en Estrasburgo.

El ECDC pide también que para «casos probables o confirmados de infección por Omicron» se «priorice» el rastreo de contactos, independientemente de si están o no vacunados. «Las pruebas siguen siendo una herramienta importante, y las personas con síntomas deben someterse a pruebas complementarias». Además se pide el aislamiento de los positivos. Y, vigilancia genómica al margen, se insiste en el uso de mascarillas, el teletrabajo, reducir los actos multitudinarios, las aglomeraciones en el transporte público y espacios cerrados, la higiene de manos y la ventilación. «Los países pueden esperar un fuerte resurgimiento de casos si levantan estas intervenciones», se advierte.