La variante sudafricana de la covid-19 ya está en Castilla y León. Concretamente en Valladolid. La consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha informado del diagnóstico de dos casos. La alerta ha saltado durante el fin de semana y los pacientes afectados por esta ... cepa vírica son de dos cooperantes que han regresado con otros compañeros de oenegé tras desarrollar labores en Tanzania. No ha trascendido la organización con la que habían viajado al país africano.
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La consejera de Sanidad de Castilla y León ha destacado la eficacia de la red de control epidemiológico. Verónica Casado ha precisado que el brote está acotado y aislado. Afecta, en principio, a esos dos pacientes infectados, que cursan la enfermedad con sintomatología leve, y a cuatro contactos estrechos, de los que tres permanecen en situación de cuarentena en la comunidad y otro está siguiendo el aislamiento en otra autonomía. Los contactos han dado negativo en los primeros test que se les han realizado. «Se han hecho bien las cosas», ha remarcado la consejera.
Verónica Casado ha sido muy clara sobre el efecto pernicioso que puede tener la presencia de esta nueva variante del coronavirus. «Esperamos contenerla y evitar los contagios lo más posible», ha asegurado, tras recordar que no existe una medicación que garantice un tratamiento efectivo y que, si se extiende obligará a incluir variaciones en las vacuna RNA.
La responsable autonómica de Sanidad ha precisado que las nuevas variantes de la enfermedad conllevan un plus de contagiosidad. En Castilla y León circula la original, la británica, que supone ya un 44% de los casos y que va camino de convertirse en la dominante, y ahora, la sudafricana.
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Ese refuerzo de la contagiosidad en una enfermedad que desde el inicio se transmite con una enorme facilidad puede poner en riesgo la atención hospitalaria, que tiene en las UCI el «cuello de botella». «Si queremos que el sistema hospitalario sea viable, hay que hacer todo lo posible por contener los contagios», ha defendido la consejera.
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Los hospitales de Castilla y León bajan por primera vez en esta tercera oleada de los mil pacientes de covid-19 sumando los atendidos en planta y en UCI. Hay 970, de los que 736 están en habitaciones de planta y 234 presentan una situación más comprometida que ha obligado a su traslado a Cuidados Intensivos. De estos últimos, más de 80% está sedado, intubado y conectado a un respirador. El descenso de la ocupación de las UCI es muy lento, ha indicado la consejera, «y sigue demostrándonos algo que es evidente, y es la gravedad de esta enfermedad».
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