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La recepcionista de una cadena de gimnasios de Barcelona toma la temperatura a una clienta. EFE

El desconocido final de la cuesta epidémica en España

Los expertos recuerdan que la llegada del calor mitigará la propagación del COVID-19, como sucede con otros virus respiratorios

Martes, 10 de marzo 2020

Los expertos observan los datos que llegan desde China, Corea del Sur, Italia o la Organización Mundial de la Salud (OMS). Confirman la alta mortalidad en las franjas de edad más avanzada y la escasa -casi nula- presencia del coronavirus entre los más pequeños; estudian ... los primeros informes científicos sobre esta epidemia que llegan de China y también las opciones terapéuticas que se están estudiando para atajar al virus del COVID-19. «En la actualidad, hay trabajos con 30 moléculas», explica el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, Ángel Gil. Fármacos como el interferón de varias compañías o el remdesivir desarrollado por Gilead. La combinación de estos antivirales -probados muchos con el ébola o el VIH- es una de las vías con las que se está trabajando.

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«Puede que para final de año se desarrolle ya una solución», apunta Gil. «Para una vacuna yo creo que no habrá nada hasta ya 2021», asevera, por su parte, Víctor Briones, catedrático de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid y experto en epidemias. Mientras tanto, los casos de personas contagiadas seguirán aumentando durante los próximos meses aunque, apuntan, no será tan drástico gracias a las estrictas decisiones tomadas, como el cierre de colegios o la celebración de los eventos deportivos a puerta cerrada. «Son medidas para evitar los contagios masivos. No es lo mismo atender mil casos en una jornada, que mil casos en una semana. No se va a reducir el número de contagios, pero sí se evita colapsar el sistema sanitario», explica Gil. El objetivo es conseguir que la campana de Gauss, una representación de los datos, tenga menos 'chepa'. «Una cuesta más tendida para llegar a una meseta y proceder a un suave descenso», añade Briones.

Puesto a prueba

Insisten los expertos que con estas decisiones el sistema sanitario, que está siendo puesto a prueba a diario, sufre menos con semejante reto. «Los mismos casos, pero con más tiempo y más camas en las UCI», resume Juan González, responsable de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes).

El fin de este ascenso tardará en llegar. La llegada del calor mitigará el aumento de los casos. «Una mayor temperatura afecta a los virus respiratorios, como éste o el de la gripe. El cambio de estación, no sabemos muy bien porqué, les afecta», apunta Juan Ayllón, director del Área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Burgos, que apunta a julio como el mes en que se puede llegar a la meseta. Gil, más optimista, apuesta por «mayo o junio» y González tiene claro que quedan «de cuatro a seis semanas» de ascenso de los casos. «Dependerá mucho de las medidas que está tomando el Gobierno, indica.

El doctor González señala que en su hospital -el Clínico San Carlos de Madrid- se han ido «adaptando». «Los virus no tienen fronteras. De China saltó a Italia y luego aquí», resume. «Tenemos cada vez más casos, confirmados o sospechosos», añade. Los planes de contingencia han ido evolucionando y «seguimos aprendiendo», apunta. Porque el virus volverá en invierno, aunque para entonces los expertos esperan tener más armas farmacológicas que ahora.

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