El cribado masivo de Aranda desvela una positividad de solo un 0,32%

«Tenemos que obtener el máximo de datos posible, lo más importante es saber el número de positivos, si este es significativo. Después hay que concluir si vale la pena realizar este tipo de medidas porque se ha conseguido la repercusión suficiente, o hay que ir a grupos sectarios diferentes, grupos de población determinados o zonas concretas», ha explicado la gerente de Atención Primaria de Burgos, Mónica Chicote.

El estudio, según Chicote, habrá que hacerlo posteriormente y, hasta entonces, todo son «sensaciones subjetivas» como el tramo de edades «podemos decir que han venido bastantes niños, el resto hay que esperar resultados porque a veces da una sensación y no es la real».

Respecto a los sesgos que puedan detectarse en las futuras conclusiones, la gerente afirma que pesará mucho el carácter voluntario de la prueba. «Vienen las personas que más preocupadas están por el problema, quizás también los que más cumplen y en muchos casos los que no participan corresponden a personas que tienen temor a tener que aislarse y cerrar sus negocios o no trabajar», ha explicado.

En cualquier caso, la gerente ha incidido en la importancia de la inmediatez del rastreo de los contactos de las personas que han dado positivo, ya que «al minuto se ha informado y se ha comenzado el trabajo, esa es una de las ventajas: aislarlos, hacer estudio de contactos y confinar a los contactos estrechos y así evitamos los casos posteriores».

En lo que se refiere a los resultados positivos, se han encontrado tanto casos individuales, como en el mismo núcleo familiar «personas que viven en el mismo domicilio». Ahora, el interrogante está en si el cribado influirá o no en la incidencia acumulada. Chicote ha defendido que el cambio de tendencia «se ve pronto si el número es importante, al cabo de una semana o quince días se pueden ver resultados, siempre que sea significativo».

En esa misma línea se ha posicionado el gerente del hospital de los Santos Reyes, Evaristo Arzalluz, quien ha augurado que «vamos a ver un cambio en la tendencia, volver a coger el control de la difusión del virus y podremos ser un ejemplo para otras ciudades».

La responsable de Atención Primaria ha alabado la respuesta de la población arandina que ha acudido en gran número a realizarse la prueba y «ha esperado con paciencia y sin incidencias» las largas colas, en algunos casos, de más de dos horas. A pesar de que en un primer momento se impuso como criterio el estar empadronado en Aranda, finalmente, el cribado se ha ampliado también a aquellas personas con tarjeta sanitaria en alguna de las zonas básicas de salud de la ciudad.