La covid vuelve a las residencias: «Si no es por la vacuna, hablaríamos más con la funeraria que con las familias»

«Si no fuera por las vacunas, en estos momentos estaríamos más tiempo hablando con la funeraria que con las familias», apunta el dirigente de un centro de mayores del Alfoz de Burgos con un brote en sus instalaciones. Precisamente esta residencia es la primera vez que tiene contacto con la covid, al esquivar el resto de olas. «Los usuarios solo presentan febrícula y algunas molestias. Ninguna está ingresada», continúa.

Las residencias de mayores estuvieron registrando decesos vinculados al coronavirus hasta el 20 de febrero de forma continua, cuando se rompió una de las dinámicas más duras de la pandemia. Los fallecimientos ya no llegaban a borbotones, como en la primera ola, pero seguían siendo una constante, a la espera de la inmunización por la vacuna, que ha frenado en seco contagios, ingresos y muertes por covid-19.

Además, el último fallecido en las residencias de la provincia con covid respondía a un usuario nonagenario, con pluripatologías y no presentaban ningún síntoma compatible con la enfermedad, a pesar de que empezó a formar parte de las estadísticas por covid. Desde ese día, la cifra de decesos en centros de mayores y de personas dependientes no ha sufrido variación y continúa en 366.

Con la pandemia dando un respiro en estos centros, las residencias no han bajado la guardia y la gran mayoría sigue con medidas preventivas para evitarlos temibles focos, como se está viendo estos días en un centro de Dueñas (Palencia), donde han fallecido dos residentes.

En las residencias de Burgos han sido 366 los usuarios que han fallecido con covid confirmada, unos en el propio centro, otros en los hospitales. A ellos se suman 109 decesos con sintomatología compatible, casos registrados sobre todo al inicio de la pandemia, en los que se llegó a confirmar el contagio pero que presentaban síntomas asimilables a los de la covid-19.