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Desde el 8 de marzo, después de cuatro años en Burgos, el madrileño Luis Buzón es el máximo responsable de un área vital en el que se incluyen las enfermedades infecciosas. Licenciado por la Universidad Autónoma de Madrid en 2002 en Medicina y con la ... especialidad de Medicina Interna (Hospital Universitario de Móstoles) y Microbiología y Parasitología (Hospital Universitario Gregorio Marañón), el doctor Buzón, jefe del servicio de Medicina Interna y de la Unidad de Enfermedades Infecciosas, analiza la situación de Burgos y lo que se avecina para el otoño y el invierno.
-¿Es importante remarcar que tener anticuerpos no significa ser inmune?
-Es más complicado que todo eso. Alguien puede tener anticuerpos frente, por ejemplo, al VIH, y sabemos bien que, sin entrar en matices innecesarios, no son protectores. O frente a T.pallidum, el agente causal de la sífilis, tras pasar un episodio, y sabemos perfectamente que pueden volver a padecerse nuevos episodios de sífilis a pesar de tener anticuerpos. La inmunidad frente a un organismo no depende de tener anticuerpos o no tenerlos, en un modelo dicotómico. La producción de anticuerpos específicos frente a un motivo molecular concreto de un microorganismo forma parte de la respuesta inmune, junto a muchos otros elementos no fácilmente disociables de esta, no 'detectables' mediante la búsqueda de anticuerpos en suero. No se puede decir como norma general que por tener anticuerpos estás protegido. Es bastante probable que la gente que desarrolle anticuerpos esté protegida y es razonable pensar que sea una protección duradera durante unos meses. Pero no podemos asumir, aún, respuestas categóricas. Solo lo sabremos pasado un periodo de tiempo necesario. Los tiempos biológicos no son negociables.
-¿El conocimiento previo está siendo vital en la segunda ola?
-Lo que hemos aprendido lo aplicamos día a día. Cuando empezó en marzo, no sabíamos nada. No teníamos test diagnósticos como los de ahora, había muchas dudas, éramos ignorantes. Todo lo aprendido es muy útil, pero tampoco nos va a sacar de pobres lo aprendido durante estos meses a corto plazo.
-¿Por qué en algunas personas desaparecen los anticuerpos con el paso de los días?
-Realmente no tiene mucha importancia en el conjunto de nuestro desconocimiento... Se generan diferentes anticuerpos cuando una persona se infecta, dirigidas a múltiples motivos moleculares, habitualmente secuencias de aminoácidos, para un mismo microorganismo. Y tú estás buscando uno o dos en cada test. Es mucho más complejo de lo que se cree. No se puede decir blanco o negro. Que no los encuentres no significa que no los presentes, necesariamente. Puede ser que estés buscando con la técnica errónea o que no des con ellos. El hecho de que con el paso de los días decaigan no implica necesariamente vulnerabilidad, dado que el sistema inmune tiene la capacidad de dejar células memoria preparadas para futuras reexposiciones. Pero es mucho más complejo. La gente se ha lanzado a realizarse análisis de anticuerpos en laboratorios privados, con datos que no saben interpretar o no lo hacen correctamente. La población general está hablando de conceptos que no entiende, ni va a entender, ni maneja. Se aproxima a ellos de forma errónea. Se plantean preguntas cómo esta que no va a cambiar nada a efectos prácticos. La inmunología es un área de conocimiento compleja y con gran grado de abstracción que es muy dura incluso para gran parte de los médicos. De repente, se ha convertido en la salsa de todos los guisos de las conversaciones de la calle, la gente habla de 'PCR, antígenos, anticuerpos', y de alguna manera es como si la gente hablase ahora en la cola del pan de la teoría de cuerdas y mecánica cuántica. No lleva a ningún camino provechoso. Paciencia, y escuchemos a aquellos que saben de qué hablan cuando llegue el momento.
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-¿La afirmación de pasar la enfermedad para ser más libres es totalmente absurda?
- Sí. En parte, sí.
-¿Os molesta cuando la ciudadanía habla sin saber?
-Particularmente no consumo mucho tiempo con la prensa. Cuando se habla de temas como estos, se debería tener algo de ética profesional para no decir barbaridades. Vas a un hospital de España y el 97% de los médicos no van a saber nada de inmunología o casi nada. Inmunología es una especialidad abstracta y compleja. Se estudia en la carrera y luego se olvida. Si eso le pasa a muchos médicos, imagínate para un periodista, ingeniero... Mi tiempo es muy limitado y no dedico mucho tiempo a la prensa o a las redes sociales.
-¿Es irrelevante también hablar de cuánto tiempo duran los anticuerpos?
-Esa pregunta es muy pertinente, pero el problema es que no lo sabemos. Cuánto dura la inmunidad y cómo sea de protectora va a determinar la evolución de esta pandemia. Recientemente, investigadores de Arizona han comunicado que probablemente la gran mayoría de aquellos que se infectan desarrolla una respuesta inmune con anticuerpos detectables de muchos tipos diferentes y que son neutralizantes. Esa es muy buena noticia y trae algo de luz. Si supiéramos a ciencia cierta cuánto tiempo dura la respuesta inmune humoral (basada en anticuerpos) después de pasar la infección y cómo de neutralizantes son esos anticuerpos, podríamos intuir qué va a pasar con la pandemia en el próximo año. Y si la mayoría de la gente desarrolla una respuesta inmune y bloqueadora del virus, será una excelente noticia, porque eso es lo que se está buscando con la vacuna. A día de hoy, aún tenemos muchos huecos de desconocimiento y que tenemos que rellenar. Seguimos caminando en la penumbra, pero hay que ser optimistas.
-¿La gravedad de los pacientes con covid ha cambiado en esta segunda ola?
-Es exactamente la misma. Es mentira que la infección por covid sea más leve actualmente que en marzo o abril. Eso es mentira. Antes solo se diagnosticaban los casos que llegaban al hospital. Ahora se diagnostican los leves y los contactos para evitar una nueva catástrofe. La gente que está en el hospital está igual de mal que los de antes. Tenemos en la UCI pacientes de todas las edades. Y en planta, igual. Es la misma enfermedad. ¿Se mueren menos? Estamos diagnosticando mucho más. Si incrementas los casos diagnosticados, la mortalidad baja. Si nos centramos en los casos que ingresan en hospitales, se sigue manteniendo igual. Hemos aprendido cosas y sabemos que los corticoides van bien. Sabemos que otras cosas no sirven para nada. Los intensivistas han aprendido a manejar esta enfermedad que es diferente a otras con ventilación invasiva o no invasiva. Hemos mejorado. No sé si somos buenos o malos, pero somos trabajadores. Estudiamos e intentamos aprender día a día. Hemos mejorado un poco, pero la enfermedad es la misma y los pacientes son iguales. Con lo que hicimos, esperemos que valga para hacerlo mejor e intentar sobrellevar lo que se viene encima.
-¿La solución sigue siendo hacer test y distancia social?
-La única solución que tiene el coronavirus es la combinación de dos estrategias. La primera es la protección absoluta de los más vulnerables, los ancianos. Los mayores están en residencias y en sus domicilios con sus familias. Ahí hay que pedir sentido común a las familias. Ya hemos visto en esta segunda oleada que han fallecido muchos en los pueblos tras infectarse a través de familiares, amigos y gente que ha ido al pueblo. Son ultravulnerables. En esa estrategia, las residencias son clave para la prevención al ser también espacios cerrados. La segunda parte, que tiene que solaparse con la primera, es el diagnóstico precoz de los casos y aislamiento estricto. Hay que sumar el distanciamiento social, que es fundamental, mascarilla y lavado de manos. Si se combina la protección de los vulnerables y las otras estrategias es posible que se pueda minimizar el daño en nuestro medio, aunque una vez más, volvemos a llegar tarde, no aprendemos. La prueba de que puede hacerse es que otros países lo han conseguido. La mala noticia es que no lo hemos conseguido en la comunidad. Pero desgraciadamente, la situación en Castilla y León a día de hoy es muy dura, y las predicciones son malas en base a las cifras que manejamos para las semanas venideras. Muy malas. En cualquier caso, no es fácil. Es un puzzle con miles de piezas de muy difícil solución. Basta con echar un vistazo al mundo para comprenderlo. Recomiendo evaluar el caso de la ciudad de Nueva York y España en toda su extensión. Es esclarecedor.
-¿Es buen momento para reivindicar más profesionales sanitarios?
-Esto no es una cuestión de ideología o política. El ratio más bajo de enfermeras de los países de la Unión Europea está en España. No es un problema que no sepa todo el mundo. Es 'vox populi'. Durante muchos años, mucho personal se ha ido fuera. Las condiciones eran las que eran y son las que son. Se ha ido mucha gente a Inglaterra, Portugal... y ahora nos acordamos del santo cuando llueve. No hay enfermería suficiente. Y con los médicos pasa lo mismo. Se necesitarían más en muchas plantillas. Hay que tener personal para sacar listas de espera o situaciones catastróficas como está. Ahora mismo la situación es muy complicada.
-¿Hemos tenido en la provincia casos de reinfección?
-Para diagnosticar una reinfección hay que tener una tecnología que no tenemos. Necesitaríamos tener archivada la muestra del primer caso. Que me conste no hemos tenido casos de reinfección en el HUBU. El hecho de que una persona pase un coronavirus, con PCR negativo, y que se le repita la prueba un tiempo después como 15 días, no significa que esté reinfectado. Está estudiado y publicado por coreanos y alemanes que esa repositividad no se corresponde con virus viables y en la inmensa mayoría son restos de genoma viral. Eso no quita, de hecho está documentado, casos de reinfección, con gente, incluso, que ha fallecido. Esperemos que sea un fenómeno poco habitual. En Burgos, hasta donde sé, se ha hablado de un caso en Covarrubias. Pero como ese caso no lo atendí, no sé nada de él. No puedo opinar.
-¿Ha eclipsado el coronavirus en Medicina Interna a otras patologías?
-Ha eclipsado todo. Pero el resto de patologías siguen ahí. Cuando se dice eso, parece que hubiera un núcleo de médicos o enfermeras que hubiéramos decidido que solo hay que atender covid. Eso no lo decide nadie. El virus impone su ley si permites que se meta en tu comunidad. O lo evitas (como por ejemplo, hizo Corea o República Checa o Hungría en la primera oleada), o ya no hay nada que hacer salvo minimizar daños y defenderte. En la primera oleada, un hospital como La Paz de Madrid, llegó a tener 1.000 pacientes con covid. El hospital se tuvo que cerrar, no cabía otro ser humano. Eso no significa que no vayas a atender un infarto o un cáncer de colon. Es que el hospital había colapsado y se tuvo que cerrar. No eliges y hay una derivada trágica de todo esto. En una situación de catástrofe humanitaria, como lo fue la primera ola, se desatienden otras cosas, pero no porque lo elijas. El mejor símil es la ola de un tsunami. Si subes a la azotea, te salvas y si te quedas abajo, te mueres. Lo que hicimos todos, pacientes, enfermeras y médicos, es subir a la azotea y sobrevivir como pudimos. En esta segunda oleada, la obsesión que tenemos es mantener toda la actividad posible fuera de la covid. Y la gente no sé si no lo sabe, pero estamos trabajando mucho para mantener esto a raya, y no podremos. Al final esto nos volverá a llevar al límite y más allá de él. Y prefiero no opinar acerca de por qué ha vuelto a pasar. Que cada uno reflexione y extraiga sus propias conclusiones. A la gente no se le enseñó qué fue aquello. Entrar en un hospital y ver 11 plantas de aislamiento y ver muertos y muertos y muertos... es duro. Como a la gente no se le ha enseñado lo que pasó, se piensa que fueron las palmitas y el 'Resistiré'. Pero si la gente hubiera visto la realidad del día a día, todo habría sido diferente, creo. Habrá más demora, más cancelaciones... porque es imposible. Aún no ha empezado lo peor. Por eso mismo es imposible plantearse la cirugía ordinaria y hacer muchas cosas. Eclipsó todo antes y lo volverá a hacer ahora. Afrontamos una época durísima y habrá muchas derivadas de daños colaterales que no se van a poder evitar. Esa es la realidad a día de hoy.
-¿Y eso a ustedes no les da miedo?
-Los que estamos ahí somos personas. Odiaba y odio cuando alguien mencionaba la palabra héroes. No lo soporto. La gente tiene familia, pero no tienes elección. Trabajas, haces lo que puedes y para casa. Va a ser un otoño e invierno muy largo. Pero no queda otra.
-¿Puede conciliar el sueño por la noche?
-Ahora duermo porque estoy machacado. Llego tan cansado... La primera ola tuve insomnio y me costaba pegar ojo. Ahora, aunque esté extenuado, me cuesta dormir, porque hay muchos problemas que resolver. Es como si tuviéramos un puzzle de cien millones de piezas y no hay manera de resolverlo. Cuando sabes cómo se comporta el virus, lo has estudiado, tienes Salud Pública y Epidemiología, y ves las cifras actuales, es como si pudieras ver el futuro. Viendo las cifras de la capital, Aranda y Miranda sé lo que viene. Es lo que hay. ¿Quién puede ver el futuro? Nadie, pero cuando ves los números es matemático.
-¿Medicina Interna se ha tenido que reinventar?
-A fecha de hoy, ya estamos integrados junto a médicos de otras especialidades en grupos covid. Era imposible asumir entre Medicina Interna y Neumología este trabajo solos. Hemos cambiado nuestra modalidad de trabajo preparados para poder manejar esta situación durante, probablemente, meses, de acuerdo a las predicciones epidemiológicas y de salud pública. Me gustaría recalcar el trabajo conjunto con Neumología. En cierto modo, funcionamos como un mismo servicio ahora, y es una gozada poder trabajar junto a ellos. En todos los sentidos.
-¿Os habéis sentido reconocidos durante la pandemia?
-No lo sé. ¿Quién lo tiene que reconocer? ¿los civiles? Pues espero que sí. Habrá gente que dirá que hemos salvado vidas y otros todo lo contrario. Los profesionales teníamos claro en la primera ola que las cañas se tornarían lanzas con toda probabilidad en esta segunda. Supongo que la gente será agradecida. Ya lo dijo el otro día el jefe de Intensivos del H.U. Gregorio Marañón en el acto de entrega del premio Príncipe de Asturias, al que tuve la fortuna de conocer. Pero tampoco somos culpables. Nos estamos dejando la piel, no queda otra. Ojalá la gente reconociera la labor de todos. Pero sinceramente, no es algo que me preocupe. Todo esto pasará, igual que pasará el recuerdo para aquellos que estuvieron y cayeron. Así que mejor asumirlo.
-Por ejemplo, a los medios de comunicación no nos han dejado entrar en los hospitales durante la primera ola...
-Lo sé, lo sé. Es más cómodo decir a la gente que saldremos más fuerte y poner el 'Resistiré'. Cuando a la gente le escatimas información, luego no pretendas que tengan mucha empatía con lo que ha pasado o que lo entiendan. Ojalá la gente pudiera ver lo que hay en los hospitales, ver una UVI en estos tiempos más allá de la felicidad cuando un paciente sale. De la primera oleada parecía que estábamos en los hospitales celebrando altas continuamente. Y la realidad es que estuvimos seis semanas en el mismísimo infierno. Ojalá la gente pudiera ver.
-¿Es el momento para que el HUBU reivindique un servicio de Infecciosas?
-No tanto el HUBU, pero sí España. Soy internista y microbiólogo. Tengo una visión de las infecciosas bastante amplia y creo que eso no es discutible. Infecciosas es un área tan extensa, que incluso dentro de la propia especialidad, reconocida en todos países del mundo occidental menos en España, hay subespecialidades. Es inabarcable casi como especialidad única. En este país se ha confrontado y se ha enfrentado su desarrollo o formato legal con otras especialidades como Medicina Interna. Es un error. Al fin y al cabo se trata de garantizar que toda aquella persona que quiera dedicar su vida a las infecciosas pueda adquirir durante la formación vía MIR los mejores conocimientos, igual que lo hace un cardiólogo o un neurólogo, por ejemplo. Medicina Interna es la especialidad esencial para articular, estructurar y configurar un hospital complejo. Es imprescindible. Lo he defendido siempre y siempre lo defenderé. Es la especialidad para articular la asistencia médica en un hospital. Creo que sé de lo que hablo. Pero ello no implica que no deba reconocerse ya la especialidad de Enfermedades Infecciosas. España no debe cerrar los ojos a la evidencia que hay en todo el mundo y tiene que reconocer la especialidad de Infecciosas cuanto antes.
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