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Nuevas medidas. Un paso más. Las normas temporales de carácter extraordinario que ya se han adoptado para frenar la pandemia de la covid-19 en Castilla y León y, por tanto, afectan a la provincia burgalesa, se intensifican sin demora. ¿El objetivo? Son varios, prevenir ... y contener el virus, mitigar el impacto sanitario, social y económico y, sobre todo, reducir la mortalidad. Ahora mismo, la provincia tiene una incidencia de 284,63 casos por cada 100.000 habitantes. La ocupación de la UCI sobre las camas habilitadas actualmente es del 71 por ciento pero sube hasta el 112 por ciento si tenemos en cuenta las camas habituales.
Este sábado, a las 6 horas, la Junta de Castilla y León ha publicado en el Boletín Oficial de Castilla y León la orden por la que se instaura el llamado 'toque de queda'. Expresión que en ningún momento aparece en la citada orden, ya que el término 'toque de queda' no aparece recogido en la Constitución, aunque sí existen medidas que limitan la circulación de personas. En este caso, estas medidas implican la limitación de la circulación o permanencia de personas y vehículos en horas y lugares determinados y se condicionan a determinados supuestos.
El principal objetivo de la Junta al instaurar este 'toque de queda' es limitar las reuniones personales, ya que, según apuntan, «gran parte de los contagios se producen en las reuniones personales, especialmente en el ámbito familiar y social». Por ello, desde la Consejería de Sanidad, con el visto bueno del resto de consejerías, se estimó oportuno reducir temporalmente la movilidad de las personas durante las horas en las que consideran que más contactos de esta naturaleza se producen: por la noche, tras la jornada laboral o en los fines de semana. Con esto se quieren reducir los contactos personales estrechos a los convivientes en cada domicilio habitual.
La limitación a la movilidad que se ha aprobado e instaurado se considera «necesaria e imprescindible» por parte de la Junta para hacer frente a la situación. Además, desde la administración regional se asegura que es «proporcionada a la extrema gravedad de la misma y no supone la suspensión de ningún derecho fundamental».
Desde las 6 horas de este sábado este 'toque de queda' ya está en vigor aunque sus medidas no se aplican hasta las 22 horas. Permanecerá vigente durante 14 días y durante este tiempo será evaluado para garantizar su adecuación a la evolución de la pandemia. Se puede prorrogar más allá de 14 días pero estas prórrogas serán sometidas a ratificación judicial.
Con este 'toque de queda' se anulan los confinamientos perimetrales vigente, como los de las ciudades de Burgos, Aranda y Miranda. Estas medidas se consideraron necesarias pero sus efectos no se producen con la rapidez e intensidad que la situación requiere.
Entre las 22 y las 6 horas, durante estos 14 días, solo podremos circular por las calles, vías o espacios públicos para realizar algunas actividades:
1. Acudir a la farmacia o a comprar artículos de primera necesidad.
2. Acudir a centros médicos.
3. Ir a trabajar.
4. Desplazarse para cuidar a personas mayores, dependientes o con alguna discapacidad.
La orden también recoge que se podrá circular por otras causas de fuerza mayor o necesidad. Pero los desplazamientos entre estas horas deberán hacerse individualmente, salvo que se acompañe a personas que lo necesiten. Igualmente, se podrá uno mover por la calle cuando regrese a casa después de haber realizado alguna de las actividades anteriores.
Entre las 22 y las 6 horas también se limita la circulación de vehículos particulares. Solo podrán circular para realizar alguna de las actividades mencionadas anteriormente. Se incluye en este caso el repostaje. Es decir, entre las 22 y las 6 horas los coches podrán acudir a repostar y a realizar las actividades ya mencionadas.
Eso sí, los vehículos podrán atravesar Castilla y León entre estas horas siempre y cuando su viaje tenga origen y destino fuera de la región.
La Junta ha optado por combinar el 'toque de queda' y otro bloque de restricciones que ya estaban vigentes y se irán concretando a lo largo de la siguiente semana. Es decir, se acaba con los confinamientos perimetrales pero no con todas las medidas en cuanto a aforos y horarios que se aprobaron en su momento.
Los horarios de apertura de comercios no esenciales siguen siendo las 22 horas. Bares y restaurantes no podrán aceptar nuevos clientes pasadas las 22 horas y a las 23 tendrán que cerrar las persianas. Una medida que no encaja en el 'toque de queda', ya que las personas a las 22 horas deben estar en sus domicilios, por ello la Junta adecuará a lo largo de la semana que empieza todas las medidas. Sigue en pie la prohibición de consumir en barra, fumar en terrazas o reunirse más de seis personas y la distancia entre mesas debe ser superior a 1,5 metros. Se recomienda salir del domicilio solo para lo indispensable. La acumulación de personas en un mismo espacio no es recomendable.
Las visitas a las residencias de personas mayores o centros de personas con discapacidad siguen en suspenso. La asistencia a lugares de culto continúa limitada a un tercio del aforo y guardando la distancia de seguridad. Los velatorios siguen con la limitación de 10 personas en interior y 15 en exterior.
Respecto a la práctica deportiva en instalaciones cerradas, solo podrán acoger un tercio de su aforo. En los espacios abiertos, habrá que mantener las medidas e higiene y distancia social.
Los locales comerciales únicamente podrán acoger un tercio de su aforo y los mercadillos, el 50% de su capacidad.
La Junta de Castilla y León busca con estas medidas evitar el colapso inminente del sistema de salud de la región. Se reconoce que esta situación está próxima a producirse de acuerdo con los datos de la actual evolución de la pandemia. Es más, se apunta a mediados de noviembre como momento en el que, si no se revierte la situación actual, la asistencia primaria y hospitalaria puede colapsar.
Algunas voces políticas, como Rocío Monasterio, diputada de Vox en la Asamblea de Madrid, se oponen a la limitación de la movilidad de las personas que no hayan dado positivo en covid-19. La orden de la Junta de Castilla y León lo deja claro, «la distinción entre personas enfermas y sanas tiene una definición difusa, por la posible asintomatología o levedad de sus síntomas y la existencia de un periodo de incubación en el que no hay indicios externos de enfermedad, por lo que la personas portadora puede no ser consciente del riesgo que está generando a terceros en las reuniones familiares y sociales». Añade la Junta que «algunas personas aún conscientes, asumen un riesgo que no es propio sino para los demás».
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