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De vuelta al debate que a principios de noviembre lo copó todo: ¿es posible embridar la nueva embestida de la pandemia sin llegar a encerrar a la población en casa como se hizo en marzo y abril? La presión sigue aumentando para que el Gobierno ... central, al menos, dé las comunidades autónomas la posibilidad de contar en su arsenal con un decreto que permita el confinamiento domiciliario. Hoy mismo, Castilla y León se unió a la petición de Andalucía de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez apruebe un nuevo decreto de estado de alarma, que sustituya al actual, el del 25 de octubre, que exclusivamente permite a las autoridades autonómicas perimetrar municipios y regiones, imponer toques de queda o limitar las reuniones sociales, pero que veta a las comunidades la posibilidad del temido encierro total.
Hoy mismo, el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, reclamó al Gobierno central que se replantee la opción del confinamiento domiciliario porque «no es momento de hacer ningún otro cálculo» y es «razonable» pensar en esa posibilidad que puede ser necesaria «en muy pocos días» si la curva sigue subiendo como en las últimas jornadas. Esta misma semana, Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, también pidó a Sanidad que estudie la posibilidad de dictar un nuevo estado de alarma para autorizar, llegado el momento, el confinamiento domiciliario.
Otras comunidades, algunas de ellas gobernadas por gobiernos socialistas, también defienden 'off the record' la necesidad de poder encerrar en casa a sus ciudadanos, según ha podido constatar este periódico, aunque ninguna de ellas quiso hacerlo público en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud del miércoles. No obstante, varios dirigentes autonómicos sí que en encuentros informales con los responsables de Sanidad han pedido a Moncloa que prepare ese nuevo decreto que faculte para el encierro en casa para el momento en que pudiera ser necesario.
La postura de Sanidad ante esta nueva cruzada sigue siendo la misma, según confirmaron hoy fuentes de Moncloa: todavía es pronto para ver el efecto de las medidas puestas en marcha en los últimos días por las comunidades y, sobre todo, hay que confiar en que si España logró doblar la curva de la segunda ola a lo largo de noviembre sin tener que recurrir al confinamiento también podrá conseguirlo en esta tercera andanada.
Pero esos argumentos no convencen ya a la inmensa mayoría de los responsables autonómicos, que llevan días recordando al equipo de Salvador Illa que la situación, por desgracia, es mucho peor que la de noviembre. Sobre todo, porque, a diferencia de entonces, España ahora enfrenta el inicio de la escalada de la tercera ola con casi 40.000 contagios diarios, una incidencia acumulada cercana a 500 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días y más del 25% de ocupación de los puestos de UCI por parte de enfermos de covid. Una «tormenta perfecta» –han recordado esta semana a Sanidad desde las consejerías- que España ya está sufriendo en las «primeras pendientes» de la tercera ola, pero que no vivió ni en los momentos álgidos de la segunda ola (en la primera no había datos fiables).
Pero en el Ejecutivo central, que a finales de octubre sí que tuvo preparado un borrador para permitir el confinamiento domiciliario, no quieren ni oír hablar de esta posibilidad. Tampoco se plantean, tal y como también han solicitado varias autonomías, que Sanidad fije, cuanto menos, unos criterios comunes a todos los territorios, que enfrenten con medidas comunes y simultaneas situaciones similares.
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