Más de 34.000 mujeres en España y dos millones en todo el mundo son diagnosticadas de cáncer de mama cada año. Las tasas de supervivencia de la enfermedad son altas, y alcanzan el 90% cuando el tumor se localiza en la mama. Pero en ... una de cada ocho pacientes, las células cancerosas se diseminarán fuera del tejido mamario y provocarán metástasis en otros órganos, lo que agravará el pronóstico.
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En la lucha contra la enfermedad, desde hace tiempo, los científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB, por sus siglas en inglés y catalán) habían centrado sus investigaciones en la proteína MAF, que activa o bloquea otros muchos genes en los tumores y favorece la metástasis, sobre todo, en la diseminación al hueso. Pero ahora han dado un paso más al descubrir que esta proteína interactúa con el receptor de estrógenos, un elemento clave en el desarrollo del cáncer, y modifica su estructura. Es este contacto entre la MAF y el receptor de estrógenos el que provoca una reestructuración del ADN que permite la activación de los genes de la metástasis.
La conclusión, publicada en la revista científica Nature Cell Biology, es que las pacientes con niveles altos de proteína MAF tienen un mayor riesgo de desarrollar metástasis. El hallazgo tiene una importante aplicación práctica. Los investigadores consideran que se puede evitar la activación de los genes prometastásicos mediante la inhibición de la molécula KDM1A, responsable de la reestructuración del ADN.
En este punto, el camino está avanzado. La proteína KDM1A ya cuenta con un inhibidor identificado que se encuentra en fase de ensayos clínicos, pendiente de que su eficacia y su seguridad sean validadas, lo que ofrecería grandes beneficios a las pacientes con elevados niveles de MAF.
La investigación, que ha recibido el apoyo de la Fundación laCaixa, también permitirá avanzar en la investigación sobre los efectos de la terapia con bifosfonatos (clodronato o ácido zoledrónico), que se utiliza en una parte de las diagnosticadas, pero que particularmente en las pacientes jóvenes, puede desviar la metástasis hacia otros órganos, lo que tiene un impacto negativo en la supervivencia global.
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«Este descubrimiento representa un paso crítico en la comprensión de cómo se propaga el cáncer de mama y abre nuevas oportunidades terapéuticas para el 20% de las pacientes que no pueden beneficiarse del tratamiento con bifosfonatos», señala Roger Gomis, jefe del laboratorio de Control del Crecimiento y Metástasis del Cáncer del IRB Barcelona.
En esta línea de trabajo, el equipo del IRB, puntero en los ámbitos nacional e internacional, también ha desarrollado un test que permite predecir el pronóstico de la pacientes con cáncer de mama. Bautizado como MAF-TEST y comercializado por Palex Medical e Inbiomotion, la técnica se basa en la identificación de la proteína MAF.
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Al analizar biopsias de pacientes de dos ensayos clínicos de referencia (publicados en The Lancet Oncology y Journal of National Cancer Institute, con más de 3.000 participantes en cada uno de ellos), descubrieron que el 80% de las enfermas con cáncer de mama tenía tumores MAF negativos y que al ser tratadas con bisfosfonatos su supervivencia libre de dolencia aumentaba un 14,3% y su riesgo de muerte relativa disminuía un 21,4%. En cambio, las pacientes con tumores MAF positivos no obtuvieron ningún beneficio, o incluso peor pronóstico, con el tratamiento con bisfosfonatos. Para este segundo grupo, el avance de ayer es todavía más importante.
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