Burgos entra en los días centrales de Semana Santa con peores indicadores covid en los municipios que en 2021

Si en 2021 fueron los ciudadanos los que procesionaron por los templos para venerar a las tallas que estuvieron expuestas en sus sedes para paliar su ausencia en las calles y en 2020 los burgaleses no se podían salir de casa para nada que no fuese ir al supermercado o la farmacia, en este 2022 la nueva normalidad está totalmente instaurada en las calles.

A pesar de ello las autoridades sanitarias han decretado la obligatoriedad de las mascarillas en las procesiones, aunque en la calle su uso ya no sea obligatorio y el próximo 20 de abril deje de serlo también en interiores. En 2021 los templos burgaleses no podían superar el tercio del aforo y tendrán que garantizar la distancia mínima interpersonal de, al menos, 1,5 metros y el uso obligatorio de mascarilla.

En 2021 hubo, además, una batería de medidas restrictivas para la población que buscaba frenar los contagios. En la provincia de Burgos, como en el resto de Castilla y León, las medidas que estuvieron en vigor desde el 26 de marzo hasta el 9 de abril, limitaban la permanencia de grupos en espacios públicos, abiertos o cerrados, a un máximo de cuatro personas, siempre que no se trata de personas convivientes.

En el ámbito hostelero podían, sin embargo, seguir sirviéndose a seis personas máximo por mesa en la terraza. Además, se mantenía el cierre perimetral de la región que estaba actualmente en vigor, tanto para la entrada como para la salida de personas, y el toque de queda, que estaba establecido entre las diez de la noche y las seis de la mañana.

Este 2022 no existen ya este tipo de restricciones y, más allá del uso de las mascarillas la vida en las calles se asemeja más a la de 2019 que a la de 2021. En cuanto a la situación de la propia pandemia es difícil elaborar un paisaje general porque desde hace apenas unas semanas la Junta de Castilla y León no ofrece datos de la incidencia acumulada en la población general, por lo que los indicativos de riesgo que se utilizaban en el pasado para decidir las restricciones ya no están disponibles.

Sin embargo, sí se puede comparar los datos hospitalarios. Al inicio de la Semana Santa de 2021, el 26 de marzo, en la UCI estaban ingresados eran 18 pacientes con covid. En planta, mientras tanto, los pacientes ingresados a causa de la infección eran 50. Cuando las restricciones de Semana Santa se levantaban, el 9 de abril, la presión hospitalaria era mucho mayor. La Junta de Castilla y León notificaba 106 hospitalizados en planta entre los tres hospitales de la provincia. En la UCI, en cambio, la cifra era de 17, uno menos. Durante el periodo en el que estuvieron vigentes las restricciones se notificaron 1.196 positivos, diez muertos y 99 altas hospitalarias.

En la actualidad, son 51 los hospitalizados entre los tres hospitales provinciales y, además, quedan cuatro personas ingresadas en la unidad de críticos a causa de las complicaciones de la infección. En cuanto a los indicadores de riesgo en los municipios, en marzo de 2021 eran 323 los municipios burgaleses que se mantenían en el riesgo denominado 'nueva normalidad'. El 31 de marzo de 2022, último día que la Junta de Castilla y León ofrece datos de estos indicadores, era de 279. En riesgo muy alto el pasado año eran 29 los municipios, mientras que en marzo de este año son 49. También eran mejores los guarismos del nivel medio, nueve municipios frente a los 25 de la actualidad. En riesgo alto también son más los municipios que se encuentran en esta situación, 16 frente a los seis de hace 365 días. En nivel bajo, eran cuatro los municipios en 2021 y dos los de marzo de 2022.