David Rodríguez Lázaro, en el laboratorio de la UBU AMC

«En Burgos deberíamos estar más preocupados de la gripe que del coronavirus»

El director del área de microbiología de la UBU, David Rodríguez Lárazo, asegura que es «bueno estar en alerta, pero desde la perspectiva de la tranquilidad»

Miércoles, 12 de febrero 2020, 08:34

Nació en Bilbao, estudió Veterinaria en León, se doctoró en Barcelona, trabajó en Reino Unido y Valladolid, y desde hace cinco años es profesor titular de microbiología y director del área de microbiología en la Universidad de Burgos (UBU). Este es el currículum de David ... Rodríguez Lázaro, que alterna la docencia con la investigación. Un estudio diario que se centra en las infecciones alimentarias, aunque analiza la situación y la alarma que se ha generado con el coronavirus.

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-¿Da rabia que la sociedad nos acordemos de vosotros en momentos de incertidumbre por virus como el coronavirus o la listeria?

-Los que trabajamos en patologías infecciosas, ya sean de cualquier tipo, solo estamos de relevancia cuando hay un problema. Lo tenemos asumido. Nuestra labor consiste en reducir el riesgo para los consumidores.

-¿La alarma sobrepasa a la realidad?

-Vivimos en un mundo sobreinformado. Eso es muy bueno, pero se tiende al alarmismo. Y si nos damos cuenta, siempre pasa cuando la actividad social o periodística es más baja como el verano. Ahora es el mayor número de casos por muerte del coronavirus con mil fallecidos, pero en España por gripe, al año, mueren muchos más. Hemos pasado del 65% de la tasa vacunal de mayores de 65 años a casi el 50%. Hemos bajado 15 puntos. Estamos preocupados por el coronavirus, pero no por la gripe, que genera muchos más problemas en nuestro país. Lo palpo por las preguntas. El lunes algunas madres ya nos llamaron para preguntar si llevaban a su hijo al colegio por el caso de Valladolid. Mi respuesta fue: ¿Te has vacunado de la gripe? Y me dijo que no. Es muy importante, y lo tenemos que hacer es cambiar la percepción del riesgo. Un problema respiratorio que afecta a mucha gente y que se puede transmitir como el coronavirus tiene una mayor percepción del riesgo que el verdadero riesgo real que supone. En situaciones cotidianas como la alimentación, la percepción del riesgo es menor hasta que hay un problema.

«Lo que tenemos que hacer es cambiar la percepción del riesgo»

-¿Qué papel ha tenido la alimentación en el coronavirus?

-Es un virus respiratorio y su vía de transmisión es respiratoria. Directamente alguien tose y uno se contagia. Como la mayoría de los coronavirus es de origen animal. Ha sido por un contacto estrecho, un salto de especie, entre un animal que aún se desconoce y un ser humano. Parece que surgió, aunque hay discrepancias, en los mercados que llaman ellos húmedos. Por vía alimentaria no hay evidencia en este brote. En Europa, esos animales exóticos no están autorizados. La Organización Mundial de la Salud ha mandado un mensaje muy claro que es aplicable para todo: no comamos alimentos crudos y que cocinemos la carne. Eso se aplica para cualquier momento, problema y circunstancia. Si comes un alimento crudo te puedes contagiar de virus como la hepatitis E o listeria. Es importante conservar bien los alimentos y cocinar bien los productos cárnicos.

«Por cada persona infectada, como mucho, se pueden contagiar otros dos»

-¿Es un momento para estar tranquilos?

-Aunque ha llegado a muchos países, el problema está localizado en China. Los casos que ha habido, salvo en Alemania, han sido importados, directa o indirectamente, por contacto en China. Es un virus con un nivel de contagio muy similar al de la gripe. No es altamente contagioso como el sarampión. Por cada persona infectada, como mucho, se pueden contagiar dos. El sarampión, cada persona contagiada, puede transmitirlo a otras 20. Otro punto importante es que tiene una tasa de mortalidad muy baja, alrededor del 2%. Si mezclamos un problema localizado, con una capacidad de contagio baja y una mortalidad baja, el resultado nos da que es un problema que no generará una pandemia, aunque todo es fluctuable. A nivel nacional, que llegue, se instale y propague es baja. A esto hay que sumar que en España no es lo mismo que en China, al igual que no es lo mismo Filipinas que Nigeria. Tenemos sistemas de alertas sanitarios rápidos y eficaces. Se podría controlar y ese porcentaje podría ser aún menor. Si esta foto que he contado la ponemos en contexto de otros virus respiratorios como el de la gripe en España, diríamos que, con los últimos datos que tenemos, se han muerto 1.000 personas de forma directa y 6.000 en directa. Y volvemos a la percepción del riesgo. ¿Qué percepción del riesgo tenemos de gripe? Es baja. La gente se vacuna. Es tan baja que ni siquiera se vacunan los facultativos médicos. En cambio, como problema sanitario es mayor que el del coronavirus a día de hoy. En Burgos deberíamos estar más preocupados de la gripe que del coronavirus.

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«Si me dijeran que va a haber pandemia, apostaría a que no»

-En cambio ya hemos tenido alarma por un negativo en Burgos...

-A igual que en Valladolid o Palencia. Son virus que, más tarde o temprano, terminarán llegando a la comunidad. O no. Aunque llegase no sería un problema. Si me dijeran si va haber pandemia, apostaría a que no. El mensaje es de tranquilidad. Es bueno estar en alerta, pero desde la perspectiva de la tranquilidad. Hay problemas muchos más serios a día de hoy.

-¿En Burgos trabajan también con una posible solución, las vacunas?

-Tenemos algún proyecto en sanidad animal y estamos caracterizando algún patógeno que afecta a animales para el desarrollo de vacunas, pero nuestra labor en esos proyectos es la caracterización genómica de aislados.

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«La inversión es un desastre, nadie se manifiesta y solicita un incremento para proyectos de investigación»

-Y para esto, evidentemente, se necesita dinero...

-La inversión es un desastre. Si se pregunta a nivel social qué profesionales son las más valoradas, además de los médicos, salen los investigadores. En cambio, nadie se manifiesta y solicita un incremento para proyectos en investigación. En los últimos años, desde el 2012, la reducción del plan de investigación ha sido enorme y hemos bajado hasta niveles de principio de siglo. En vez de aumentar, se ha bajado. A eso se suma cantidad de trabas burocráticas. En Reino Unido y Portugal, la investigación está exenta de IVA. En el Reino Unido, para la contratación de personal, existen ayudas que aquí no vemos.

-Y eso que hay un ministerio para impulsar la investigación...

-Tuve la suerte de hablar un buen rato con el ministro Pedro Duque en septiembre y todavía está aterrizando (risas). En este país, históricamente, la investigación nunca ha tenido relevancia. Está muy bien vista, pero no hay una trayectoria. Ya lo decía Ramón y Cajal. Uno va a Reino unido y se sorprende de los investigadores a nivel catedrático que hay. Esto pasa también Estados unidos o Alemania. Siempre digo que no nos volvemos más listos cuando nos vamos fuera de España. Aquí las posibilidades son más reducidas. Con uno de los colaboradores que estuve yo para aprender temas de genómica en Reino Unido le acababan de conceder un proyecto de 14 millones de libras. Cuando me jubile, no habré llegado a esa cantidad.

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-Luego se extrañan de la fuga de cerebros...

-Nuestra estructura es obsoleta y ha tendido a la endogamia. Habría que revisar nuestro sistema, pero no sé cómo.

-¿Se pueden adelantar a futuras infecciones?

-Este martes ha salido publicado un artículo de colaboradores en Brasil que han encontrado un virus con genes que no se habían descrito previamente. Hemos vivido un cambio radical en nuestra área con los hábitos alimentarios. Compramos y comemos alimentos locales, pero también de fuera, además de comer más días fuera de casa. Eso supone más problemas, porque importar un alimento siempre es muy bueno, pero puede traer la microbiota, la buena y la mala. En nuestra área, los problemas están bien localizados. Tenemos bacterias como la listeria, porque es muy difícil de erradicar en la industria cuando se implanta, porque se ha acostumbrado a vivir en el ambiente alimentario. Con las nuevas técnicas de diagnósticos, estamos empezando a conocer algunos organismos que antes no los podíamos ver. Los virus son los que más contribuyen a las diarreas a nivel mundial, pero hasta hace muy poquito no se diagnosticaban en los hospitales. La cantidad de diarrea que se produce por trastornos digestivos asociados a microorganismos patógenos es la misma cantidad de agua que cae en las cataratas Victoria en un minuto. En Estados Unidos está estimado que hay 50 millones de casos anuales. Uno de cada seis americanos tiene un problema gastrointestinal asociado a patógenos de origen alimentario. Es un problema importante a nivel económico. EE.UU. ha estimado que cada año se gastan 77.700 millones de dólares. Y solo la listeria les cuesta (gasto médico, jornadas laborales pérdidas...) 2.000 millones de dólares. Mueren muy pocos de listeriosis, estiman que 1.000 personas al año. Es un problema serio que no es una emergencia para la muerte.

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-Y no solo EE.UU., este verano lo hemos vivido muy cerca...

-Ha sido un brote particular. Aunque estuvo bien gestionado, sí que me gustaría decir que aún nos queda mucho por aprender en la comunicación del riesgo. Se actuó muy bien a nivel hospitalario, se controlaron muy bien los casos, pero la comunicación por parte de los políticos fue mejorable.

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