Un burgalés residente en China: «En España no se están tomando las medidas oportunas»

«Ahora mismo, estamos mucho mejor en China que en España», y, de hecho, «la situación se ha dado la vuelta». «Ahora es China la que está endureciendo el acceso al país» tras superar los momentos más críticos de la crisis sanitaria, explica Alfayate. Él y su familia son un buen ejemplo de ello. «Regresamos la semana pasada y tardamos cinco horas en salir del aeropuerto por los controles». Una vez fuera, añade, las autoridades chinas «nos han enviado dos semanas de cuarentena a casa» a pesar de no tener síntomas ni haber estado particularmente expuestos, añade.

Ese modo de actuar da buena muestra del talante con el que el gigante asiático ha afrontado una crisis que ha paralizado por completo el país durante varias semanas. «Aquí sigue habiendo un control de la situación absoluto», pero se ha conseguido contener el avance de la pandemia y los escasos casos que se localizan son en su mayoría «importados», precisamente de países como España, Italia o Alemania. «En muchas provincias, ya no hay nuevos infectados», explica.

Esa contención está permitiendo que China recupere poco a poco su pulso habitual. «Se están levantando algunas restricciones, pero otras muchas se mantienen. No estamos al cien por cien, pero poco a poco han comenzado a llegar suministros y la economía está volviendo a arrancar», resume.

No así la vida cotidiana, con controles permanentes en lugares públicos o de afluencia masiva. «La gente en China es muy disciplinada, y si el Gobierno dice que todos en casa, se quedan todos en casa», lo que supone estar «en las antípodas» de España, reconoce Alfayate, quien insta a «tomarse en serio» la pandemia. Y es que, en caso de no tomar medidas de carácter más contundente, «los casos van a seguir aumentando inevitablemente» y las consecuencias van a ser más graves que en China, aventura.