
Estar encerrados en casa no le gusta a nadie. Perder las rutinas diarias supone una desazón mayor si en casa convivimos con una persona con trastorno del espectro autista (TEA). No están siendo días sencillos para ellos y sus familias después de que se decretara el estado de alarma por la pandemia de coronavirus. Confinados en los hogares sin poder salir a sus centros escolares o de día, su rutina se ha visto quebrantada por un virus que, si al conjunto de la población nos cuesta comprender, a ellos les ha descolocado la vida.
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Sus colegios y centros de día se encuentran cerrados y, con ellos, sus actividades paralizadas. Desde Autismo Burgos viven estos días «con mucha incertidumbre y con mucha preocupación porque este es un colectivo especialmente vulnerable y tienen muchas dificultades para comprender esta situación», explica Concepción Gárate, su directora.
Normalizar lo que ocurre es un paso esencial en la vida de estas familias, pero se hace complicado. El confinamiento puede hacer que las situaciones de nerviosismo se acentúen, situaciones difíciles de calmar y que en los casos más graves pueden poner en peligro su integridad física. Desde Autismo España solicitaron al Gobierno un permiso «para que las personas con autismo puedan salir a la calle (solas o acompañadas) de forma excepcional». Desde hace unos días este permiso está concedido, ahora este colectivo lidia con aquellos que les increpan por estar en la calle y que desconocen la importancia que para ellos tienen estos paseos, esenciales para preservar su integridad física en algunos casos.
Para sensibilizar a la población de esta necesidad, y aprovechando que día 2 de abril es el Día Mundial del Autismo, desde Autismo Burgos quieren teñir de azul las ventanas de la ciudad. Para ello, piden a todos los ciudadanos que a las 21:00 horas (una hora después de la cita diaria con los aplausos), salgan a las ventanas para iluminar con el móvil o una linterna en muestra de solidaridad con el colectivo de personas con trastorno del espectro del autismo (TEA) y sus familias.
Por ahora, desde Autismo Burgos están ofreciendo apoyo a las familias «a través de medios digitales y 'on line'». «Intentamos seguir posibilitando actuaciones con los chicos a través de estos medios y, además, también estamos intentando hacer un seguimiento telefónico», continúa la directora.
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Así, los profesores del CEE El Alba, de Autismo Burgos, han grabado un vídeo para animar a sus alumnos a quedarse en casa y que esta estancia se les haga más llevadera.
Establecer unas pautas generales de actuación para este colectivo es imposible, porque cada persona es diferente, «por lo que es difícil generalizar». Explicarles a las personas con TEA qué es lo que ocurre de forma que lo pueda entender es vital para tratar de paliar los efectos del confinamiento. Además, estructurar el tiempo de manera que se puedan anticipar a lo que va a ocurrir puede ayudar a hacer más llevaderos los días. La actividad física y los momentos de relajación son importantes también para gestionar la energía de todos.
Para ayudar a las familias, Autismo Burgos sigue en contacto con todas ellas, casi 300, para ofrecer apoyo y ayuda en esta creación de rutinas en un colectivo para el que este cambio de rumbo es mucho más que una incomodidad.
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