Las agencias de viajes estiman en un 90% las pérdidas de facturación por la pandemia

Iciar Blanco, la presidenta de la Asociación Burgalesa de Empresarios de Agencias de Viajes, intenta buscar los brotes verdes en una época en la que es más fácil echar la verja que hacer una maleta. Pero la apertura de las fronteras ha provocado que los burgaleses comiencen a pensar en escapar de la realidad y programar los primeros viajes.

«La gente tiene ganas de viajar y se están acercando a preguntar a las agencias», explicaba Iciar. «Hay clientes que lo tienen claro, pero hay otros que tienen miedo porque no tienen claro si esta situación es una realidad o un espejismo», lamenta. Porque los cierres perimetrales de municipios y regiones se han convertido en habitual en nuestro imaginario reciente y la incertidumbre es el compañero de viaje para cualquier plan de viaje.

Por eso lo que se está reservando hasta ahora es aquello «que se pueda cancelar» si la situación empeora y vuelven las restricciones. «Se dejan asesorar en cuanto a con qué compañía viajar por ser las que mejor han respondido en la pandemia de covid-19», cuenta Iciar. Pero al menos, de manera lenta, el movimiento ha vuelto a las agencias de viaje.

¿Y dónde quieres viajar los burgaleses? «La gente busca la playa, descansar y desconectar, se nota el cansancio de la situación. Buscan turismo de playa, no de ver cosas. Y turismo nacional», afirma la presidenta. Quizás por esto, y por las circunstancias, viajar fuera de nuestras fronteras tiene un precio más asequible que otros años: «En agosto estamos notando que los precios están más altos en España. A una pareja le puede salir más barato ir una semana a Punta Cana que a Conil».

El sector está «muy mal», como asegura Blanco. Por si su situación ya fuese límite la reunión mantenida ayer lunes con la Junta de Castilla y León fue «decepcionante». «Solicitamos que las ayudas que pudieran llegar lo hicieran según las pérdidas de facturación, llevamos sin facturar prácticamente desde noviembre de 2019, lo que supone unas pérdidas del 90%. Pero nos han confirmado que las ayudas van a ser lineales, un autónomo va a tener, por ejemplo, una ayuda de 3.000 euros haya factura el 30% o el 90%. Para nosotros ha sido un jarro de agua fría. El Gobierno Central prometió mayores ayudas, pero como son las autonomías quienes lo gestionan desde la Junta lo ha decidido así», lamenta.

Lo único que pide el sector ahora es que les «dejen trabajar» y no les «vuelvan a cerrar», porque bastante tienen con lidiar con «la incertidumbre» de saber cuándo llegará el siguiente cierre. El futuro se presenta complicado: «Va a haber muchísimos cierres porque los ERTE son dardos envenenados. Cuando volvamos a la normalidad tenemos que incorporar a las plantillas y va a costar muchísimo porque aunque la gente quiera viajar vamos a tener una crisis económica tremenda. Lo vemos bastante complicado y negro».

Sin embargo, mientras resistan, ellos seguirán aconsejando y animando a sus clientes. Preparando viajes y asesorando para que estas escapadas sean un recuerdo inolvidable. Por el momento trabajan duro para subsistir mientras aclaran dudas sobre aforos en la playa y test de antígenos necesarios para poder viajar.