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Un perro puede ayudar a las personas a superar barreras físicas del entorno y también psicológicas. En este campo, Sabia es una auténtica experta. Esta labradora retriever ha sido entrenada desde que tenía dos meses para ayudar a superar las limitaciones derivadas de una discapacidad ... .
Es la compañera de Celia Martínez, trabajadora social especializada en asistencia con animales que desarrolla sus proyectos en Aranda de Duero y la Ribera. Sabia es «la pieza del puzzle» que le faltaba a Celia en el desempeño de su trabajo, tal y como ella misma lo describe. «Con Sabia todo es más fácil», reconoce, porque entre las virtudes de trabajar con un perro tan especial se encuentra la enorme intuición de esta raza para detectar lo que necesitan las personas.
«Ella sabe cuándo tiene que motivar o cuándo tiene que trasladar calma», explica Celia, que lleva a cabo su labor en diferentes entornos sociosanitarios con Sabia. Siempre en equipo, marcan objetivos previamente con los profesionales de cada centro.
«Trabajamos en distintas áreas, en la cognitiva la atención y la memoria, las personas mayores identifican a Sabia con un día concreto de la semana, la esperan y consigue centrar su atención«, expone. Además, está el área emocional: »Tratamos de mejorar el estado de ánimo, Sabia les traslada ilusión y trabajamos las habilidades sociales y el autocontrol, por ejemplo con los niños«.
Celia expone que también se centran el área relacional, «Sabia facilita la interacción y las relaciones». En cuanto al área física, la perrita favorece el movimiento a personas con dificultades, ayuda al control postural y «se adapta a cada paso». «Hay mayores a los que se les quedan las manos agarrotadas y no las abren y Sabia introduce el hocico y estimula las manos a estas personas con lametazos y estimulación multisensorial dándoles calor», asegura.
La facilididad de Sabia para captar la atenión de niños y mayores, ha hecho que puedan desarrollar proyectos en centros de educación especial, en residencias de mayores y también en colegios. Sin embargo, la covid supuso un golpe muy duro para ellas porque desde marzo, no han podido entrar en ningun centro sociosanitario. Y no solo eso, de un tiempo a esta parte realizaban actividades como «Cuentacuentos con Sabia» en la Biblioteca Municipal de Aranda, que también se han visto suspendidas a causa de la pandemia.
«Sabia echa de menos trabajar», reconoce Celia, que no puede contener la emoción cuando recuerda cómo los niños la llaman al verla pasar desde el patio pidiéndole que vuelvan. «Hemos aprovechado estos meses para seguir formándonos y esperamos que este año nuevo todo se vaya recuperano poco a poco», confiesa.
Los animales pueden ser de gran ayuda para las personas en múltiples ámbitos, pero Celia recalca que para hacer terapia con ellos en entornos sociosanitarios, es muy importante que lo dirija un profesional. En las residencias de mayores de Aranda y en los colegios, extrañan las visitas de Sabia pero, como dice Celia, «la situación mejorará y volveremos con más ganas y con más actividades».
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