El fotógrafo burgalés, Rodrigo Mena, acaba de regresar de La Palma y asegura que las imágenes que ha podido capturar allí, junto al volcán, no se parecen a nada que haya vivido antes.
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La casualidad quiso que pudiese vivir en primera persona este hecho histórico ... que ha inmortalizado con su cámara. «Yo estaba de vacaciones en Tenerife y surgió la oportunidad de ir a La Palma», reconoce, y no la desaprovechó ya que, al poco de regresar Tenerife, la compañía con la que se había trasladado allí canceló los vuelos.
Mena es fotoperiodista y profesor de la Universidad de Burgos y, aunque ha podido retratar todo tipo de sucesos e incendios forestales, manifiesta que esto «no tiene comparación con nada que haya vivido antes«.
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Se refiere, sobre todo, al «rugido» del volcán, un sonido que le ha impresionado especialmente. «Ruge todo el rato, no sé cómo puede dormir la gente cerca, es continuo y cada pocos minutos pega un petardazo», detalla. «El ruido es como una traca final de fiestas pero de 24 horas y con explosiones y llamaradas. Con el retardo tiembla todo el suelo, mucho más fuerte que un rayo«, recuerda.
Pese a la satisfacción de haber observado este acontecimiento único en primera persona, confiesa que desplazarse a La Palma fue un «dilema» y explica, «ir a fotografiar una desgracia ajena es complicado, pero soy fotoperiodista y retratar esto es un hecho histórico«.
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Este burgalés no solo ha fotografiado el volcán, también ha podido conocer y narrar la situación de una gasolinera cuyos propietarios despejaban a toda prisa y en un municipio que acaba de ser evacuado. «Cuando estaba en la gasolinera empezó a llover ceniza y me asusté, con la lluvia de ceniza hubo unas explosiones que tembló el suelo, hubo terremotos, impresiona mucho«, relata.
Los pocos días que pasó en La Palma tuvo ocasión de charlar con los vecinos de las localidades limítrofes al volcán, aunque señala que está restringido el acceso a las zonas donde viven las familias desalojadas. Estas historias humanas que ha conocido, serán difíciles de olvidar para Mena: «En el Palo, desayunando ne un bar, noté una calma tensa porque no saben qué va a pasar con ellos» y recuerda otra imagen que le impactó: «En el vuelo de ida, fui con una señora que iba llorando porque no sabía cómo estaba su casa, venía ade Alemania para ir a ver cómo estaba su casa en la isla«.
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El trabajo que ha realizado en primera línea muestra la fuerza de la naturaleza y la catástrofe que ha provocado el volcán a su alrededor pero, a buen seguro, no necesitará repasar sus fotografías para evocar las imágenes que ha observado en La Palma.
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