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Doménico Chiappe
Madrid
Miércoles, 17 de octubre 2018, 19:10
La mujer tiene el derecho a decidir si se queda o no embarazada, y cuándo y cómo, incluso si las circunstancias económicas y laborales truncan el deseo de maternidad o la llevan a postergarlo hasta edades tardías. En las sociedades de 22 países, entre ... los que se cuenta España, se ha producido una «transición demográfica» hacia una caída de la natalidad que «ni siquiera llega a niveles de reemplazo», según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), que presentó este miércoles su informe 'El poder de decidir. Derechos reproductivos y transición demográfica' en Madrid. «En España ha habido enormes cambios, de los que tenemos constancia incluso personalmente», dice Luis Mora, director de Género, Derechos Humanos y Cultura del UNFPA. «Mi abuela tuvo nueve hijos, pero le insistía a las suyas que no tuvieran tantos, y mi madre recordaba que los anticonceptivos eran casi un secreto en su juventud. Ahora tenemos un contexto desafiante en el que las mujeres, y sus parejas, no pueden elegir libremente. Aún teniendo acceso a la planificación, se encuentran ante el dilema de no tener hijos por falta de conciliación familiar».
Entre las medidas que la ONU recomienda seguir a los países con tasas de fecundidad bajas -como España, que tiene 1,3 hijos por mujer- están ofrecer servicios de fecundidad asistida a las «mujeres de más edad que han pospuesto la maternidad»; permitir la «licencia parental remunerada» de hombres y mujeres, con desgravaciones fiscales para las familias y compatibilidad de horarios, turnos de trabajo flexibles; facilitar el acceso a viviendas; garantizar «la continuidad de las prestaciones de salud y las pensiones»; ampliar los servicios de cuidado de los niños y lograr la oferta de empleos de calidad con remuneración «suficiente».
De estos puntos, la legislación reciente pretende corregir al menos dos. El permiso de paternidad ampliado a 16 semanas para madre y padre y la educación desde los 0 a los 3 años. «Queremos que la cultura empresarial cambie», sostiene Soledad Murillo, secretaria de Estado de Igualdad. «Lo más importante es que la responsabilidad económica no recaiga sobre las mujeres, porque la maternidad está penalizada. Hay que empezar a hacerse preguntas incómodas. ¿Por qué el dilema es sólo de ella? ¿Por qué una mujer antes de tener hijos se pregunta dónde vive su familia materna, la que podría apoyarle? ¿Se informa a las mujeres de que el tiempo parcial de cuidado de los hijos disminuye su pensión? Cuando se habla de pensiones se debe hablar de natalidad y su corresponsabilidad».
Según el estudio de la ONU, realizado con datos a nivel mundial, «las mujeres de países de tasas de fecundidad bajas manifiestan que no están teniendo tantos hijos como desearían. Los obstáculos que se interponen a la creación o la ampliación de la familia incluyen desde limitaciones financieras, de acceso a la vivienda y al mercado de trabajo, hasta alternativas inadecuadas para compaginar la vida profesional y familiar». Un cuadro calcado al de España, país de «fecundidad muy baja». Similares son también los desafíos a los que se enfrenta: mayor proporción de personas de más edad, más costos asociados a la atención de salud, fuerza de trabajo cada vez más reducida. La ONU incluso alerta que dos de cada tres países en esta situación consideran la situación «preocupante» y «algunos han respondido con políticas encaminadas a atraer inmigrantes», un escenario que no comparte Murillo: «La migración no soluciona la tasa de reemplazo». La solución y las dificultades están fronteras adentro.
En los países que se reflejan en el espejo de los escasos nacimientos, «la desigualdad en el mercado de trabajo ha empeorado y los ingresos reales de las mujeres y los hombres entre 20 y 30 años han disminuido», mantiene el documento. «El coste de tener hijos supera al de la compra de bienes y muchas mujeres no se lo pueden permitir», ratifica Mora. Unas circunstancias que empeoran en los casos de madres «solas», como prefiere llamarlas Murillo en vez de «solteras, porque no es una cuestión de estar casadas o no». Las mujeres «solas» que tienen hijos se sitúan por encima del 48% en España.
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