Las publicaciones médicas mundiales alertan sobre la emergencia climática

Este miércoles sus editores tomaron una decisión sin precedentes: lanzar al unísono un grito de alerta para que el mundo reaccione antes de la cumbre de Glasgow de noviembre, que puede ser la última oportunidad para evitar un daño irreversible. Un acto de consenso a nivel mundial con el que pretenden «reflejar la severidad del momento». Por parte de España participa la 'Gaceta Sanitaria', revista científica y órgano de expresión de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración.

La covid-19 cambió el mundo y nadie lo sabe mejor que los profesionales de la salud. Sin embargo, no ven «la hora de que pase para reducir rápidamente las emisiones». Y es que el virus no puede ser una nueva distracción de lo realmente importante, sino un ejemplo de lo que se puede lograr. Ante la sensación de urgencia que trajo el año pasado, muchos países hicieron una inversión impensable para financiar medidas draconianas para la economía y aunar fuerzas para financiar la vacuna. ¿Por qué no hacerlo también para evitar una catástrofe irreversible? «La mayor amenaza a la salud pública global es el continuo fracaso de los líderes mundiales a mantener la temperatura por debajo de 1,5 grados centígrados –más que los niveles preindustriales– y restaurar la naturaleza», afirman.

Todos los editores de las prestigiosas publicaciones en las que confía la ciencia médica consideran «inequívoco» que si la temperatura global pasa de esa temperatura, la pérdida de la biodiversidad será letal. En los últimos veinte años la mortalidad relacionada con las olas de calor ha aumentado más de un 50% entre los mayores de 65 años y ha traído en general un aumento de la deshidratación, perdida de las funciones renales, problemas dermatológicos, infecciones tropicales, complicaciones de los embarazos, alergias, mortalidad cardiovascular y pulmonar, etcétera. «Estamos unidos en reconocer que sólo cambios fundamentales y equitativos revertirán la trayectoria actual», anuncian.

Es cierto que individualmente muchos gobiernos, instituciones financieras y negocios marcan metas para aspirar a las emisiones cero y a los objetivos de 2030, «pero las promesas no son suficientes», dicen, como si repicasen el grito de la activista sueca de 18 años Greta Thunberg, portavoz de su generación. «Las metas son fáciles de marcar y difíciles de conseguir. Todavía tienen que emparejarse con planes creíbles de corto y largo plazo que aceleren tecnologías más limpias y la transformación de las sociedades». De hecho, recuerdan, se ha fallado en alcanzar «todas y cada una» de las que se habían forjado hasta el año pasado. La actual estrategia de alentar a los mercados para cambiar tecnología sucia por limpia «no es suficiente» ni inteligente. «Solo una mejora en la calidad del aire desataría beneficios de salud que fácilmente compensarían el costo de reducir las emisiones».

Lo más inquietante para la comunidad médica es que los líderes globales empiezan a ver el sorpasso de 1,5 grados centígrados como algo «inevitable» e incluso «aceptable». No se citan nombres, porque el objetivo es aunar fuerzas y no señalar a países concretos, pero a buen entendedor con pocas palabras basta. El documento señala que los países que más han contribuido a las emisiones contaminantes tendrán que adoptar compromisos más altos y cortar sus emisiones más rápidamente, porque ha sido ellos los que han creado «desproporcionadamente» la crisis medioambiental.